La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) ha tenido conocimiento a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI), de una notificación de alerta trasladada por las Autoridades Sanitarias de Madrid, relativa a la presencia de cacahuete no declarado en una tarta de chocolate distribuida en los establecimientos Ahorramas.
Se trata del producto denominado Tarta delicia de chocolate, una tarta congelada que lleva un alergeno -cacahuete- que no está recogido en el etiquetado, por lo que sería muy peligroso consumirlo por personas alérgias a este fruto seco.
Durante el control interno de la empresa fabricante, se detectó que algunas tartas contenían bolas de decoración de cereales con cacahuete bañadas en chocolate, ingrediente que no constaba en su ficha técnica.
Así se lo advirtió la empresa fabricante a la cadena de supermercados distribuidora, que en seguida procedió a avisar a las autoridades y también a sus usuarios.
No todas las tartas de chocolate de este tipo están afectadas por este fallo, sino las pertenecientes a algunos lotes. En concreto, los lotes afectados son los: 2520010B3, 2705010B3, 2913010B3, 3130010B3, 3208010B3 y 3023010B3, con fechas de caducidad que oscilan entre el 16 de noviembre y el 26 de diciembre.
Cada tarta tiene un peso de 1.000 gramos y las afectadas se han distribuido en las comunidades de Castilla La Mancha y Madrid en los supermercados Ahorramas.
Esta información ha sido trasladada a las Autoridades competentes de las comunidades autónomas a través del SCIRI con el objeto de que continúe la retirada de los productos afectados de los canales de comercialización.
Como medida de precaución, se recomienda a aquellos consumidores alérgicos / intolerantes al cacahuete, que pudieran tener el producto anteriormente mencionado en sus hogares que se abstengan de consumirlo.
Aumentan las alergias alimentarias
En España, se estima que cerca de dos millones de personas son alérgicas a algún alimento. Los alimentos están compuestos por diferentes proteínas y algunas de ellas pueden ser potencialmente alergénicas, siendo capaces de inducir diferentes tipos de reacciones, explicaban María José Goikoetxea y Carmen D’Amelio, doctoras en el Departamento de Alergología de la Clínica Universidad de Navarra.
El desarrollo de una alergia depende, sin embargo, de diversos factores entre los que se incluyen la genética, la frecuencia de consumo de los alimentos y el momento de su introducción, entre otros. Una etapa frecuente de la vida para desarrollar estas alergias es la niñez, especialmente durante los primeros años cuando se comienzan a introducir los diferentes alimentos.
En las personas con alergia alimentaria, se produce una respuesta exagerada frente a uno o más alimentos determinados. Esto es debido al desarrollo de anticuerpos, generalmente tras un contacto previo, que, al reconocer al antígeno o alimento en cuestión, ponen en marcha una serie de reacciones inmunológicas capaces de desencadenar los síntomas típicos de la alergia: picores, ronchas, edema facial, tos, dificultad para respirar, etc. Estos síntomas generalmente se producen de forma inmediata o dentro de las primeras dos horas tras la ingesta o el contacto con el alimento.
Alergias variables
¿Es posible superar la alergia a un alimento? Depende el tipo de alimento. Hay alergias alimentarias en la edad pediátrica que se superan habitualmente con el crecimiento como la alergia al huevo y la leche. Se estima que a los cinco años, el 80% de los pacientes con alergia a la leche de vaca y más de la mitad con alergia al huevo logran superarlo de forma espontánea. Sin embargo, hay otros, como los frutos secos, que no suelen desaparecer con la edad.
En casos como la alergia al pescado se puede llevar a cabo un proceso de desensibilización. Mediante un proceso lento, pero progresivo, se va introduciendo ese alimento en la dieta. Se comienza con cantidades ínfimas hasta que la persona consigue tolerarlo. Es importante tener en cuenta la necesidad de llevarlo a cabo bajo la estrecha supervisión de un especialista. Es una técnica que se muestra más efectiva cuanto más temprano se comienza, ya que a partir de los 5 años de edad disminuyen las posibilidades de tolerar un alimento frente al que se ha vuelto sensible.
¿Ocurre solo si se consume directamente ese alimento? La reacción alérgica no depende de la cantidad ingerida sino de la sensibilidad a ese elemento. No solo hay que prestar atención a la pieza de fruta concreta o al fruto seco, sino también a aquellos productos que puedan contener trazas (cantidades muy pequeñas) del mismo, porque estén presentes en su composición o bien por contaminación accidental de otros alimentos.
Hay quienes ni siquiera necesitan ingerir ese alimento para reaccionar frente a él. Por ejemplo, los vapores del cocinado del pescado pueden desencadenar una reacción alérgica en muchos pacientes con elevada sensibilización a dicho alimento. A estos pacientes se les denomina “detectores de vapores”. En estos casos, la solución no solo pasa por evitar consumir dicho alimento, sino que no pueden estar expuestos durante su cocinado o durante el servicio del comedor del colegio.