Así te pueden proteger el yogur y la fibra frente al cáncer de pulmón
Un nuevo estudio añade la reducción del riesgo de sufrir este carcinoma a los beneficios ya probados de estos alimentos.
29 octubre, 2019 23:44Noticias relacionadas
Una dieta rica en fibra y abundante en yogur lleva aparejada una reducción del riesgo de padecer cáncer de pulmón. Estas son las conclusiones de un trabajo del Centro Médico de la Universidad Vanderbilt (EEUU) y que publica la revista JAMA Oncology.
Se trata, en realidad, de un beneficio añadido a los hábitos alimentarios que incluyen fruta, frutos secos, vegetales y determinados cereales que son una fuente abundante de fibra alimentaria. En combinación con los efectos probióticos del yogur y sus 'primos' como el kéfir, se había observado previamente que ejercen un efecto protector contra las enfermedades cardiovasculares y el cáncer gastrointestinal.
Esta nueva información se conoce a partir de un análisis sobre datos de 1,4 millones de pacientes adultos repartidos en Estados Unidos, Europa y Asia. Al tener información sobre los hábitos de vida y el historial médico de los sujetos, los investigadores pudieron clasificarlos en tres grupos en función de su consumo de fibra y de yogur o productos equivalentes.
Así, los miembros del grupo que seguía la dieta más abundante en estos alimentos demostraron tener un riesgo de cáncer de pulmón un 33% inferior en comparación con el grupo que demostraba mayores carencias nutricionales: consumían poca fibra, un problema extendido en la conocida como 'dieta occidental', y no probaban el yogur.
"Nuestro estudio aporta evidencias sólidas para respaldar las recomendaciones dietéticas oficiales de los EEUU para 2015-2020, que prescriben altos niveles de fibra y yogur", explica la investigadora principal, la Dra. Xiao-Ou Shu, profesora de Investigación del Cáncer y co-líder del Programa de Investigación de la Epidemiología del Cáncer en el Centro Vanderbilt-Ingram.
"Asimismo, se ha comprobado consistentemente y de forma fehaciente esta relación inversa ya sea entre fumadores activos, personas que han dejado el tabaco o personas que no han fumado nunca", subraya la investigadora.
Según Shu, estos beneficios para la salud pueden encontrarse enraizados en las propiedades prebióticas -es decir, los componentes de la comida que no se digieren pero que ayudan al crecimiento de microorganismos saludables en el tracto gastrointestinal- y las probióticas -las bacterias beneficiosas aportadas por alimentos que han experimentado un proceso de fermentación.
Estas propiedades, explica la investigadora, pueden "de forma independiente o en sinergia" modular positivamente la microbiota intestinal. La buena salud de la comunidad bacteriana de nuestros intestinos se ha vinculado a la prevención de trastornos en el sistema inmune, metabólicos e incluso neurológicos. También de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), la artritis psoriásica, la diabetes, el eczema atópico, la celiaquía y la rigidez arterial.
Comidas que cuidan la microbiota
En ese sentido, investigadores del Centro Médico Universitario Groningen (Holanda) identificaron recientemente como alimentos más interesantes a la hora de hacer "bacterias amigas" a las legumbres, el pescado y las nueces. También al pan y al vino tinto; no obstante, el consenso nutricional es que el consumo de estos dos productos debe privilegiar el integral en el primer caso y ser lo mínimo, cuando no inexistente, para el segundo.
Estas comidas se asocian a una mayor población de microorganismos que ayudan a realizar la biosíntesis de los nutrientes esenciales y a producir ácidos grasos de cadena corta que suponen la principal fuente de energía para el colon. Estos hallazgos, apuntan los investigadores, sugieren que la modulación de la microbiota a través de la dieta es una estrategia de prevención e incluso tratamiento de las enfermedades gastrointestinales.
"Una dieta caracterizada por las nueces, la fruta, un mayor consumo de verduras y legumbres por encima de la proteína animal; combinada con una ingesta moderada de alimentos de origen animal como el pescado, la carne magra, las aves, los lácteos fermentados bajos en grasa y el vino tinto; y con el mínimo consumo de carne roja, carne procesada y dulces se relaciona con beneficios del ecosistema de nuestros intestinos según nuestro estudio", concluían.
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