Parece de perogrullo, pero conviene tenerlo claro para que no haya lugar a engaños: un plato o una receta, por el hecho de llevar unas hojas de lechuga, un tomatito, un poco de cebolla o unos brotes de canónigos, no se convierte automáticamente en una opción saludable. Es más, ni siquiera las ensaladas, por el mero hecho de llamarse "ensaladas" tienen por qué ser platos saludables. La más clara muestra de ello son las ensaladas envasadas que podemos encontrar en las estanterías de los supermercados desde hace algún tiempo.
El principal problema de estos productos de cuarta gama, cargaditos de plástico y fáciles y rápidos de consumir, es la salsa que incluye la mayoría. Así lo confirma la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que acaba de publicar un análisis nutricional de 22 variedades de ensaladas envasadas que podemos encontrar en el supermercado: desde la típica mediterránea, pasando por la ensalada césar o distintas variedades de ensaladas de pasta.
El dictamen de la organización es claro y conciso: "Entre las 22 ensaladas analizadas por OCU, sólo cuatro obtienen una A, la máxima puntuación de Nutriscore, que valora tanto los aportes nutricionales saludables y necesarios en nuestra dieta (frutas y verduras, fibra y proteínas), como los que hay que evitar consumir en exceso: calorías, grasas saturadas, azúcares y sal por 100 gramos o mililitros de producto". En román paladino: sólo cuatro obtienen la máxima nota y se consideran totalmente saludables.
Según la OCU, se trataría de las ensaladas Auchán César, Hacendado Ensatún, Aldi Mare Nostrum y Primaflor Caprese con atún. "Del resto de ensaladas, 10 tenían una valoración B, siete una C, y una ensalada, Edulis César con pollo y queso, de Lidl, una D, cuando la peor valoración posible en el sistema Nutriscore es una E", explica la organización en un comunicado en el que, además, destaca que el aliño influye de forma determinante en el aporte nutricional "pero también la calidad y la cantidad del resto de ingredientes como la pasta, el atún, el pollo o el queso".
Aumentar el consumo de verdura
La OMS lleva años recomendando aumentar el consumo de frutas y verduras entre la población debido a que un bajo consumo está asociado a una mala salud y a un mayor riesgo de enfermedades no transmisibles. "Incorporar frutas y verduras a la dieta diaria puede reducir el riesgo de algunas enfermedades no transmisibles, como las cardiopatías y determinados tipos de cáncer", dice la organización sanitaria. "Cuando se consumen dentro de una dieta saludable baja en grasas, azúcares y sal (o sodio), las frutas y verduras también pueden contribuir a prevenir el aumento de peso y reducir el riesgo de obesidad", añade.
Tal y como explicamos en este mismo diario, las ensaladas de cuarta gama pueden incluir toda una serie de ingredientes insanos como el bacon, el jamón york, el pollo rebozado o las salsas. Los fabricantes tratan de esta forma de mejorar su sabor y elevar sus propiedades organolépticas. Sin embargo, estos ingredientes también elevan los niveles de grasas perjudiciales y azúcares, pervirtiendo un producto que en teoría debería ser saludable.
Con las ensaladas envasadas, además, se produce una paradoja habitual en el mundo de la alimentación. Es posible que su contenido calórico sea reducido, pero que el producto, a pesar de las pocas calorías que aporta, sea poco recomendable dentro de nuestra dieta. Así, según la OCU, la mayoría de ellas no alcanza las 700 kilocalorías recomendables para una comida completa. "No todas son igual de nutritivas: las de pasta tienen un aporte medio de 588 kilocalorías por ración, las de pollo (César) 410 kilocalorías, las de atún 331 kilocalorías y las de queso 263 kilocalorías", apunta.
Asimismo, el precio, que varía entre los 19,90 euros/kg de la ensalada Diquesí Lorena con queso de cabra y los 6,20 euros/kg de la Edulis Pasta de Lidl, es en general más elevado que el resultado de comprar los ingredientes por separado y hacer la ensalada en casa. "Algunas diferencias son justificables, pues la pasta es más barata que el queso, pero no siempre responde a una mejor calidad de los ingredientes", dice la organización. "En cualquier caso, si puede hacerla en casa, mejor: sale más barata y reduce el impacto medioambiental derivado del uso de plásticos en sus envases, que supone entre un 10 y un 15% del peso del producto".