Son muchos los que temen consumir determinados alimentos antes de acostarse a dormir. Y es que no son pocos los mitos que circulan acerca de los grupos alimentarios serían más propensos a engordar dependiendo de la hora a la que se ingieren. Uno de ellos es la fruta, la cual ha sufrido durante años la falsa acusación de engordar más por la noche.
Ahora, un nuevo estudio sugeriría que sí existe un grupo de alimentos que pueden consumirse sin temor antes de dormir, al menos en mujeres físicamente activas como fue el caso del presente trabajo: los alimentos ricos en proteínas.
En la nueva investigación, llevada a cabo por investigadores de la Universidad Estatal de Florida y publicada en el Journal of Nutrition, se analizaron las consecuencias del consumo de proteínas en mujeres levantadoras de pesas, tanto en las horas antes de acostarse como a lo largo del día.
Según sus resultados, dicho consumo de tentempiés proteicos previos a dormir no alterarían el metabolismo graso del vientre durante la noche, ni la quema de grasa corporal general.
Estos hallazgos, según los investigadores, desterrarían los anticuados conceptos erróneos sobre el consumo de alimentos nocturnos y el potencial aumento de peso, sobre todo en mujeres, dado que durante mucho tiempo se nos ha hecho creer que comer antes de dormir puede potenciar la pérdida de peso y los trastornos metabólicos. Sin embargo, esto no ocurriría así, al menos si los alimentos se basan en proteínas y no se trata de porciones excesivamente grandes.
En el pasado otras investigaciones habrían sugerido que existirían beneficios en el consumo de proteínas durante la noche, pero la mayoría de dichos trabajos se centraban en hombres. En este nuevo estudio, el profesor de la Facultad Ciencias Humanas Michael Ormsbee y sus colegas se centraron en mujeres deportistas.
Para ello, las participantes del estudio tomaron un batido de proteína de caseína 30 minutos después de entrenar, y un batido con placebo con sabor similar 30 minutos antes de acostarse. Posteriormente, cambiaron el orden de los factores, bebiendo inicialmente un batido placebo tras entrenar, y un batido proteico antes de acostarse.
El objetivo era analizar diferencias entre el consumo de proteínas sobre el metabolismo graso durante la noche respecto al hecho de tomar proteínas en otros momentos del día.
Se analizó la liberación de grasa de los adipocitos o células grasas de las participantes para determinar si el consumo de proteínas producía alguna alteración, y se tomaron mediciones de aliento para evaluar la oxidación de dichas grasas, dado que se sabe que el consumo de proteínas tras el ejercicio suele ayudar a liberarlas de estas células de almacenaje.
Según sus resultados, en mujeres levantadoras de pesas, no existirían diferencias en el metabolismo local de la grasa abdominal durante la noche respecto a la quema de grasa durante el día, independientemente de que el consumo de proteínas sea durante el día o durante la noche.
Por ello, los investigadores sugieren que no hay inconveniente alguno en consumir proteínas antes de acosarse, y esperan que este y otros estudios posteriores ayuden a desmitificar algunas creencias sobre comida y sueño.
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