Para aquellos que además de comer sano están interesados en respetar el medio ambiente y que su alimentación sea lo menos contaminante posible, la mejor opción para llenar el plato es elegir alimentos de temporada (frutas, verduras y pescado). Uno de estos productos que está ahora en su mejor momento, lo que se nota en su calidad y precio, es la granada, una fruta que aunque no es tan popular como la mandarina, quizás porque no es tan fácil de pelar, está llena de beneficios para el organismo.
Como curiosidad, hay que recordar que esta fruta formó parte del escudo de los Reyes Católicos desde 1492, tras la reconquista de Granada, y que se mantiene en el actual escudo de España. Este fruto tan íntimamente relacionado con nuestro país y que normalmente se come fresco, grano a grano, no es raro encontrarlo en los meses de frío en elaboraciones culinarias, sobre todo en Navidad, como ingrediente de alguna de esas ensaladas que desengrasan las copiosas comidas de esos días o como salsa para la carne.
Así, para dar respuesta a la demanda, Mercadona ha anunciado en su web que tiene previsto comprar esta temporada más de 1.500 toneladas de granadas españolas, dentro de su apuesta por productos frescos y de proximidad (proveedores alicantinos surten a la cadena). En concreto, la variedad mollar, de sabor dulce y pepitas de color rojo intenso, es la que los clientes pueden encontrar en los supermercados de la compañia.
En España, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, se produce más de 75.000 toneladas anuales. Más de la mitad se cultivan en la Comunidad Valenciana, seguida de Murcia y Andalucía, pero también en Extremadura y Cataluña.
Beneficios para el cuerpo
Dicho esto, ha llegado el momento de poner el foco en la parte nutricional: ¿qué beneficios tiene la granada sobre nuestro organismo? Pues bien, esta fruta que los árabes introdujeron en España (desde donde fue exportada a América tras la conquista), es poco calórica, en concreto aporta 34 kilocalorías por cada 100 gramos de producto.
Además, según señalan desde la Fundación Española de Nutrición (FEN), dentro de los minerales aporta una cantidad considerable de potasio. Como explica EL ESPAÑOL en este artículo, el potasio es un electrolito indispensable en el cuerpo que es responsable del mantenimiento de la frecuencia cardiaca.
Entre las vitaminas, presenta pequeñas cantidades de vitamina C y vitaminas del grupo B. El ácido cítrico, que confiere el sabor ácido característico de esta fruta, potencia la acción de la vitamina C. Esta ayuda al sistema inmunitario, es un antioxidante y metaboliza el hierro. También contribuyen a tener una piel saludable y oxigenada. No obstante, hay que tomarla a diario porque es soluble en agua y el cuerpo la termina eliminando.
No hay que olvidar que las granadas también contienen polifenoles, unas sustancias químicas con poder antioxidante, cuya función en el organismo es evitar el estrés oxidativo y el daño celular que producen los radicales libres.
Aunque se suele tomar fresca también se utiliza para elaborar granadina (esa bebida que a algunos les llevará a sus primeras discotecas light), bebidas fermentadas y jarabes, según recuerdan desde la FEN. Pero para poder comerla, antes hay que resolver el auténtico engorro de pelarla. Según explica este texto de Cocinillas, hay algunos pasos que hacen más sencilla esta tarea.