Los tres meses de confinamiento por la pandemia del COVID-19 han supuesto para muchos acumular hasta 3 kilos más. Sin embargo, y en contra de lo que podemos pensar, el verano puede ser también un buen momento para quitarnos de encima esos kilos, para cuidarnos y sobre todo para adquirir, en lo que alimentación se refiere, hábitos saludables.
"Pero de nada sirve perder unos kilos ahora y después recuperarlos porque se puede producir el famoso efecto yo-yo", afirma a EL ESPAÑOL Albert Lecube, especialista del servicio de Endocrinología y Nutrición y vicepresidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). Por eso, tener unos buenos hábitos y comer de forma saludable y equilibrada, "no debe ser sólo en verano sino que debe ser continuado en el tiempo. Tiene que ser una forma de vivir y no de comportarse durante un tiempo".
Lo importante es, por tanto, llevar una dieta saludable, como hábito o forma de vida. No hace falta seguir (siempre) dietas restrictivas: la mayoría de ellas fallan. "Uno puede aplicarse estas dietas restrictivas en algún momento puntual si esto le sirve como punto de partida para empezar a cuidarse, pero es imposible mantenerlas", añade el experto.
Además, como explicó en este artículo la dietista-nutricionista Mireia Elías, las dietas para perder peso han de ser siempre individualizadas porque es posible bajarlo sin sufrir ni pasar hambre. Se trata de adquirir hábitos alimenticios saludables y mantenerlos en el tiempo.
Tres 3 kilos en el confinamiento
Una encuesta publicada recientemente por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad mostraba que casi la mitad de los españoles (44,3%) había engordado durante el periodo del confinamiento. Y hasta un 73% de ellos habían aumentado de peso entre 1 y 3 kilos. Además, han sido precisamente las personas que ya tenían sobrepeso u obesidad los que más han subido de peso durante este periodo. La inactividad física y la mala alimentación han sido los motivos principales.
Es importante por tanto, no sólo disminuir esos kilos sino cuidar nuestro peso (si estamos en el peso que corresponde). En España, y según datos de la SEEDO, un 60% de la población tiene exceso de peso, siendo obesos alrededor de un 21%.
"En nuestro país una persona con un peso normal tiene un 80% de probabilidades de alcanzar los 70 años de edad; sin embargo, éstas se reducirán hasta el 50% si es obesa, dado que aumenta considerablemente el riesgo de muerte prematura por enfermedad cardiovascular, diabetes y cáncer", tal y como aseguraba en la presentación de este informe Susana Monereo, secretaria de la SEEDO.
Restricción de los azúcares y alcohol
Para intentar modular el peso -expone Lecube- lo que debemos de hacer es principalmente, intentar reducir en todo lo posible dos cosas: los azúcares y el alcohol.
Los azúcares deben tomarse con moderación, de forma ocasional, sobre todo aquellos productos procesados y de bollería. Pero también las bebidas azucaradas, aunque sean sin azúcar porque "se ha demostrado que las personas que consumen este tipo de refrescos ganan más peso que las que sólo consumen agua". No se trata de prohibirlas pero sí de no tomarlas con frecuencia, sino ocasionalmente.
Con respecto al alcohol, se ha visto que éste favorece la acumulación de grasa en la zona abdominal, y su consumo, incluso moderado, se ha relacionado con un aumento de riesgo cardiovascular y de cáncer.
Dieta mediterránea
Por su parte, para cuidar nuestra dieta lo importante es seguir "el modelo de dieta mediterránea en la que se prioricen los productos de proximidad, y en la que el agua sea la bebida de referencia", afirma el experto. "No se trata de comer 20 piezas de frutas al día, porque si no también estaríamos engordando" matiza. Se trata de seguir una dieta saludable y equilibrada, basada, eso sí, en el patrón de dieta mediterránea.
De este modo la SEEDO, en sus recomendaciones nutricionales para llevar una dieta sana y prevenir la obesidad apuesta por este patrón de dieta, donde se favorece sobre todo el consumo de fruta y verduras. También de cereales, legumbres y patatas; leche y yogur (mejor desnatados o con bajo contenido en grasa); proteínas de calidad (carnes, fundamentalmente blancas, pescados y huevos); frutos secos y aceite de oliva como grasa de referencia. Por contra, evitar alimentos y bebidas dulces con gran cantidad de azúcares y reducir o evitar el alcohol y los alimentos ricos en grasas o procesados.
No podemos olvidar que "una alimentación sana debe ir acompañada de una práctica de ejercicio físico de forma regular", concluye Lecube. En aquellas personas que tienen que perder mucho peso, se recomienda que acudan a profesionales para tratar la obesidad como una enfermedad.