Radiografía de la morcilla: así es el embutido típico de España con más grasa
La morcilla es un embutido con una gran proporción de grasas que lo convierte en un bocado poco recomendable para una dieta saludable.
7 noviembre, 2020 01:22Noticias relacionadas
De todos los embutidos típicos de España, la morcilla es uno de los más conocidos fuera de nuestras fronteras por su ingrediente estrella: la sangre. No somos los únicos del mundo a los que se nos ha ocurrido cocinar con ella. En Reino Unido y en Irlanda tienen una receta bastante parecida que, en su caso, se conoce como black pudding. Aunque de primeras la idea pueda repeler, lo cierto es que en España es uno de los embutidos más apreciados.
Podemos encontrarnos estas rodajas en tapas o, también, como parte de un guiso o un cocido. La morcilla está muy unida a nuestra comida tradicional y, una de las razones, es porque se trata de un bocado muy energético. Eso sí, por mucho que sea un alimento tradicional en nuestro país esto no significa que debamos consumirlo a diario. La morcilla es un alimento que debe consumirse de forma esporádica.
Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), 100 gramos de este embutido suman casi 450 kilocalorías que proceden, en su mayoría, de las grasas. Las grasas son el componente de la morcilla más abundante y forma, prácticamente, el 40% de este alimento. Por detrás de la sobrasada, la morcilla es el embutido que más grasas contiene. Se trata del macronutriente más energético que existe, porque cada gramo de grasa contiene 9 kilocalorías.
Muchas grasas y proteínas
Aunque no todas las grasas son malas para la salud, la morcilla cuenta con un importante contenido de ácidos grasos saturados. Unas sustancias que terminan transformándose en colesterol malo —conocido científicamente como lipoproteína de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés)— y que, por tanto, favorecen la hipercolesterolemia, un factor de riesgo de la enfermedad cardiovascular.
La morcilla también cuenta con un buen aporte de proteínas: concretamente, suponen el 19,5% de la composición. Estas proteínas son muy similares a las de la carne, es decir, se consideran de muy buena calidad al contar con todos los aminoácidos esenciales y también son muy abundantes. Las proteínas son especialmente importante para renovar los tejidos de nuestro cuerpo.
Los españoles, tal y como revela la Encuesta Nacional de Ingesta Dietética (Enide), solemos sobrepasar la cantidad diaria recomendada de proteínas, pero esto no supone riesgo para nuestra salud. Sin embargo, si se realiza ejercicio físico sí que es necesario consumir más. ¿Cuántas debes consumir en tu caso específico? En este artículo de EL ESPAÑOL puedes descubrirlo.
Este embutido también se caracteriza por ser fuentes de dos minerales importantes para nuestra salud: el selenio y, sobre todo, el hierro. Este último mineral en la morcilla tiene una "gran biodisponibilidad por encontrarse una proporción considerable del mineral en forma de hierro hemo. En este sentido, 100 gramos de morcilla cubren más del 100% de las ingestas recomendadas de este mineral para hombres adultos y el 78% de las recomendaciones en mujeres adultas", explica la FEN.
De Pascuas a Ramos
Con respecto a las vitaminas, la morcilla no contiene demasiadas. Tan sólo destaca por su aporte de vitamina B12, un micronutriente que, principalmente, se encuentra en los alimentos de origen animal y que tiene una función vital en el cuerpo humano. La principal función de esta vitamina en el cuerpo es la formación de glóbulos rojos y el mantenimiento del sistema nervioso central.
Debemos ser comedidos consumiendo la morcilla. Se trata de un alimento muy energético y que contiene demasiadas grasas saturadas. Estos dos aspectos favorecen el sobrepeso y también el aumento de colesterol perjudicial para la salud cardiovascular. Pero, además, al consumir morcilla debemos ser conscientes de que se trata de carne procesada y que, por tanto, se asocia a otras enfermedades.
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), múltiples estudios científicos han demostrado la relación entre un consumo alto de carne procesada con un mayor riesgo de desarrollar cánceres colorrectales. Nuestro embutido favorito, por tanto, debe considerarse como un bocado para una ocasión especial si queremos cuidar nuestra salud.