Las tortillas de patata que se venden envasadas en el supermercado no son nuestras favoritas, para qué vamos a mentir. La que se hace en casa no tiene rival, pero hay veces que no tenemos más remedio que claudicar y optar por una industrial. No hace falta que hagamos un drama de ello; la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un estudio sobre las diferentes tortillas que se venden en el súper.
Por su análisis pasaron un total de 15 tortillas de patata. Ninguna de ellas llegó a alcanzar una puntuación superior a los 70 puntos sobre 100, pero sólo suspendieron 4. Es decir, los expertos no dieron con ningún producto de gran calidad. De todas formas, las dos primeras tortillas obtuvieron una nota muy superior a la tercera clasificada. De hecho, la diferencia entre la segunda y la tercera fue de 10 puntos. Encontraron, por tanto, una gran diferencia entre estas y el resto.
La OCU se fija en varios aspectos para realizar sus exámenes de calidad. Los ingredientes con los que cuenta el producto, la cantidad de sal, de grasas saturadas que contiene, la higiene de su envasado o la información que se puede encontrar en el etiquetado, todo ello se vuelca en una nota media sobre 100. Por supuesto, otro de los aspectos que ponderan en dicha nota es una cata del producto realizada por expertos en la materia.
La tortilla que llegó a lo más alto de la lista fue la de La cocina de Senén. Este artículo, sin embargo, presentaba unas características muy diferentes a las del resto. Se vende congelada y debe terminar de cocinarse en la sartén. El resultado desde el punto de vista del sabor y la textura impresionó a los catadores y le otorgaron 90 puntos sobre 100 en la degustación. Esta nota fue el determinante espaldarazo para que su nota media fuera la mejor del estudio.
Una compra maestra
Sin embargo, este producto no fue elegido por la OCU como la Compra maestra. Esta etiqueta la recibe el producto que, además de recibir una buena nota media, tiene el mejor precio con respecto a su calidad. En este caso, dicho tituló recayó en la tortilla de la marca blanca de los supermercados Aldi. El artículo en cuestión es la tortilla de patata con huevos camperos y cebolla caramelizada de La cocina de Aldi.
Esta tortilla recibió una nota de 67 puntos sobre 100, un escaso punto menos que la de La cocina de Senén. Las mejores características que resaltaron los expertos de la OCU fueron la higiene del producto y su calidad nutricional. De hecho, desde el punto de vista de la Nutrición, esta tortilla era mejor que la ganadora: tenía una menor cantidad de grasas saturadas y menos sal por cada 100 gramos.
La principal diferencia que hizo que la de Aldi se alzara con el título de Compra maestra fue, sin embargo, la que había en sus precios. La de La cocina de Senén tiene un precio de entre 8,5 y 8,8 euros y pesa 700 gramos; la de marca blanca, sin embargo, cuesta 1,99 euros y pesa 500 gramos. Es decir, había una diferencia entre ellas de 8,45 euros por cada 100 gramos. La de Aldi, por tanto, era bastante más económica.
¿Es saludable la tortilla de patata?
La tortilla de patata no puede considerarse como un plato saludable, pero se puede consumir de vez en cuando si los ingredientes son de buena calidad. Patatas, huevos, aceite de oliva virgen extra, cebolla y sal. De todas formas, no es bueno abusar de ellas pues en la dieta habitual de los españoles la patata ya está muy presente de por sí. Este alimento, aunque botánicamente es un vegetal, los expertos insisten en que no la consideremos como una verdura.
A pesar de que siempre se ha pensado que la patata alimentaba mucho y, por eso, se echaba en todos los guisos, no tiene tantos beneficios como el resto de hortalizas. La patata tiene mucho almidón, una sustancia que el cuerpo absorbe rápidamente y transforma en azúcares simples. Pero, además, este alimento tiene poca fibra, lo que provoca que ese azúcar entre en la sangre todavía más rápido. La patata tiene, por tanto, lo que conocemos como un alto índice glucémico.
Esto hace que el aporte de minerales se vea ensombrecido por esta característica. Los picos de glucosa en sangre se asocian con la obesidad, pero también con el posible desarrollo de resistencias a la insulina y, por tanto, de diabetes tipo 2. La cosa empeora cuando freímos las patatas: son tan porosas que absorben el aceite en el que se cocinan y esto hace que sus kilocalorías totales se disparen. Mientras la patata cruda cuenta con casi 90 kilocalorías por 100 gramos, la misma cantidad de patatas fritas pueden llegar a tener alrededor de 470 kilocalorías.