Para los especialistas de la OCU, estos minihelados son, desde el punto de vista nutricional, los peores de los 104 analizados. Su valoración es de uno sobre cinco debido a la elevadísima cantidad de grasas saturadas que contiene (16 gramos por cada 100 de producto), azúcares (31 gramos), y a una lista larga de ingredientes entre los que se incluyen grasas vegetales de palma, almidón de trigo, mateca de cacao o grasas vegetales de coco y palma.
La propia OCU alertaba de que los helados tienen entre un 5% y un 15% de grasa. "La cantidad de grasa determina la calidad del helado y su textura. Pero también es fundamental el tipo de grasa que se utiliza, pues algunas son más saludables que otras", advierte la organización. "Un auténtico helado debería llevar grasa láctea (entre el 30% y el 40% de grasa saturada). Si no es de origen lácteo, deberían usarse grasas sustitutivas que tuvieran, como mucho, el mismo porcentaje de saturación".