La zanahoria es una de las hortalizas más consumidas en España. La Daucus carota subespecie sativus tuvo un antepasado silvestre que surgió en Irán, un país que sigue acaparando una mayor variedad; pero lo cierto es que su cultivo se ha extendido por todo el mundo y nosotros nos alegramos. Antiguamente se cultivaba por sus hojas y sus semillas aromáticas, parientes del perejil o el hinojo, aunque ahora es su raíz de intenso color naranja su parte más cotizada. Repleta de vitaminas y minerales, su sabor y textura pegan con casi todo para hacer de ella uno de los superalimentos imprescindibles en nuestra despensa.
Es la hortaliza con más betacaroteno o provitamina A, pero también de vitamina C, E, B9 o ácido fólico. Una ración de zanahoria cubre el 110% de la vitamina A necesaria, el 13% de la C y el 10% de ácido fólico. Con poco contenido en proteínas y grasas, sí es rica en fibra, minerales y oligoelementos y, además, se trata de un alimento con propiedades alcalinizantes que favorece el equilibrio del organismo. Desde pequeños, cuando más nos costaba comerla, hemos escuchado que es buena para la vista y esto no es ningún mito: previene cataratas y la degeneración macular, está indicada para la disminución de la agudeza visual y la fotofobia.
Sumados a estas propiedades y beneficios está su regulación de trastornos digestivos y la prevención de infecciones respiratorias e infecciosas, así como las patologías hepáticas. Su calcio es muy asimilable por el organismo mientras que su contenido en hierro y cobre favorece la formación de glóbulos rojos, por eso se indica su consumo en casos de anemia y para prevenir patologías cardíacas. Tiene además un efecto reactivador de la menstruación y es recomendable durante la lactancia materna.
No son pocas las personas que hablan del truco de comer zanahoria para ponerte moreno y tenemos que decir alto y claro que se trata de un mito. La melanina de nuestro cuerpo es la encargada de dar color a la piel, el pelo y los ojos, y este pigmento no se activa con el consumo de la hortaliza. Sin embargo, sí contienen un compuesto bioquímico que influye en nuestra piel de otra forma: los betacarotenos, que aportan vitamina A muy buena para el cuidado de la piel. Vale, no sirve para broncearnos, pero sí genera un levísimo color naranja y, lo más importante, es antioxidante y viene estupendo para la salud dérmica.
Valor nutricional de la zanahoria
El valor nutricional de 100 gramos de zanahoria es el siguiente:
Calorías: 41 kcal
Hidratos de carbono: 9,6 g
Proteínas: 0,93 g
Grasas totales: 0,24 g
Colesterol: 0 g
Fibra: 2,8 g
Vitamina C: 5,9 mg
Calcio: 33 mg
Magnesio: 12 mg
Fósforo: 35 mg
Potasio: 320 mg
Sodio: 69 mg
Cómo conservar la zanahoria
A diferencia de otras hortalizas, las zanahorias se conservan mucho mejor en los ambientes húmedos, así que lo más habitual es que las almacenemos en la nevera; pero ¿cómo conservarlas para que duren mucho más tiempo? Un truco que funciona es introducirlas en un recipiente lleno de agua que habrá que ir cambiando con frecuencia cuando se ponga turbia. También se pueden guardar envueltas en papel absorbente habiéndolas humedecido previamente.
La congelación también es una buena opción. Simplemente hay que pelarlas, cortarlas en rodajas o en dados y blanquearlas. ¿De qué se trata esto último? Pondremos agua a hervir y cuando llegue al punto de ebullición las sumergiremos hasta que hiervan de nuevo. Una vez fuera, las pasaremos por agua fría, las escurriremos y podremos meterlas en el congelador en recipientes adecuados.
Un punto muy importante para tener en cuenta sobre la conservación de las zanahorias es que siempre que las compremos con hojas, tendremos que cortarlas en cuanto lleguemos a casa. El motivo responde a que los brotes absorben el agua de la zanahoria y éstas van a deteriorarse mucho antes si se las dejamos.
Cómo tomar zanahoria
Lo cierto es que la zanahoria fría, caliente, cruda o cocinada es un auténtico manjar que sirve como plato principal y acompañamiento en un sinfín de propuestas. Hemos rebuscado entre el amplio recetario que nos ofrece Cocinillas para elaborar un menú completísimo a base de esta hortaliza, empezando por un aperitivo a base de salmorejo de zanahorias con crujiente de lomo que te explican paso a paso. Tampoco nos olvidamos de que el zumo de zanahoria es perfecto para las preparaciones detox.
Continuamos con esta ensalada de garbanzos, zanahoria y algas, un plato muy fresco y original, para dar paso a uno más tradicional como es el puré de zanahoria, esta vez con un toque de jenjibre. Algo más elaborado es este risotto de bacon y zanahoria para chuparse los dedos y de vuelta a la sencillez proponemos estas zanahorias aliñadas perfectas para una guarnición de carnes o pescados. Por último, pero no menos importante, podremos endulzarnos el postre con este bizcocho de avena y zanahoria con poco azúcar y muchas vitaminas.
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