Sólo en Europa, las enfermedades cardiovasculares son las responsables de 4 millones de muertes al año. Según la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés), estos datos las convierten en la causa más frecuente de muerte en nuestro continente. En el caso de España, las últimas estadísticas apuntan en la misma dirección. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó a finales del año 2018 las principales causas de muerte en nuestro país en el año 2017: casi 123.000 personas fallecieron aquel año en España por enfermedades del sistema circulatorio. Es decir, casi el 30% del total de muertes se produjo por esta causa y eso la posicionó como la más común en nuestro país.
Profesionales sanitarios e investigadores trabajan para reducir estas cifras y, sobre todo, para mejorar la calidad de vida de los pacientes de estas enfermedades. Para ello, son fundamentales los encuentros en los que la comunidad médica y farmacéutica comparten los resultados de los últimos estudios. La semana pasada daba comienzo en París el Congreso Mundial de la ESC, uno de los eventos de este tipo más importantes del planeta y que reunió a más de 33.000 profesionales de la salud.
Como en todo congreso, fueron muchos los estudios que se presentaron, no sólo sobre tratamientos sino también sobre prevención, una de las grandes asignaturas pendientes en el área de la cardiología. Pero no sólo se habló de enfermedades exclusivas del corazón; cómo se sabe, existen otras patologías muy relacionadas con la salud cardiovascular, desde la obesidad a la diabetes.
Este tipo de enfermedades no suele aparecer por casualidad. El estilo de vida es uno de los principales factores que pueden evitarlas y parámetros como la actividad física, la reducción de la contaminación en las ciudades y el empleo de sustitutos de la sal protagonizaron algunas de las sesiones más importantes.
Evitar la medicalización de los individuos en la solución de ciertos problemas de salud es un aspecto importante, pero el papel de la farmacología en un gran número de dolencias cardiovasculares es incuestionable. En este sentido, varios grupos de investigadores presentaron algunos medicamentos que, según los expertos, pueden cambiar el panorama de tratamiento de estas enfermedades en los próximos años.
Dapagliflozina
Uno de los que más expectación causó durante el congreso fue la dapagliflozina, comercializada como Forxiga por la compañía AstraZeneca. La peculiaridad de este producto es que se trata de un medicamento que, actualmente, se receta a pacientes de diabetes. Originalmente, el producto fue concebido para eliminar el exceso de glucosa en la sangre a través de la orina. Sin embargo, también se observaron otras capacidades de la molécula como protección del riñón y mejora del estado de las células del miocardio.
En este congreso, sin embargo, se han dado a conocer los resultados del estudio DAPA-HF que ha concluido que la dapagliflozina también sirve para tratar la insuficiencia cardíaca. El estudio contó tanto con pacientes diabéticos como con otros que no lo eran y los resultados fueron iguales en ambas poblaciones. La dapagliflozina redujo la muerte cardiovascular y el empeoramiento de la enfermedad en un 26% y la muerte por todas las causas en un 18%.
"Ha sido la gran sorpresa del congreso. Se trata de un medicamento para la diabetes que ha terminado siendo recomendable para pacientes cardiovasculares y que va a cambiar el abordaje de la insuficiencia cardíaca", explicó a EL ESPAÑOL Nicolás Manito, jefe clínico de la unidad de Insuficiencia Cardíaca Avanzada y Trasplante Cardíaco del Hospital Universitario de Bellvitge. En este mismo sentido, Elena Arbelo, consultora del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico de Barcelona y miembro del Comité de Medios de la ESC, destacó que "probablemente, se trate de uno de los avances más relevantes en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca en los últimos años".
Sacubitril-valsartán
Otra de las moléculas que han destacado los profesionales fue sacubitril-valsartán, sobre la que se han presentado nuevos datos. Se trata de un medicamento que Novartis comercializa con el nombre de Entresto. Según la Fundación Española del Corazón (FEC), son dos moléculas combinadas en un solo medicamento. Está indicado para los pacientes de insuficiencia cardíaca y disfunción ventricular. Un estudio anterior a la celebración del congreso de la ESC demostró que este medicamento reducía la muerte y la hospitalización de los pacientes en mayor medida que otros compuestos.
Esta molécula ha sido la protagonista de tres estudios presentados en el congreso de la ESC. Uno de ellos, PARAGON-HF ha sido, según Arbelo, "decepcionante" por sus resultados en pacientes de insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada. Sin embargo, los estudios EVOLVE-HF y PROVE-HF fueron satisfactorios en el sentido de que "proporcionaron nueva información sobre el mecanismo por el cual este compuesto reduce la mortalidad y la hospitalización".
Prasugrel
Las plaquetas son uno de los componentes de la sangre. Su función es agregarse para formar coágulos y, de esta manera, detener las hemorragias cuando se producen. Sin embargo, también pueden resultar dañinas cuando se agregan con demasiada frecuencia y pueden atascar vasos sanguíneos. Para estos casos, se suelen recetar anticoagulantes o antiplaquetarios. Este último grupo es menos conocido por su nombre, pero a él pertenece la famosa aspirina. Además, también se encuentra el compuesto prasugrel, comercializado y producido entre Daiichi-Sankyo y los laboratorios Lilly con el nombre de Efient.
Se trata de uno de los medicamentos que se puede recetar a los pacientes con síndrome coronario agudo que han sido intervenidos de una revascularización percutánea. Un estudio presentado en el congreso de la ESC comparó los principales medicamentos para esta afección. Prasugrel obtuvo mejores resultados en sus objetivos de muerte, infarto o ictus en un año. Por tanto, "estos hallazgos podrían cambiar las actuales recomendaciones médicas para tratar a este tipo de pacientes", explica Arbelo.
Clopidogrel
Concretamente, prasugrel demostró ser mejor, en general, que clopidogrel, otro fármaco antiplaquetario que captó la atención de los cardiólogos durante el congreso. No se trata ni mucho menos de un fármaco novedoso, pero en el congreso se presentaron dos estudios interesantes. En ellos se probó el clopidogrel en pacientes ancianos e individuos de diferentes perfiles genéticos. "Parece que en pacientes ancianos puede ser un tratamiento más seguro", señala Arbelo. En cualquier caso, estos estudios son importantes porque "resaltan la importancia de analizar la respuesta a los fármacos en distintas subpoblaciones".
Rivaroxabán
Por último, los científicos también destacaron los estudios realizados con rivaroxabán, que Bayer comercializa como Xarelto. Se trata de un medicamento anticoagulante indicado para pacientes con enfermedad coronaria estable y fibrilación auricular, que se suele combinar con aspirina. El estudio AFIRE, presentado en el congreso de la ESC, destacó sin embargo que el rivaroxabán por sí sólo producía mejores resultados que en combinación con aspirina: los participantes tratados únicamente con esta molécula presentaron menos eventos cardiovasculares, sangrados y muertes por cualquier causa.
"Sin embargo, el estudio presentó varias limitaciones. Terminó de manera precoz porque quienes tomaban la terapia combinada presentaron un mayor riesgo de muerte. Además, las dosis que se emplearon eran menores a las que se utilizan en Europa y en Estados Unidos. Aparte, el estudio fue realizado en población japonesa y debería validarse en población occidental", explica Elena Arbelo.