Un nuevo estudio de investigación la Universidad de Cornell (Estados Unidos) ha analizado cómo el suero de las personas que consumen una dieta enriquecida con arándanos afectaría a las células responsables del crecimiento y la reparación de los músculos.
El estudio, publicado en la revista Journal of Nutrition, se llevó a cabo durante seis semanas con 22 mujeres, 12 de 25 a 40 años y 10 de 60 a 75 años. Para la dieta enriquecida con arándanos, las participantes consumieron el equivalente a 1,75 tazas de arándanos frescos al día, dados como arándanos liofilizados (19 g por la mañana y 19 g por la noche), junto con su dieta regular.
También se pidió a los participantes que evitaran otros alimentos ricos en polifenoles y antocianinas. Se obtuvo suero de los participantes una hora y media después de consumir la dosis matutina de arándanos. Luego, los investigadores investigaron cómo el suero afectaría la función de las células progenitoras del músculo a través de la proliferación o el número de células, la capacidad para manejar el estrés oxidativo y la tasa de consumo de oxígeno o el metabolismo.
Los resultados mostraron que el suero enriquecido con arándanos de seis semanas obtenido de las mujeres de 25 a 40 años aumentó el número de células progenitoras musculares humanas en el cultivo. También se observó una tendencia hacia un menor porcentaje de células progenitoras de músculo humano muertas, lo que sugiere una resistencia al estrés oxidativo, así como un mayor consumo de oxígeno de las células. No se observaron efectos beneficiosos en las células progenitoras musculares tratadas con suero de los participantes de 60 a 75 años que consumieron la dieta enriquecida con arándanos.
"Las consecuencias asociadas al deterioro del músculo esquelético son la pérdida de movilidad, la disminución de la calidad de vida y, en última instancia, la pérdida de independencia. Actualmente, las investigaciones sobre las intervenciones dietéticas para apoyar la regeneración del músculo esquelético en los seres humanos son limitadas. Este estudio preliminar de la función de las células progenitoras del músculo prepara el camino para futuros estudios para desarrollar intervenciones clínicas", explica la investigadora principal del trabajo, Anna Thalacker-Mercer.
La científica puntualiza que, aunque los resultados no pueden generalizarse a todas las poblaciones, este estudio "es un paso importante para traducir los hallazgos de los estudios de cultivos celulares y roedores en una posible terapia dietética para mejorar la regeneración muscular después de una lesión y durante el proceso de envejecimiento".
La masa muscular disminuye de tres a cinco por ciento cada década después de los 30 años de edad, y ese índice aumenta a partir de los 60 años. Por lo tanto, las estrategias para mejorar la proliferación de las células progenitoras de los músculos y reducir el estrés oxidativo también pueden beneficiar la regeneración muscular durante el proceso de envejecimiento.