Con unos desayunos cada vez más americanizados es muy frecuente que los pequeños de la casa tomen un tazón de cereales como primera comida del día. Muchos de estos productos suelen promocionarse como un desayuno equilibrado perfecto para los niños. Sin embargo, la última investigación realizada por la asociación Action on Sugar ha demostrado que muchos de ellos están muy lejos de ser saludables al contener una gran cantidad de azúcar.
La mayor parte de los cereales que contienen estos altos niveles de azúcar tienen envases con dibujos animados y colores brillantes que pueden atraer a los niños. Estos productos ,según el estudio, tienen (en una porción media de 30 gr) más de un tercio de la cantidad máxima de azúcar recomendada para un niño (25 gr). Muchos niños comen más de una ración.
Entonces, ¿qué debemos hacer para no equivocarnos? No es una buena época para tener las ideas claras en cuestiones de alimentación. Entre nutricionistas, científicos, periodistas, chefs, famosos que opinan de cualquier cosa y páginas webs para todos los gustos podemos volver loco al consumidor.
Entre otras características, podemos fijarnos en la cantidad de azúcar (que viene indicada en su información nutricional) para saber si los cereales son ultraprocesados o no.
Es lo que recomienda el conocido dietista-nutricionista Carlos Ríos, que acuñó el término real food (comida real en inglés) para referirse a la opción más saludable en lo que a alimentación se refiere. Precisamente la cantidad de azúcar ayuda a clasificar las distintas variedad de este conocido desayuno en tres categorías:
- Ultraprocesados: (con una cantidad superior a los 5 gramos de azúcar por cada 100), cuyo consumo no se recomienda.
- Buenos procesados: (cantidades por debajo de 5 gramos por cada 100 gramos), que podemos consumir.
- Alimento real: cuando además de no contener azúcares añadidos encontramos el cereal en grano entero, es decir sin procesar. Es la opción que Ríos recomienda.