Con la llegada del verano, las ensaladas, que han pasado tímidamente por la dieta de los españoles en invierno, se convierten en protagonistas de nuestros menús diarios. Y es que no hay nada más fresquito que esta combinación de elementos, que va más allá de la clásica ensalada mixta. La lechuga, el tomate y la cebolla han dejado paso a otros elementos, y la pasta de colorines se ha vuelto imprescindible, pero ¿sabes realmente de qué está hecha y si realmente lleva verduras?
Hablamos de esas espirales o lacitos que vienen en envases donde pone específicamente "para ensalada" y cuyo paquete lleva dibujados tomates y espinacas en un tamaño considerablemente grande. Teniendo en cuenta esta presentación, cualquiera puede pensar que, por lo menos, tenga un 30% de verduras, pero la realidad está en la letra pequeña.
Para saber si realmente tienen verduras y si son saludables debemos ver la composición del alimento en la lista de ingredientes, según explica la farmacéutica Marián García (más conocida como Boticaria García) en su libro El jamón de York no existe. La guía para comprar saludable y descubrir los secretos del supermercado (La Esfera de los Libros).
La especialista analiza la pasta para ensaladas de una marca comercial y otra de marca blanca cuya lista de ingredientes es similar. En estos casos la pasta verde está hecha de sémola de trigo y espinacas deshidratadas (2,5%) y la roja de sémola de trigo duro y tomate concentrado (5%): "Es decir, cada espiral de espinacas tiene un 2,5% de espinacas y cada espiral de tomate un 5% de tomate".
Si realizamos el cálculo en una ración de 60 gramos de este producto (la mitad de espirales verdes y la otra mitad rojas), comeremos 0,75 gramos de espinacas y 1,5 gramos de tomate. "Sí, aunque suene increíble, hablamos de 3,25 gramos de verduras en 60 gramos de ración", señala García en su libro.
Una vez analizada la cantidad ridícula de verduras que aporta esta pasta, la farmaceútica calcula el precio que tienen: "Las espirales que aportan tres tristes gramos de verduras por ración cuestan un 33% más".
La 'gourmet' no se salva
Las pastas de supuestas verduras de precios asequibles no son las únicas analizadas en el libro de esta farmacéutica. García analiza una marca "estilo gourmet" cuya lista de ingredientes es "aún más divertida": sémola de trigo duro, tomate en polvo 0,7% y espinacas en polvo 0,5%.
En este caso en 60 gramos de ración de pasta nos comeremos 0,42 gramos de tomate y 30 gramos de espinacas. Menos todavía que los paquetes de pasta para ensaladas más baratos.
Además, si analizamos la diferencia de precio de esta pasta italiana de supuestas verduras, "con esa generosa y saludable (léase con ironía) cantidad de 0,72 gramos de verduras por ración, cuesta prácticamente el doble que la pasta italiana de la misma marca sin verduras".
La mejor pasta del 'súper'
Aunque la pasta más típica en España sea la fabricada con harinas refinadas, la más saludable es la integral. Todos los granos integrales contienen tres partes: el salvado, el germen y el endospermo. El salvado y la fibra se pierden durante el proceso de refinado pero, cuando se consume una pasta hecha con harina integral, este salvado y fibra disminuyen la descomposición del almidón en glucosa, por lo que se mantiene un nivel constante de azúcar en la sangre en lugar de causar picos abruptos. La fibra ayuda a reducir el colesterol en la sangre, así como a eliminar desechos de nuestro tracto digestivo.
La fibra que llevan los granos integrales puede ayudar a prevenir la formación de pequeños coágulos sanguíneos que pueden desencadenar infartos cardíacos o cerebrales, según explica Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra.
Igualmente, los elementos fitoquímicos y los minerales esenciales como el magnesio, el selenio y el cobre que se encuentran en los granos integrales pueden proteger contra algunos tipos de cáncer.