Esto es todo lo que le pasa a tu cuerpo cuando dejas de comer carne durante un mes
Limitar el consumo de carne, de la que abusamos en España, puede contribuir a una mejora de nuestra salud en poco tiempo.
23 noviembre, 2020 02:56Noticias relacionadas
España posee una gastronomía muy variada. En muchos de sus platos y recetas, los productos de origen vegetal son los protagonistas. De hecho, la tan popular dieta mediterránea pone el acento en alimentos como los cereales, los vegetales y las verduras.
No obstante, el peso de los productos cárnicos en nuestra dieta sigue siendo, globalmente, muy importante, con un consumo medio, según Greenpeace, de más de 250 gramos por persona y día. Una cantidad mucho mayor que la recomendada por la FAO, que señala que una ingesta de 20 gramos de carne al día es suficiente para el ser humano.
Ante estos datos, muchas voces que afirman que la carne no es necesaria para mantener una dieta saludable; al menos, no en tales cantidades. Según un estudio de la Fundación Española de la Nutrición (FEN), un 2% de la población española no incluye nada de carne en su alimentación diaria, un 12% no consume carne procesada y alrededor del 1% no come ni carne ni pescado.
Las evidencias científicas apuntan a que uno de los principales elementos básicos para una buena salud es una dieta bien equilibrada. Dicha dieta incluye una gran variedad de nutrientes esenciales en proporciones adecuadas, algo que, en principio, hace pensar que la carne debe estar presente, en mayor o menor medida.
No obstante, también hay indicios de que no comer carne puede aportar interesantes beneficios a nuestra salud. Por eso, cada vez más consumidores apuestan por reducir su consumo de carne o dejar de comerla durante un determinado tiempo.
Para tales casos, existe una dieta especial sin carne durante todo un mes. Sin embargo, sí está permitido comer pescado y productos de origen animal, como huevos, productos lácteos, miel y otros, lo que la hace sostenible y equilibrada. Pero, ¿cuaĺes son estos beneficios?
Ayuda a adelgazar
Quiénes tengan por objetivo perder algo de peso son unos buenos candidatos a dejar de consumir temporalmente carne. Las investigaciones muestran que las dietas vegetarianas y veganas están asociadas con un peso corporal más bajo que las dietas a base de carne.
El motivo lo encontramos en que las dietas a base de vegetales suelen ser más ricas en fibra y alimentos ricos en nutrientes como frutas, verduras y legumbres para frenar los antojos. En esta línea, un estudio mostró que las personas que siguieron una dieta vegana durante 18 semanas perdieron una media de cuatro kilos de peso más que quienes no lo hicieron.
Un corazón más sano
Las enfermedades cardiacas encabezan el ránking de causas de muerte en España. De los más de 17,5 millones de fallecimientos como consecuencia de las enfermedades cardiovasculares en todo el mundo, más de 120.000 se producen en nuestro país. No es ningún secreto que ciertos tipos de carne, incluidas las carnes rojas y las carnes procesadas, se han relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y problemas de salud.
Y no solo eso, sino que se han desarrollado investigaciones que demuestran que eliminar la carne de la dieta, aunque sea durante cortos periodos de tiempo, también puede estar asociado con una mejor salud del corazón. Hay estudios que demuestran que los vegetarianos y veganos tienen un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y presión arterial alta, así como otros problemas que pueden contribuir a las enfermedades cardíacas, incluida la diabetes y obesidad.
Reducir el colesterol
Además de ayudar a nuestro corazón, seguir una dieta sin carne durante 30 días puede afectar positivamente a nuestros niveles de colesterol. Los niveles altos de colesterol aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, y un mayor consumo de carne, que contiene una cantidad considerable de grasas saturadas, es un factor de incremento del colesterol en la sangre.
Seguir una dieta basada en vegetales con un mínimo consumo de carne puede reducir sus niveles de colesterol, reduciendo así la posibilidad de enfermedades cardíacas.
Mejora la microbiota
Cambiar los productos cárnicos por otros de origen vegetal también resulta propicio para mejorar la salud intestinal, algo a tener en cuenta, ya que según las investigaciones resulta muy influyente en el bienestar general. Según un estudio, el perfil intestinal vegano parece tener bacterias más beneficiosas que protegen contra las enfermedades: la fibra es el principal alimento del microbioma.
Alivio de la artritis
En España, alrededor de 300.000 personas sufren alguno de los diferentes tipos de artritis, según la Coordinadora Nacional de Artritis (ConArtritis). Un estudio encuestó a 217 personas con artritis reumatoide y mostró que el 24 por ciento relacionó la gravedad de los síntomas estaba influenciada por su dieta.
De igual modo, se ha demostrado repetidamente que cambiar a una dieta vegana a base de plantas ricas en alimentos antiinflamatorios reduce los síntomas de la artritis, incluidos el dolor crónico, la hinchazón y la rigidez, en tan solo un mes.
Prevención de la diabetes
Que la dieta influye en nuestro bienestar general es algo más que evidente. Y de hecho, casi nadie duda hoy de que los hábitos alimenticios pueden ser el mejor aliado o peor enemigo de nuestra salud.
En esta línea, podemos destacar que las carnes rojas y procesadas pueden aumentar el riesgo de diabetes tipo 2, debido a su capacidad para empeorar la inflamación, causar aumento de peso y afectar el funcionamiento de la insulina. Por lo tanto, dejar de consumir carne durante 30 días es una buena forma de rebajar este riesgo de forma notable.
Cuidado con las deficiencias
Como hemos señalado al inicio, la carne es la base principal para hacernos con determinados nutrientes. Por eso, si optamos por estar una temporada sin consumirla, es importante tener presente el riesgo de sufrir deficiencias de algunos de ellos, como proteínas, hierro, calcio, zinc y vitamina B12. Para evitarlo, hay que saber qué fuentes alternativas naturales tenemos, en el caso de no querer recurrir a suplementos.
En el caso de proteínas, las podemos encontrar en productos lácteos, huevos y pescados y mariscos. También podemos optar por las proteínas de origen vegetal en productos de soja, lentejas, garbanzos, arroz o patatas.
Para el hierro, podemos contar con diferentes legumbres, almejas, ostras, espinacas, tofu, garbanzos, tomates, patatas y anacardos, entre otros. Como fuente alternativa de calcio, obviamente, tenemos la leche y los productos lácteos. También lo podemos encontrar en alimentos como sardinas y salmón, vegetales de hojas verdes, zumos de frutas, nueces y semillas y legumbres.
Otro mineral que es esencial para el organismo y proviene principalmente de productos animales es el zinc. Podemos obtener la dosis diaria de zinc de mariscos, huevos, lácteos, productos de soja y nueces. Por último, para paliar la reducción de vitamina B12, que juega un papel importante en la producción de glóbulos rojos, tenemos a nuestra disposición huevos y leche.