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    Chocolate con leche

    Las grasas son un tipo de nutriente que se obtiene de la alimentación. Es esencial consumirlas, aunque también es dañino comer demasiada cantidad. 

    El chocolate con leche es uno de los alimentos cargados de grasas saturadas que más gustan. El contenido en 100 gramos de una tableta de la marca Lindt es de 19 gramos. 

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    Helado de vainilla.

    Las grasas dan al cuerpo la energía que necesita para trabajar adecuadamente. Durante el ejercicio, el cuerpo utiliza las calorías de los carbohidratos pero, después de 20 minutos, el organismo obtiene su energía de las grasas.

    Otro alimento cargado de grasas es el helado, como éste de vainilla de la marca Häagen Dazs, cuyo contenido en grasas saturadas por 100 gramos es de 10,2 gramos. 

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    Mantequilla

    Seguimos -antes de llegar a la parte negativa- con las bondades de las grasas. Las que se obtienen de los alimentos le brindan al cuerpo ácidos grasos esenciales llamados ácido linoleico y ácido linolénico. Se denominan "esenciales" debido a que el organismo no los puede producir por sí solo o no funciona bien sin ellos. Se necesitan para el desarrollo del cerebro, el control de la inflamación y la coagulación de la sangre.

    La mantequilla es la madre de los productos grasos. Esta tradicional de Central Lechera Asturiana tiene 55,4 gramos de grasas saturadas por 100 gramos de producto. 

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    Mayonesa

    La grasa tiene 9 calorías por gramo, más de dos veces el número de calorías de los carbohidratos y las  proteínas, que tienen 4 calorías por gramo. Para quienes todavía sostienen que el contenido calórico es la clave a la hora de perder peso -una tesis cada vez más discutida-, las grasas son, por lo tanto, el enemigo contra el que más hay que combatir. 

    La mayonesa es por esta razón una de las grandes ausentes de cualquier régimen. 100 gramos de una de las marcas de mayonesa de bote más conocidas, Ybarra, tienen 7,3 gramos de grasas saturadas. 

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    Nata montada

    Pero si bien el concepto de grasas tiene muchos enemigos, hasta los más acérrimos coinciden en que no todas las grasas son iguales. Existe un tipo, las trans o las parcialmente hidrogenadas, que hay que evitar con más intensidad que ninguna otra. De hecho, muchas marcas ya las han eliminado de su listado de ingredientes y por esta razón nos hemos centrado en este artículo en el siguiente tipo peor visto: las grasas saturadas. 

    Y si hablamos de este tipo de grasas, la nata montada sabe perfectamente de qué se trata. Por ejemplo, este bote de la marca Ato tiene 18,6 gramos de grasas saturadas por 100 de producto. 

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    Las salchichas envasadas.

    Las grasas saturadas gozan de bastante mala fama, porque aumentan el nivel de colesterol LDL, el llamado malo, lo que se asocia a un mayor riesgo de accidente cerebrovascular y otros problemas cardiacos. Por esta razón, se recomienda limitar su consumo. 

    Las salchichas envasadas -siempre menos saludables que las que se compran en la carnicería- son una carne procesada con un elevado contenido en grasas saturadas. Estas de Oscar Mayer, por ejemplo, tienen 7,7 gramos por 100 de producto. 

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    Patatas Pringles.

    Puesto que los estudios sobre los efectos dañinos de las grasas -incluidas las saturadas- no son del todo concluyentes, actualmente predomina la idea de que es mejor limitar su consumo que eliminarlo y que hay que fijarse en el producto de forma global antes que únicamente en su contenido graso. Eso sí, algunos productos especialmente ricos en grasas saturadas no son idóneos para ninguna dieta. 

    En este sentido, las patatas fritas de bolsa es uno de los ejemplos más citados. Las de la marca Pringles tienen 9,60 gramos de grasas saturadas por 100 de productos. 

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    Queso Camembert.

    Las grasas de los lácteos han gozado de muy mala fama durante años, recomendándose sus versiones desnatadas. Se trata de una idea muy discutida en la actualidad, ya que se cree que una dieta saludable es perfectamente compatible con el consumo de lácteos enteros. 

    Pero no se puede negar que este tipo de productos tienen un alto contenido en grasas saturadas. Este queso Camembert de la marca Président está muy rico, pero tiene 15 gramos de grasas saturadas por 100 de producto. 

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    Taquitos de chorizo

    La Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, de sus siglas en inglés) recomienda limitar la ingesta de grasas saturadas al 6% de las calorías diarias totales. En una dieta tipo de 2.000 calorías, por ejemplo, sólo se podrían ingerir poco más de 100 calorías de grasas saturadas, lo que suele ser una cantidad muy pequeña de cualquiera de estos alimentos. 

    Un producto que da toda la vida a un plato, pero que está lejos de cumplir ese objetivo son los taquitos de chorizo. Estos de Revilla tienen 9,9 gramos de grasas saturadas por 100 de producto. 

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    Bollería industrial.

    Desde luego, no se le puede echar la culpa de la mala fama de la bollería industrial a las pobres grasas saturadas. Son productos altísimos en muchos otros tipos de ingredientes poco saludables, empezando por el azúcar. Pero tamibén tienen grasas de todo tipo, saturadas e incluso de las peores, las proscritas trans. 

    Este pastel mármol de la marca Tía Mildred presenta 12 gramos de grasas saturadas por 100 de producto.