El alcoholímetro llevado a tu hogar, pero no para vigilar tu estado de embriaguez sino para controlar que lo que comes es saludable. Y no para que la autoridad te multe, sino para que seas consciente de lo que es perjudicial para tu cuerpo. O eso aseguran sus fabricantes.
En el reciente CES de Las Vegas (la feria de electrónica de consumo más importante del mundo), los asistentes pudieron disfrutar de los avances de las marcas FoodMarble y Lumen en unos dispositivos portátiles sobre los que soplamos y que, supuestamente, nos dicen si la digestión se está haciendo bien o si hemos comido más cantidad de la recomendada.
FoodMarble ya está a la venta, y Lumen llegará en los próximos meses después de recaudar 2 millones de dólares (1,76 millones de euros) en una campaña de crowdfunding. Con ellos ha fabricado un producto que recuerda a un cigarrillo electrónico y que mide los niveles de dióxido de carbono de nuestro aliento para sacar conclusiones.
Según ha explicado el fundador de Lumen, Dror Cedar, "no necesitas averiguar cuánto azúcar había en ese pollo Kung Pao o cuántas calorías consumiste". Con el uso, la app se entrena para averiguar qué necesita cada usuario.
Tras el análisis, el alimentímetro te informa de recetas que, de acuerdo a Cedar, te ayudan a quemar grasa. También analiza lo que comiste el día anterior para comprobar cómo lo está metabolizando tu organismo: según su web, "ve si tu cuerpo quema carbohidratos o grasa". Y permite establecer metas en consecuencia.
LUMEN | Hack Your Metabolism & Lose Weight from Lumen on Vimeo.
Sin embargo, sus fórmulas no han sido avaladas por la ciencia, o todavía están en proceso de reconocimiento. La propia Lumen lo reconoce en su página web. "Todos los análisis que hemos realizado se compartieron abiertamente con los científicos de cada institución, y continuamos trabajando con ellos para publicar la investigación como un próximo paso", escriben en su sección de preguntas frecuentes.
Kevin Whelan, profesor del King College de Londres, dijo a la BBC que solo hay una "investigación científica limitada" que valide que estos tests, "realizados en un entorno hospitalario", puedan decir a qué alimentos somos sensibles. Y que estos artefactos portátiles todavía no se han usado en estudios sobre la digestión. Además, hay factores cambiantes a la hora de analizarla: por ejemplo, no siempre se tarda el mismo tiempo en digerir cada comida por igual.
Por otra parte, el aparato se centra en la quema de las que llama "fuentes de energía": carbohidratos, grasas y proteínas. No avisa -o no parece avisar- de la falta de vitaminas o minerales, nutrientes esenciales en la alimentación y el bienestar. El dispositivo ya se puede encargar desde Indiegogo, la web del crowdfunding, y está prevista su entrega para este mes de agosto.
FoodMarble: garantías ISO y más de 8000 preventas
El que sí está ya disponible desde hace algunas semanas es FoodMarble, el "primer rastreador digestivo personal del mundo", según dice en su web. El funcionamiento es el mismo: después de comer hay que aspirar durante cinco segundos sobre un pequeño aparato (llamado Aire y que recuerda a una pitillera). Analiza el nivel de hidrógeno en el aire espirado, que según su fundadora, Lisa Ruttledge, sirve para averiguar si sufrimos un trastorno digestivo.
FoodMarble se centra en los llamados FODMAD, unos carbohidratos de difícil absorción para al intestino delgado. Al no conseguirlo por completo, llegan al intestino grueso donde entran en contacto con las bacterias y se provoca una fermentación que genera gases, hinchazón o dolor. El hidrógeno, según su explicación, viaja hasta los pulmones por el torrente sanguíneo, de ahí que podamos expulsarlo a través del aliento.
El objeto analiza cuatro de esos FODMAD: lactosa, fructosa, sorbitol e inulina. Con base en Dublín desde 2016, el equipo recibió más de 8.000 peticiones de preventa. Los test de hidrógeno están disponibles "en los mejores hospitales del mundo", según aseguran en su web. "Nosotros miniaturizamos la tecnología y la hicimos accesible a todos".
Aonghus Shortt, su CEO, explicó en el lanzamiento que lleva trabajando en el producto desde 201, cuando vio los problemas digestivos que sufría su novia. Comenzó a trabajar en una herramienta que pudiera "empoderar" a las personas y "tomar control de su salud digestiva, saber más sobre lo que causa sus incómodos síntomas digestivos y mejorar su bienestar".
De acuerdo a la marca, ya han recaudado 1 millón de dólares (unos 879.000 euros) solo en preventas, que se empezaron a distribuir en abril del año pasado.
Para ayudar a los pacientes, el kit viene acompañado de unos sobres con los FODMAD que analiza. Según los promotores, tras mezclarlos con agua e ingerirlos, y volver a soplar en el Aire, cada paciente puede comprobar de dónde vienen sus problemas digestivos. También se puede usar tras consumir el mismo plato en diferentes establecimientos o casas, para comprobar cuál es el que nos ha hecho daño y cuál no.
Una vez hecho el análisis -al instante-, la aplicación nos indicará qué comidas son mejores para nosotros. Asimismo, nos monitoriza y registra los resultados para comprobar los cambios con el paso del tiempo. La 'pitillera' cuesta 169 euros y el programa de reconocimiento de los FODMAD (es decir, los sobres) otros 29 euros. De apenas 25 gramos, tiene conectividad Bluetooth y una funda, y se carga a través de un USB Micro. La boquilla, además, se puede retirar y lavar.
La compañía asegura que sus sensores cuentan con certificación ISO para "detectar diferentes niveles de hidrógeno con precisión". Además, la app también advierte de la calidad del sueño y el estrés que influyen en la salud digestiva.
Según aseguran en la web, están trabajando con "grupos académicos y clínicos externos" para comparar el Aire con un dispositivo de análisis clínicos, y esperan publicar en el futuro los resultados. El tiempo e investigaciones independientes nos dirán, entonces, la fiabilidad de estos productos.
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