La dieta mediterránea es uno de los grandes tesoros de la cultura de España. Junto con el japonés, este tipo de alimentación es uno de los que más se asocia a la longevidad. Sin embargo, con el paso del tiempo se han ido deteriorando algunas de nuestras sanas costumbres y somos reacios a cambiar. La pandemia de obesidad en todo el mundo también afecta a los españoles y, para evitarla, debemos adoptar estilos de vida saludables.
No siempre es fácil. Los horarios laborales, la vida social y otros reclamos del día a día nos mantienen muchas veces alejados de la cocina. Sabemos que debemos consumir más legumbres, más pescado azul, más frutas y verduras, pero no encontramos el momento. Pues bien, existe gente de mentalidad abierta que ha decidido que las convenciones sociales no van a detenerles.
Cenar legumbres o desayunar pescado son actividades que la mayoría de nosotros rechazamos de primeras y, sin embargo, pueden ayudarnos a ganar en salud. Tanto las legumbres como el pescado graso son alimentos propios de la dieta mediterránea y, en realidad, es más importante consumirlos que el momento en el que lo hacemos. En EL ESPAÑOL revisamos cinco hábitos nutricionales muy extraños y que, sin embargo, son saludables.