La gripe es una de las enfermedades más comunes en todo el mundo. En nuestro país, afortunadamente, a pesar de que cada año hace acto de presencia, no supone un grave riesgo para, salvo para aquellos que forman parte de alguno de los grupos de riesgo. A pesar de ello, esta enfermedad vírica "constituye un importante problema de salud pública", tal y como señala el Sistema de Vigilancia de la Gripe en España. De hecho, si atendemos las cifras que aporta, el impacto de la epidemia 2018-2019 fue de 490.000 casos leves fueron atendidos en atención primaria y más de 35.000 requirieron de hospitalización. Unas cifras que ponen de relieve su importancia.

Si bien es cierto que la única arma eficaz para combatirla es -y con reservas- la vacunación, son muchos los que por unas u otras razones no dan el paso de protegerse. Por tanto, el riesgo de contagio entre estas personas aumenta de forma considerable. La mala noticia es que no existe ningún medicamento que cure la gripe. La buena, que existen formas de ayudar a nuestro organismo a que sufra lo menos posible y a minimizar, dentro de lo posible, los síntomas. Entre ellos, fiebre, tos, dolor de garganta, congestión nasal, dolores musculares, dolor de cabeza o fatiga.

En este sentido, la alimentación puede jugar un papel muy importante. A pesar de que cuando nos contagiamos, la pérdida del apetito es muy común, ello no nos debe llevar a descuidar lo que comemos. Al contrario, una buena selección de alimentos puede ser de gran ayuda.

Caldo

Un caldo caliente es una estupenda opción, sobre todo si tenemos en cuenta que la mayor parte de los contagios se producen en invierno. Así, ya sea de pollo, ternera, pescado o vegetales, tomarlo cuando aparecen los primeros síntomas ayuda a sobrellevarlos, en especial, el dolor de gargante y la congestión nasal. Además, proporciona al cuerpo nutrientes tan importante como hierro y proteínas y ayuda a prevenir la deshidratación.

Ajo

Un estudio realizado sobre cómo actúan los suplementos a base de ajo en adultos con gripe demostró que ayuda a mejorar la inmunidad y a minimizar los síntomas. Este alimento se puede tomar a través de complementos o, mucho mejor, de forma natural, si bien es cierto que no a todo el mundo le atrae su fuerte sabor. En este caso, añadirlo como condimento a determinados platos, como la sopa, puede ser una buena alternativa.

A pesar de su sabor, no apto para todo el mundo, el ajo es un alimento muy saludable Pixabay.

Frutas con vitamina C

Probablemente, es la más popular de las vitaminas. A ella se le atribuyen infinidad de propiedades, entre las cuales prevenir y curar los resfriados. Algo que, al parecer, no está avalado por evidencias científica. No obstante, no hay que negar que la vitamina C puede generar importantes efectos positivos en nuestro cuerpo. De hecho, sí hay indicios que apuntan a que esta vitamina es una buena ayuda para reforzar el sistema inmunitario. Un factor que resulta de gran ayuda cuando nuestro organismo está afectado por alguna enfermedad.

Existen múltiples suplementos que contienen esta vitamina, aunque, por supuesto, es mucho mejor tomarla de forma natural. Ello se puede hacer comiendo naranjas, fresas, tomates, uvas, kiwis o pimientos, entre tantos otros.

Verduras de hojas verdes

Si las frutas coloridas son fundamentales, las verduras de tonos verdes no lo son menos. Aquí, podemos destacar algunas de ellas, como la espinaca, la col rizada o la lechuga. Este tipo de alimentos poseen una importante cantidad de vitaminas C y E, que fortalecen el sistema inmunitario. Además, alrededor del 90 % de estos productos es agua, por lo que también ayuda a protegernos de la deshidratación.

Una buena forma de tomarlas es hervidas, pero también en batidos. En este último caso, una buena y sabrosa opción es mezclarla con alguna de las frutas que hemos nombrado antes, como la naranja o la fresa.

Yogur

Este producto lácteo se ha visto envuelto en algunas polémicas en relación con sus valores nutricionales. Sin embargo, las versiones más saludables, es decir, aquellas que no abusan de los aźucares, son un buen alimento para los enfermos de gripe. Un estudio publicado en 2011 demostró que los yogures son buenos aliados para aliviar el dolor de garganta y para fortalecer el sistema inmunológico.

Avena

Uno de los cereales de moda que es posible encontrar en infinidad de formatos. Desde los copos para tomar con leche en el desayuno en panes y bollería. La avena posee propiedades calmantes y resulta muy nutritiva. Al igual que otros granos integrales, también es una fuente natural de vitamina E, polifenoles con propiedades antioxidantes y fibra de beta-glucano que ayudan a fortalecer nuestro sistema inmunológico.

Brócoli

Junto con las espinacas, probablemente, el vegetal más odiado por los niños. Sin embargo, ello no debe hacernos olvidar que el brócoli, una planta de origen mediterráneo, se caracteriza por ser una fuente inagotable de nutrientes. Además de las vitaminas C y E, este verde alimento proporciona una buena cantidad de calcio y fibra.

Especias con un toque picante

En los momentos finales de la gripe, es posible que sintamos una mayor congestión en la zona pectoral. En estos casos, algunas especias pueden resultar de gran ayuda, en especial aquellas con un toque picante. Añadir a nuestros platos un pequeño toque de estos condimentos puede ayudar a mejorar la respiración y, por tanto, a evitar la sensación de cansancio y agobio. No obstante, si persiste el dolor de gargante, los alimentos picantes no son una buena opción.

¿Y qué es mejor evitar?

Si una alimentación adecuada puede ayudar a mejorar nuestro bienestar cuando sufrimos la gripe, saber qué evitar es algo fundamental. Entre los principales alimentos que es mejor evitar encontramos los siguientes:

Los que contienen alcohol y cafeína, como el café, el té negro o algunos refrescos, tienen como principal efecto aumentar la deshidratación. Por eso, es fundamental evitarlos, en especial si tenemos sufrimos episodios de fiebre.

Los alimentos demasiado duros o crujientes, como patatas fritas o determinadas galletas. Su textura y dureza pueden dañar la garganta cuando está inflamada o dolorida.

Los alimentos procesados no son recomendables nunca. Pero si se sufre alguna enfermedad, mucho menos. El motivo es que cuanto más procesado está un alimento, menos nutrientes aporta. Por tanto, situaciones en las que el cuerpo está tratando de imponerse a una enfermedad, este tipo de alimentos no aportan ninguna ayuda.

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