Esta semana hemos conocido que hasta el 70% de la población española necesita mejorar su alimentación para prevenir y disminuir el riesgo de padecer algunos tipos de tumores, gracias a un estudio elaborado por Cris Contra el Cáncer.
La evidencia científica cada vez es más clara y contundente. Según informa esta organización, "se estima que entre un 30%-50% de los casos de cáncer se podrían evitar modificando el estilo de vida". Y algunos de esos factores serían el peso, la alimentación, llevar una vida activa; no consumo de alcohol y no consumo de tabaco.
Centrándonos en los dos primeros factores, y sobre todo en el segundo, ¿cuál sería realmente la mejor alimentación que nos puede ayudar a prevenir ciertos tipos de cánceres? ¿Qué dieta o qué patrón alimenticio sería más importante y relevante? Hay que tener claro, como señala la Asociación Española contra el cáncer (AECC) que ningún tipo de alimento por sí mismo, es capaz de aportar todos los nutrientes en las cantidades necesarias. Es decir, no se trata de alimentos concretos sino de la variedad en sí que tenga nuestra dieta.
Por ello, es aconsejable, según señala esta asociación, mantener una dieta variada, en la que se consuman los distintos alimentos en las proporciones adecuadas. Los más importantes: un alto consumo de fibra, frutas, verduras y hortalizas a diario. "Dietas ricas en cantidades abundantes y variadas de frutas y verduras evitarían un 20% o más de todos los tipos de cáncer. Las frutas y verduras protegen, sobre todo, frente a los tumores malignos de cavidad oral, esófago, pulmón, estómago, colorrectal, páncreas, mama".
Lo importante: la variedad en la dieta
"Es difícil pensar que haya una única dieta que sea la recomendada. En nuestro país tenemos dos ejemplos claros de dietas que se han asociado directamente con beneficios: la dieta atlántica, y sobre todo la dieta mediterránea", afirma a EL ESPAÑOL Esteban Jódar, jefe de departamento de Endocrinología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo y del Hospital Quirónsalud San José.
Sin embargo, lo importante de una dieta o alimentación protectora, radica fundamentalmente en su calidad y sobre todo, en su variedad. Según asegura Jódar, "debemos recordar lo que comimos en nuestras casas de pequeños. Esto es, una dieta en la que se come más pescado que carne (en la que ni siquiera se comía carne a diario); en la que las fuentes de hidratos de carbono sean, dentro de lo posible, carbohidratos complejos y donde exista un buen consumo de legumbres".
Y por supuesto, una de las claves fundamentales -como ya hemos comentado-, el consumo de frutas, verduras y hortalizas. "Y es importante además, no solo incrementar su consumo sino que éstas sean de temporada, como han mostrado estudios recientes", afirma el experto. Consumir las frutas y las verduras de temporada significa hacerlo en su momento óptimo, por lo que tendrán más nutrientes y minerales.
Según el estudio mencionado anteriormente, el consumo de frutas y verduras ha decaído hasta un 40% y en un 60% el de legumbres. Y no todos cumplimos estas recomendaciones alimentarias, ya que sólo un 30% de los participantes de este estudio podría decirse que llevan una alimentación sana.
Como recomendación, para mejorar nuestra dieta y aumentar el consumo de los alimentos protectores, Jódar -también- alude al ya famoso plato de Harvard. Así, el 50% de nuestro plato debería contener fundamentalmente las verduras; un cuarto del plato, hidratos de carbono (preferiblemente complejos) y el otro cuarto, las proteínas, preferentemente pescado, y carnes no procesadas. Mejor tomar siempre carnes blancas que carnes rojas - estas últimas deben ser sólo para consumo ocasional-.
De forma más concreta, la AECC indica aquí algunas recomendaciones sobre el consumo de fibra, verduras y hortalizas que debemos consumir a diario: entre 20 y 30 gramos diarios de fibra (aquellos alimentos con más fibra serían los cereales sobre todo si son integrales, las legumbres, las frutas y las verduras); 5 raciones diarias de frutas y verduras y seis raciones diarias de cereales integrales.
"Dentro de este tipo de vida mediterránea es importante prestar atención a otros factores como: el ejercicio físico, que ha demostrado efectos beneficiosos incluso independientes de lo que se consigue con la dieta; el abandono del tabaco y la limitación del alcohol, que también está relacionado con muchos cánceres". De hecho, y como comentaba aquí la doctora Emilia Gómez Pardo, asesora científica de CRIS, "el alcohol está directamente relacionado con al menos 8 tipos de cáncer.