Éstos son los alimentos que te ayudan a fortalecer tu cabello
La alimentación y la dieta repercuten en la calidad del pelo, aunque no ayudará a prevenir su caída en los casos en que se esté predispuesto a ello.
28 octubre, 2019 02:32Noticias relacionadas
¿Qué relación existe realmente entre la alimentación y el cabello? Mucho se ha hablado de si la dieta que llevamos influye o no en la caída de cabello. O de si ayuda o no a mantener el pelo más fuerte y sano. La alimentación tiene su aquél en este tema capilar, ya que existen algunos peros y matices que es preciso explicar. Veamos y aclaremos de una vez por todas qué papel juega la alimentación en la salud capilar.
No cabe duda de que la caída del pelo es una de las preocupaciones estéticas más importantes de la sociedad. Sobre todo a partir de una cierta edad y más aún en el sexo masculino. Casi el 20% de las consultas de dermatología tienen que ver en general, con preguntas y preocupaciones relacionadas con el pelo. Sin embargo, no es lo mismo una caída del cabello de forma puntual o la caída de pelo que ocurre todos los otoños, en la que el pelo no se pierde sino que se regenera, que una alopecia o calvicie donde el pelo se va perdiendo poco a poco, es decir, existe una pérdida de densidad capilar).
Según datos de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), el 50% de hombres y el 25% de las mujeres tiene alopecia. Existen más de 100 tipos pero la más frecuente de todas es la alopecia androgenética o calvicie común (90%), que se debe fundamentalmente a la alteración en los andrógenos.
"Las causas de la alopecia androgénica(el pelo pierde densidad, se cae y no se regenera de forma natural), se deben en un 75% a la genética. En el 25% restante, intervienen otros y diferentes factores -que no están muy claros- como la alimentación, el tabaco, el alcohol o la contaminación. Pero todos éstos juegan un papel mucho menos relevante que la genética", asegura a EL ESPAÑOL David Saceda, dermatólogo y tricólogo del Grupo Pedro Jaén.
En la alopecia androgénica o calvicie, insiste el experto, la alimentación juega un papel muy secundario a no ser que estemos ante un problema de alimentación muy grave como un déficit alimenticio, un problema de absorción de vitaminas o una dieta muy insalubre, que entonces sí podría repercutir en el cabello.
Una dieta rica en vitaminas y antioxidantes
La dieta que llevemos influye en todas las áreas y partes de nuestra salud, y también, como no, en la de nuestro pelo. Según Saceda, "cuando se mantiene una dieta rica en vitaminas y antioxidantes y una alimentación mediterránea va a favorecerse que el pelo tenga mejor calidad, más brillo y que se regenere con normalidad. Por el contrario, una dieta rica en grasas saturadas favorece en general, el envejecimiento y la mala regeneración, tanto de la piel como del pelo".
Debemos tener en cuenta que en el caso concreto de una alopecia androgénica o calvicie común, donde la genética juega un papel determinante, la alimentación no ayudará, pero ¡ojo! sí empeorará: "Una buena alimentación favorece que la regeneración capilar sea la adecuada pero si una persona está determinada genéticamente a tener calvicie, la alimentación nunca va a prevenirla del todo. Pero, por el contrario, la mala alimentación -si la dieta que lleva es poco saludable o rica en grasas saturadas- puede empeorarla", añade el dermatólogo.
Por tanto, la alimentación debe estar basada en nuestra dieta mediterránea e incluir alimentos ricos en vitaminas y antioxidantes como frutas, frutos del bosque con colores brillantes (tienen propiedades antioxidantes), verduras, hortalizas, etc. También es aconsejable añadir alimentos que contengan oligoelementos, como son los ricos en hierro, sobre todo, y cobre, zinc, magnesio y otros minerales.
Tampoco debemos, por otro lado, olvidarnos del papel fundamental de las proteínas. "Las personas vegetarianas deberían asegurarse un aporte proteico diario con alternativas que no sean de origen animal", recomienda el experto.
Cortar el pelo corto no hace que crezca más fuerte y otros mitos…
Uno de los consejos para prevenir la caída es disminuir el estrés oxidativo del metabolismo. Según explica el dermatólogo, esto se traduce en: no fumar; disminuir el consumo de alcohol o no tomarlo; hacer ejercicio físico diario y exponerse al sol de forma moderada con la protección adecuada. "El estrés cotidiano no influye mucho, a no ser que tengamos un problema en el manejo de este estrés", afirma.
Al respecto de la caída del cabello circulan muchos mitos que no son para nada ciertos. Por ejemplo, y según expone en su web la Fundación Piel Sana de la AEDV, el uso de lacas, gominas, lacas, champú o tintes no es, como se piensa, perjudicial para el cabello y su uso no produce que se caiga más. Tampoco cortar mucho el pelo o raparlo hace que crezca más fuerte, ni llevar casco o gorras hace que lo perdamos.
El tema de las vitaminas para el cabello también es un tanto desconocido y algo controvertido. Si alguien toma vitaminas para el pelo puede mejorar el aspecto cosmético, pero no frenará la caída del cabello o mejor dicho, no frenará ningún tipo de alopecia. Las vitaminas, dice esta fundación, deberán utilizarse como un complemento al tratamiento médico, en el caso de las alopecias, pero nunca como un sustitutivo. Y siempre mejor si es el propio doctor/a quien te las recomienda.
"Una buena alimentación y unos hábitos saludables favorecen la no caída del pelo, pero representa un porcentaje muy bajo frente a un tratamiento médico cuando es necesario, es decir, si alguien tiene una predisposición a tener alopecia o calvicie, lo más importante va a ser ponerse en manos de un dermatólogo tricólogo", insiste Saceda.
A día de hoy, además, existen tratamientos muy eficaces para la pérdida del cabello, tales como tratamientos en forma de loción, en forma de microinyecciones o medicamentos por vía oral. Habitualmente, todos ellos se suelen combinar, dependiendo de cada caso, para conseguir mayor éxito. "Además, existen también pautas de tratamiento que se pueden mantener a largo plazo de forma cómoda, y sin efectos secundarios", concluye Saceda.