Estanterías vacías, colas interminables en las cajas e, incluso, clientes con bolsas en la cabeza. Las imágenes de varios supermercados tomadas este martes han impactado a miles de usuarios de las redes sociales. Llevados por el pánico y la incertidumbre, un gran número de consumidores se desplazó hasta estos comercios para hacer acopio de alimentos.
Estas escenas comenzaron a producirse a la mañana siguiente tras el mensaje del ministro de Sanidad, Salvador Illa, que declaró el escenario de contención reforzada en las zonas de alta transmisión del virus: la Comunidad de Madrid, Vitoria y Labastida. Centros educativos, deportivos y de ocio han ido comunicando su cierre durante las próximas dos semanas y han advertido que estas medidas podrían alargarse en el tiempo.
Si bien las personas que protagonizaron las instantáneas más compartidas en las redes sociales parecían muy preocupadas, en Twitter hubo usuarios que comentaron la jornada en un tono más distendido y humorístico. Muchos de ellos se preguntaron qué había pasado con el papel higiénico y por qué había sido uno de los artículos más deseados. Otros, sin embargo, repararon en el artículo que nadie quería: el brócoli.
Este desplante al brécol no se produjo por ser una verdura y, por tanto, perecedera. Los pasillos de verdulerías y fruterías parecían tan desabastecidos como el resto de las secciones del supermercado. Muchos tuiteros y, entre ellos, algunos nutricionistas apuntaron a que la causa podía ser su falta de popularidad.
El olor, el sabor e, incluso, la textura del brócoli son algunos de los pretextos que muchas personas utilizan para no tomar este saludable vegetal. De todas formas, los expertos insisten en que nos animemos a tomar esta verdura más a menudo, dado que posee un gran número de beneficios. En este artículo repasamos 5 aspectos sobre el brócoli que igual no conocías y que pueden hacer que reconsideres tomarlo.
La razón de su olor
Es posible que uno de los aspectos más característicos de esta verdura sea el olor que despide cuando se hierve. No se trata, precisamente, de un olor agradable y lo que lo provoca es el azufre. Sí, según la Fundación Española de Nutrición (FEN), el brócoli contiene una buena proporción de este elemento. Y, aunque su nombre nos recuerde a los volcanes e, incluso, a las representaciones del infierno, tiene una función más benévola.
El azufre tiene propiedades antimicrobianas e insecticidas. Es decir, reduce las posibilidades de que este alimento se eche a perder. De todas formas, si el olor se nos hace demasiado insoportable, algunas personas agregan un chorro de leche en el agua de la cocción y, con ello, aseguran que se mitiga.
Un potente antioxidante
Lo que hace que el brécol tenga un gran poder antioxidante es su cantidad de vitamina C. De hecho, contiene una proporción mayor de este micronutriente que las naranjas. En concreto, la naranja 53,2 miligramos de esta sustancia por cada 100 gramos. El brócoli, por su parte, tiene 89,2 en la misma cantidad.
Eso sí, es importante recordar que la vitamina C es muy sensible al calor. Es decir, que si lo que queremos es aprovechar este contenido del brócoli debemos realizar cocciones menos intensas. De esta manera, se conservará una mayor cantidad de este compuesto que permite absorber el hierro, eliminar los radicales libres que atacan las células y mejorar la cicatrización de los tejidos.
Una ayuda para el corazón
Tomar esta verdura se relaciona con una mejor salud cardiovascular. Pero, ¿por qué? Su consumo se ha relacionado en muchas ocasiones con un descenso del nivel de colesterol malo, también conocido como lipoproteína de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés). Este colesterol forma placas de ateroma en las arterias y, si estos conductos se inflaman, pueden desprenderse y atascar el flujo sanguíneo.
Pero, además, el brócoli es una fuente muy importante de fibra insoluble. Este tipo de fibra es capaz de atrapar grasas y azúcares que, en exceso, se relacionan con las enfermedades cardiovasculares. Al llegar al intestino, estas bolas de fibra insoluble sirven de alimento a las bacterias beneficiosas que viven en él y que contribuyen a la salud general de nuestro cuerpo.
¿Un aliado contra el cáncer?
El brócoli cuenta con un componente que lleva siendo sujeto de estudio durante muchos años. Se trata del sulforafano y, aunque todavía no se conoce bien cómo funciona, se ha observado que tiene la capacidad de atacar a las células cancerosas. Una de las últimas instituciones que ha estudiado esta molécula fue la Universidad de Oregón.
En un estudio publicado en la revista científica Journal of Nutritional Biochemistry explicaron que la sustancia en cuestión reduce el riesgo de cáncer al reducir la expresión de un tipo de fragmentos de ARN. Los autores del estudio aseguraron que el consumo de brócoli era especialmente positivo para prevenir el cáncer de próstata.
Un sabor que mejora
Si todos estos anteriores argumentos te han convencido, o ya conocías las bondades del brócoli, pero eres incapaz de soportar su sabor; no te preocupes, hay un truco para que empiece a saberte mejor. Un grupo de investigadores de la Universidad de Buffalo, en Estados Unidos, publicó un estudio al respecto en la revista Chemical Senses.
Según la investigación, cuando consumimos repetidas veces un alimento de sabor amargo o agrio, las proteínas de nuestra saliva cambian. Este fenómeno provoca que el sabor del brócoli nos parezca más agradable. Así que, ya sabes, si quieres que tu tolerancia al brócoli mejore debes consumirlo más a menudo. Un día lo encontrarás delicioso.