Quien más, quien menos, a conciencia o sin ella, cuando entramos en un baño público hacemos o realizamos ciertas conductas para prevenir un posible contagio. Por ejemplo, poner papel higiénico en la taza del inodoro. Sí, muchas personas lo hacen. Sin embargo, hay cosas que mejor dejarlas como están.
Existen muchos mitos sobre las enfermedades que podemos coger o no en un baño público, pero mejor no hagamos caso a todo lo que se dice porque muchos cosas son, tajantemente, mentira. Otras en cambio, sí son ciertas.
Por ello, es importante adoptar unas medidas de higiene cuando tengamos que ir al baño público; o al menos hagamos 10 cosas, muy simples, que sí son importantes para disminuir el riesgo de contagios.
Pero vayamos por partes. Lo primero de todo, empecemos por el mito más extendido: ¿Se pueden coger en un baño público enfermedades de transmisión sexual? La respuesta de dos expertos es rotunda y clara.
"Las probabilidades de adquirir alguna infección de transmisión sexual por ir a un baño público son nulas, excepto si se mantienen relaciones sexuales no protegidas en el mismo", afirma a EL ESPAÑOL Jorge Romero, portavoz y miembro del grupo de investigación de infecciones de transmisión sexual de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC). "Las ETS se adquieren mediante relaciones sexuales y no por compartir un baño público", subraya el profesional.
"Los virus (herpes) o bacterias (clamidia, gonococo) responsables de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) viven muy poco tiempo fuera del cuerpo humano, y las condiciones no son las adecuadas para su supervivencia y contagio", afirma la doctora Sandra Ortega, ginecóloga del Hospital Vithas Rey Don Jaime (Castellón). "Para contagiarnos de las ETS se necesita un íntimo contacto".
Y lo segundo. Ya sabemos que no podemos contagiarnos de infecciones de transmisión sexual, pero ¿podemos contagiarnos en un baño público de otras enfermedades como por ejemplo, la gripe? En este caso, sí.
"Podríamos contagiarnos de enfermedades producidas por bacterias y gérmenes, como la gastroenteritis o la gripe. En baños públicos existe proliferación de otras bacterias como cocos, estreptococos fecalis, eschericia coli, shigella, etc. que son muy contagiosas tanto por la vía ano-mano-boca causando gastroenteritis como por el aire, por aspiración, causando gripe”, afirma Ortega.
Para prevenir o al menos disminuir el riesgo de contagio lo más importante de todo es tener una adecuada higiene. Según expone esta ginecóloga, haciendo alusión a un estudio realizado por Rentokil Initial en aseos de diferentes países europeos, "una adecuada higiene en el baño elimina en un 30% el contagio de enfermedades producidas por bacterias y gérmenes, como la gastroenteritis o la gripe”.
Cada vez que se tira de la cisterna del baño, se produce el 'efecto estornudo'’. Esto es, "se propagan miles de gérmenes que salen del inodoro a la atmósfera. Y esos gérmenes pueden ser inhalados y permanecen en el aire, en el asiento del inodoro, en la cisterna, suelo e incluso en el rollo de papel durante al menos ocho días", explica la doctora de Vithas.
Por ello, es importante una buena higiene. Sobre todo, lavarse las manos después de haber usado el baño.
Hay que lavarse más
No lavarnos las manos después de usar el baño es uno de los motivos que puede producir esos contagios. Puede parecer algo obvio, pero "sólo el 67% de las personas se lavan las manos al salir del baño", afirma Ortega.
Una vez nos hayamos lavado las manos, mejor secarlas con papel en vez de con secadores de manos. Al menos así lo mostró un estudio publicado en la revista Journal of Hospital Infection por investigadores de la Universidad de Leeds en Reino Unido.
Este estudio inglés, explica la doctora Ortega, concluyó que "la dispersión de bacterias en el aire es 27 veces mayor alrededor de un secador de manos que con las tradicionales toallas de papel, y peor aún si el secador es uno de esos nuevos de introducir las manos entre chorros de gran potencia".
Las recomendaciones que expone esta experta son, según entremos en un baño público, las siguientes: intentar no tocar nada o hacerlo indirectamente con un papel; si el papel higiénico está en el suelo, no usarlo; no sentarse en el váter; orinar o defecar en cuclillas con las rodillas semiflexionadas; bajar la tapa del váter antes de presionar el botón para la limpieza del baño; y lavarse las manos al salir del baño. Como hemos dicho, secarlas mejor con un papel que con secadores.
Es importante también tomar estas otras medidas: no tocarnos la nariz y la boca antes de lavarnos las manos; no dejar los bolsos ni los móviles en el suelo -siempre mejor colgarlos- y no usar toallas de tela.
Nada de limpiar la taza
Antes de terminar, una aclaración importante, algo que hemos mencionado al empezar este artículo: no empapelemos la taza del váter con papel higiénico ni mucho menos la limpiemos.
"No debemos intentar limpiar la tapa del váter con papel higiénico, pañuelos o algo que tengamos a mano. Mejor no tocarla. Tampoco empapelar la tapa del váter con papel higiénico. Repetimos, es mejor no tocarla", afirma la doctora. Pese a todo estos consejos y recomendaciones, es muy importante, para nuestra salud, que si nos entran ganas de ir a una baño público, lo hagamos.
"Debemos vaciar la vejiga cuando nuestro cuerpo nos lo pida, no aguantar por miedo a contraer infecciones en un baño público. Esta omisión puede crear un medio adecuado para el sobrecrecimiento bacteriano y causar infección urinaria. Orinar con frecuencia arrastra las bacterias que no son parte de la flora habitual", concluye Ortega.