El maíz es uno de los cereales más populares del mundo. Es la semilla de una planta de la familia de las gramíneas, nativa de América Central pero cultivada en innumerables variedades en todo el mundo. El maíz integral es tan saludable como cualquier cereal, ya que es rico en fibra y muchas vitaminas, minerales y antioxidantes.
Sin embargo, los productos de maíz refinado también se consumen ampliamente, con frecuencia como ingredientes en alimentos procesados, que resultan menos saludables. Esta planta crece en forma de espiga, llamada mazorca o panocha, a la que se adhieren los granos formando perfectas hileras, que está protegida por una vaina de hojas lisas. En nuestro país es un importante cultivo en diferentes regiones, como Andalucía y Galicia.
"En cocina, cuando la mazorca está tierna y es de maíz dulce, se consume crudo, en ensaladas, asado, frito, guisado o cocido. Se utiliza para fabricar harina con la que se hacen tortas (borona), gachas y papillas (polenta) y el gofio de las Islas Canarias. En repostería también se recurre habitualmente a este cereal. Son muy populares las palomitas, fabricadas con maíz tostado. Su valor alimenticio lo proporcionan las proteínas, lípidos y glúcidos que contiene en cantidades importantes", afirma sobre este alimento la Fundación Española de Nutrición.
Según la base de datos nacional de nutrientes del Departamento de Agricultura de EEUU, el maíz no solo proporciona las calorías necesarias para un metabolismo saludable y diario, sino que también es una rica fuente de vitaminas A, B, E y muchos minerales.
De hecho, sus valores nutricionales por cada 100 gramos de porción comestible es de 50 kilocalorías, 1,1 gramos de proteína, 10,7 gramos de hidratos de carbono y 1 gramo de fibra. Es, precisamente, su alto contenido de fibra dietética la causa de que desempeñe un papel importante en la prevención de enfermedades digestivas como el estreñimiento. Además, los antioxidantes presentes también actúan como agentes anticancerígenos y previenen la enfermedad de Alzheimer. Pero sus beneficios van mucho más allá. Veamos algunos de ellos.
Previene las hemorroides
El contenido de fibra de una taza de maíz equivale al 18,4% de la cantidad diaria recomendada. Esto ayuda a aliviar problemas digestivos como el estreñimiento y las hemorroides, así como a reducir el riesgo de cáncer de colon debido a que el maíz es un grano integral.
La fibra dietética puede ayudar a abultar y ablandar las heces, promoviendo la eliminación regular y disminuyendo el esfuerzo. Este proceso se realiza estimulando el movimiento peristáltico y la producción de jugo gástrico y bilis. Al agregar volumen a las heces sueltas, las posibilidades de síndrome de intestino irritable y diarrea pueden reducirse en gran medida.
Promueve un crecimiento correcto
El maíz es rico en componentes de vitamina B, especialmente tiamina y niacina. Es sabido que la tiamina es esencial para mantener la salud nerviosa y la función cognitiva. También que la deficiencia de niacina conduce a la pelagra, una enfermedad caracterizada por diarrea, demencia y dermatitis que se observa comúnmente en personas desnutridas. También es una buena fuente de ácido pantoténico , que es una vitamina esencial para los carbohidratos, proteínas y metabolismo de los lípidos en el cuerpo.
Además, el maíz proporciona un porcentaje significativo del requerimiento diario de folato, algo importante para las mujeres embarazadas, ya que la deficiencia de ácido fólico en mujeres embarazadas puede provocar el nacimiento de bebés con bajo peso y también puede provocar defectos del tubo neural en los recién nacidos.
Proporciona minerales esenciales
Un estudio afirma que el maíz contiene abundantes minerales que benefician positivamente al cuerpo de varias maneras. El fósforo, junto con el magnesio, el manganeso , el zinc , el hierro y el cobre son algunos de los nutrientes esenciales que se encuentran en todas las variedades de maíz. También contiene trazas de minerales como el selenio, que son difíciles de encontrar en la mayoría de las dietas. El fósforo es esencial para regular el crecimiento normal, la salud ósea y el funcionamiento óptimo del riñón. El magnesio es necesario para mantener una frecuencia cardíaca normal y para aumentar la densidad mineral ósea.
Protege la salud cardiovascular
Una investigación ha demostrado que el aceite de maíz tiene un efecto antiaterogénico en los niveles de colesterol, lo que reduce el riesgo de diversas enfermedades cardiovasculares. El aceite de maíz, en particular, es la mejor manera de mejorar la salud del corazón y esto se deriva del hecho de que el maíz está cerca de una combinación óptima de ácidos grasos. Esto permite que los ácidos grasos omega-3 eliminen el colesterol malo. Esto puede reducir las posibilidades de que las arterias se obstruyan, disminuir la presión arterial y minimizar el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.
Previene la anemia
El maíz ayuda a prevenir la anemia causada por una deficiencia de vitaminas y minerales. También contiene hierro, uno de los minerales esenciales necesarios para formar nuevos glóbulos rojos, cuya deficiencia es una de las principales causas de anemia. Muchos estudios también conectan la vitamina A y el betacaroteno con una mayor absorción de hierro.
Cuidado de ojos y piel
Precisamente por ser una fuente rica en betacaroteno, que forma vitamina A en el cuerpo, el maíz amarillo es un buen aliado para mantener una en buen estado de salud la visión y la piel. Según un estudio publicado en la revista Science, el betacaroteno es una gran fuente de vitamina A porque una vez ingerida, tiende a convertirse en ésta. Además, el betacaroteno que no se convierte en vitamina A actúa como un antioxidante muy potente, como todos los carotenoides, y puede combatir enfermedades como el cáncer y las cardíacas.
Y algunos inconvenientes
Uno de los principales inconvenientes del consumo de maíz es que es un alimento rico en almidón. Esto puede generar un aumento del azúcar en la sangre y puede ser contraproducente si se quiere perder peso. Además, muchos de sus detractores señalan que el maíz puede actuar como relleno, lo que puede hacer que las personas coman demasiados carbohidratos, lo que puede ser negativo si no se posee una dieta equilibrada.
Tampoco se recomienda un consumo excesivo en personas fumadoras, por su alto contenido en betacaroteno. Esto se debe a que algunos estudios sugieren que fumar y los niveles altos de betacaroteno puede incrementar las probabilidades de contraer cáncer de pulmón, mientras que los no fumadores con alto contenido de betacaroteno son menos proclives a contraer cáncer de pulmón.