El tomate es una de las frutas que no pueden faltar en la lista de la compra. Se utiliza para una gran variedad de sofritos, guisos o, también, para sencillas ensaladas. Sin embargo, si hay una modalidad en la cual el tomate triunfa, esa es en salsas. Del tomate triturado al sofrito, pasando por el típico tomate frito, el tomate en formato líquido es una parte fundamental de un gran número de platos.
Sin embargo, aunque estos tres tipos de tomate se pueden consumir en una dieta sana sin abusar, unos son más saludables que otros. Desde luego las mejores recetas con tomate son las que nosotros mismos preparamos ya que podemos tener un control total sobre los ingredientes que añadimos: optar por tomates frescos, por aceites de calidad como el de oliva y vigilar la cantidad total de sal y de azúcar empleada.
Cocinar este tipo de elaboraciones es muy sencillo, pero en la mayoría de ocasiones, optamos por comprarlas en el supermercado. En este caso, debemos detenernos un momento y observar el etiquetado para comprobar qué ingredientes y cuánta cantidad de los menos aconsejables contiene. Si queremos ahorrarnos este trabajo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un análisis sobre la calidad nutricional de los distintos tomates envasados que pueden encontrarse en el supermercado.
Grasas, sal y azúcar
En total, la OCU ha puesto a examen a 113 productos y los ha clasificado en una lista de los mejores a los peores. Para ello, los profesionales de este organismo han revisado la composición nutricional y el listado de ingredientes que aparece en el etiquetado de los envases. "Nos hemos fijado especialmente en el contenido de 4 nutrientes cuyo consumo es aconsejable vigilar: grasas, grasas saturadas, azúcares y sal. Y hemos observado diferencias entre los tres grupos de tomates envasados, y también con respecto al tomate natural", explica la OCU en su página web.
Tras realizar este análisis, la OCU ha concluido que el producto más parecido al tomate natural es el tomate triturado. La única diferencia entre ambos productos es que el triturado del súper lleva sal y ácido cítrico. Por lo general, estos productos a base de tomate tienen niveles bajos de grasas y grasas saturadas —están presentes en las recetas que incorporan aceite, pero nunca en niveles demasiado altos— y de azúcares.
Uno de los principales problemas que presentan estos productos a base de tomate es la cantidad de sal que contienen algunos de ellos. Un ingrediente que debe consumirse con moderación y, especialmente, en la población que padece de hipertensión. De todas formas, todos los tomates del supermercado son, en mayor o menor grado, productos procesados y, por tanto, tal y como explica la OCU, "su consumo debería ser moderado".
El mejor tomate de bote
La OCU ha situado en lo más alto de su lista al tomate triturado categoría extra de Auchan. Se trata de un producto parco en cuanto a ingredientes: tan sólo contiene tomates y acidulante. Por esta razón, su contenido en los ingredientes y nutrientes más preocupantes para la OCU es, prácticamente, nulo. Este tomate no contiene grasas de ningún tipo, azúcares naturalmente presentes en el tomate y un porcentaje ínfimo de sal.
Estas características también convierten a este tomate en un alimento hipocalórico: 100 gramos de este tomate triturado suponen, tan solo, 27 kilocalorías. Todo ello le ha valido la máxima puntuación de la OCU, que lo reconoce como un producto de "muy buena valoración nutricional". Este mismo caso se repite en otros tomates triturados de otras marcas como Orlando, Apis o El Corte Inglés.
Mientras que los tomates triturados son los productos mejor puntuados, los tomates fritos se encuentran por debajo. El tomate frito es el único cuya receta se encuentra regulada por una ley y esta permite que se encuentren algunos productos de este tipo con un escaso 25% de tomates. Esta salsa de tomate tan típica contiene aceites y azúcares para contrarrestar la acidez natural de la fruta y, por esa razón, deben consumirse con más moderación.