El refranero español tiene frases para todos los ámbitos de la vida, desde las meteorológicas a las relacionadas con la sapiencia, pero las más populares son las que tienen que ver con la gastronomía. Frutas y verduras son las grandes protagonistas de estas expresiones y, seguramente, en estas fechas veraniegas (en las que recurrimos más a ellas para refrescarnos) estés escuchando muchas.
Una de las más repetidas en estos días caniculares -también porque es temporada- es el refrán: "El melón por la mañana oro, por la tarde plata y por la noche noche mata". En muchos hogares españoles esta fruta tiene fama de ser indigesta si se consume antes de ir a dormir. Al parecer, según cuenta la leyenda, el melón fermenta en el estómago y provoca malas digestiones e hinchazón.
Aunque muchos tengan esta creencia -que algunos extienden a la sandía- lo cierto es que se trata de un mito. La realidad es que "es un alimento perfecto para tomar en cualquier momento", según explica la I Guía de los Bulos en Alimentación, que edita Salud sin bulos.
Como mucho, "hay que tener en cuenta que el componente principal en ambos (sandía y melón) es el agua, por lo que si tomas una gran cantidad de estos en la cena puede que te tengas que levantar al baño en mitad de la noche", destaca la publicación.
Este mito se originó en la Edad Media y Moderna, cuando los melones eran tan caros que estaban reservados para los más adinerados. El profesor de Biotecnología de la Universidad Politécnica de Valencia J. M. Mulet explica en The Conversation que ponerse tibio a esta fruta era un gran símbolo de estatus social. "Se sospecha que el emperador de Austria Alberto II en 1358, y los papas Pablo II en 1471 y Clemente VIII en 1605, murieron después de darse un festín con melones, lo que pudo dar origen al mito". Una prueba de lo apreciados que eran es que todavía en el siglo XIX el escritor Alejandro Dumas cedió su biblioteca a la ciudad de Cavaillon, en la Provenza, a cambio de la entrega anual de doce melones hasta su muerte.
Esta fruta de temporada es un alimento muy recomendable para esta época del año, principalmente porque está compuesto en un 90% por agua, lo que ayuda a hidratarse en los días cálidos en los que transpiramos tantos. Además, apenas tiene un 6%-8% de azúcares, fibra y su sabor dulce proporciona sensación de saciedad y lo convierten en un buen aliado para mantener la báscula a raya.
Esta fruta también tiene un gran valor nutritivo: contiene betacaroteno (un precursor de la vitamina A), ácido fólico, vitamina C, potasio, magnesio, fósforo, calcio y vitaminas B1, B2 y B3 en cantidades significativas para ser considerado un alimento muy saludable.
Igualmente se le atribuyen propiedades antioxidantes, laxantes, diuréticas, de depuración y cicatrización de la piel, de mejora del sistema inmunitario y de regulación del sistema nervioso, entre otras.
Tampoco es conveniente abusar
Despajada la duda de que -como tal- el melón no "mata" y que es bueno en todos los momentos del día, si que se puede encontrar problemas si se producen grandes ingestas. Por una parte, cuanto mayor sea la cantidad, peor será su digestión (como en casi todo).
Por otro lado, sí puede resultar perjudicial si se toma demasiado frío, ya que existe el riesgo de que se produzca un choque térmico en el organismo. En realidad, el causante de una mala digestión tras haber comido melón puede ser haber cenado demasiado. Nada que no pueda ser extrapolable a otras frutas o alimentos.
Es por ello que, tomando una cantidad controlada de esta fruta y con la temperatura adecuada, se puede disfrutar a cualquier hora del día sin temer una mala noche a causa de una problemática digestión.
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