Cada vez son más los estudios que hablan de los beneficios para la salud de priorizar la alimentación vegetal sobre la animal. Sin embargo, esta tendencia -que también ayudaría a evitar el calentamiento global- podría implicar un problema, según un editorial publicado en la última edición de la revista BMJ Nutrition, Prevention & Health.
En el artículo, la especialista en nutrición y ciencias biomédicas de la consultora Nutritional Insight Emma Derbyshire apunta a una posible crisis de salud pública provocada por esa tendencia al vegetarianismo, aunque el problema afectaría más a los veganos.
En concreto, Derbyshire menciona la colina, un nutriente esencial que no es producido por el cuerpo en las cantidades en las que el organismo humano lo necesita. Tanto el Instituto de Medicina de EEUU como la Autoridad Europea de Seguridad Aliementaria (EFSA) han reconocido que la colina juega un papel importante como nutriente y, por ello, han establecido unas cifras de consumo de referencia.
La Asociación Estadounidense de Medicina publicó en 2017 una advertencia sobre la necesidad de que los suplementos vitamínicos que consumen las embarazadas incluyeran una cantidad "demostrable" de colina, lago que también recomendó la Academia Estadounidense de Pediatría.
Es algo que no sucede en Reino Unido, y ese es el principal motivo de queja de la nutricionista, pero el problema va más allá del país británico y afecta a todos los que optan por una alimentación vegetariana y, más aún, vegana.
La razón: se sabe que los alimentos de origen animal tienen más colina por unidad que los vegetales. De hecho, las principales fuentes de este nutriente son la ternera, los huevos, los lácteos, el pescado y el pollo, aunque también está presente -a niveles mucho más bajos- en las nueces, las alubias y los vegetales crucíferos, como el brócoli. Esta es la única fuente de colina a la que podrían acudir los veganos y es, advierte la experta, insuficiente para mantener una buena salud, sobre todo la cerebral.
De hecho, este nutriente es especialmente importante para garantizar el correcto desarrollo del cerebro del feto, por lo que el problema afectaría especialmente a las mujeres embarazadas.
Además, el nutriente influye en la función hepática y sus carencias se relacionan con irregularidades en el metabolismo de la grasa en la sangre, así como con en un exceso de daño celular por los radicales libres.
El Instituto de Medicina de EEUU recomienda consumir entre 425 mg y 550 mg diarios a los hombres y 450 mg y 550 mg a las mujeres embarazadas y que están dando el pecho, por el papel esencial del nutriente en el cerebro.
Existen suplementos de colina a la venta en herboristerias y otros establecimientos especializados. El argumento de Derbyshire es que tanto la población general como las autoridades sanitarias tomen conciencia de la importancia de este nutriente y los receten en caso de carencia. Los veganos seriá uno de los grupos que más afectado podría estar por ésta.