El peligro del Avecrem: esto es lo que esconden los cubitos de caldo concentrado
Su principal problema es su alto contenido en sal y, también, la calidad de las grasas que se utilizan.
4 febrero, 2019 01:04Noticias relacionadas
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"¿Cueces o enriqueces?". Con este eslogan -y otros muchos- Gallina Blanca ha tratado de convencernos de las bondades culinarias del Avecrem, esas pastillas de caldo deshidratado que prometen mejorar el sabor de cualquier plato.
Estos cubitos llegaron a España en 1937 (en plena Guerra Civil) de la mano de la citada empresa, que por entonces se llamaba Gallina de Oro. A pesar de que su nombre esté en las cabezas de varias generaciones, no recibió la denominación Avecrem hasta 1954. Desde entonces, la mayor parte de la población se refiere a todas las pastillas de caldo concentrado con este nombre comercial, independientemente de las marcas que lo fabriquen o el nombre propio que los otros productores le otorguen.
Aunque muchas personas usan a diario estos cubitos de caldo (independientemente de su nombre), la población general desconoce su principal problema: su alto contenido en sal, y la calidad de las grasas que se utilizan, explica Iñaki Elío, director del Grado de Nutrición Humana y Dietética de la Universidad Europea del Atlántico a EL ESPAÑOL. Para analizar este producto hemos recurrido a los ingredientes de las pastillas de caldo de pollo de Gallina Blanca (Avecrem), Knorr, Maggi, Carrefour y Hacendado.
"Las pastillas de concentrado de caldo presentan un alto contenido en sal de mesa, potenciadores del sabor (glutamato monosódico) y grasas que pueden ser más o menos saludables", desglosa el nutricionista. En concreto, si nos paramos a leer las etiquetas de estos productos podemos comprobar el principal ingrediente que le echas a tus preparaciones cuando recurres a estas pastillas: sal.
El consumo máximo de sal recomendado por la OMS es de cinco gramos diarios. Si nos paramos a analizar los productos indicados, una sola pastilla de cualquier caldo concentrado supera esta cantidad. La excepción es el de Mercadona (bajo en sal), en el que cada pastilla tiene 3,88 gramos de este ingrediente. En esta situación, parafraseando a Paracelso, el especialista señala que "la dosis hace el veneno". "Si no se lleva un control de la sal consumida a lo largo del día, es fácil superar la recomendación de la OMS", añade.
"Las personas con problemas de hipertensión arterial, problemas cardíacos, hepáticos o de retención de líquidos no deberían consumirlo por su contenido en sal", explica el experto. "Un consumo elevado de sal y una dieta baja en potasio contribuyen a un aumento de la tensión arterial, el riesgo de enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular. La población general, realiza unos consumos de nueve a 12 gramos de sal por día, doblando la ingesta máxima recomendada", destaca el experto.
Potenciador del sabor, poco pollo y grasa de palma
El sabor de estos cubitos no solo está vinculado a la cantidad excesiva de sal, también al glutamato monosódico, "un potenciador del sabor que se utiliza en carnes y alimentos procesados para mejorar el sabor de la comida, salsas, aderezos y el sabor metálico de alimentos enlatados".
Respecto a la cantidad de pollo que contienen estas pastillas, que en la mayoría ronda solo el 3%, Elío justifica que "al ser un caldo concentrado, el contenido en pollo se reduce al aroma del pollo que puede traspasar al agua, por ello su contenido por pastilla de concentrado es tan bajo".
En cuanto a las grasas que contienen estos cubitos destaca que "la gran mayoría de los concentrados de caldo utilizan grasa de palma, que no es una de las más indicadas por su relación con enfermedades cardiovasculares y es la más utilizada en los productos ultraprocesados por su bajo precio. Únicamente dos marcas utilizan aceite de oliva virgen extra -Knorr y Avecrem-, que debería ser la grasa más utilizada".
Además, algunos cubitos contienen ingredientes que pueden despistar al consumidor como jarabes de glucosa o la maltodextrina: "Los jarabes de glucosa se utilizan en la industria alimentaria para poder potenciar el sabor de los alimentos o como sustitutivos del azúcar. En el caso de la maltodextrina, se utiliza como espesante, es un sustitutivo de otros espesantes tradicionales como la maicena, harinas o el puré de patata".
Después de analizar todos los ingredientes, el profesor alerta que no hay que "abusar de su utilización en las recetas para evitar incrementar el consumo de sal". "Mi principal recomendación, es que la gente en casa pueda aprender a realizar sus propios caldos, con bajo contenido en sal y que utilicen aceite de oliva", concluye el nutricionista.