Muchos de los problemas de seguridad alimentaria que se producen en la Unión Europea no tienen nada que ver con patógenos o problemas biológicos, según recoge la Organización de Usarios y Consumidores (OCU) en su último informe sobre la cuestión: "Los problemas en el etiquetado o fallos en la documentación están detrás de muchas de las alertas que notificó el RASFF, el sistema de alertas en alimentos, el pasado año".
La organización se hace eco de la memoria correspondiente a 2019 publicada por el RASFF, el año que marca el 40 aniversario de está institución europea. "Este organismo se encarga de coordinar y notificar cualquier incidencia sobre seguridad alimentaria que se haya detectado en Europa, ya sea en los autocontroles de los fabricantes o distribuidores, como en las inspecciones y controles oficiales, en aduanas…", explica la OCU, añadiendo, "claro", que también vehicula "las quejas de los consumidores o las lamentables intoxicaciones alimentarias".
"¿Cuáles son los alimentos con más problemas? ¿En qué productos piensas cuando te planteas alimentos susceptibles de dar problemas de seguridad alimentaria?", se pregunta la OCU. "Probablemente en huevos, moluscos, aves… Sin embargo, el ránking publicado por RASFF está liderado por suplementos o productos dietéticos, seguido por frutas y verduras. Los huevos y sus derivados ocupan el puesto 25 de la clasificación".
Según la organización, en base a la memoria del RASFF, los alimentos más problamáticos por las alertas sanitarias que provocan son los siguientes:
1. Suplementos, alimentos enriquecidos y alimentos dietéticos
2. Frutas y verduras
3. Carne y productos cárnicos (no aves)
4. Grasas y aceites
5. Varios
6. Pescados y derivados a base de pescado
7. Materiales en contacto con alimentos
8. Leche y lácteos
9. Cereales y bollería
10. Pollo y aves y derivados
Los problemas de contaminación (ambiental o accidental) de los alimentos, por otra parte, y la presencia de ingredientes o componentes no autorizados "están detrás de muchas de las incidencias revisadas por el RASFF en 2019", prosigue la OCU.
En general, la mayor parte de las alertas tiene como causa principal "fallos en el etiquetado (desde ingredientes no declarados, a la presencia de alergenos no anunciados, sustitución de especies…) o la presencia en suplementos de sustancias farmacológicamente activas no declaradas".
También son habituales los problemas con la documentación o con las autorizaciones para la comercialización, además de fallos en los procesos o tratamientos. "Pero sin duda el mayor riesgo, por sus consecuencias y respercusión, viene de los riesgos biológicos", insiste la organización.
La clasificación de motivos para las alertas incluye: Microoganismos patógenos; Alérgenos; Presencia de cuerpos extraños en el alimento; Composición no adecuada; Metales pesados; Alimentos no permitidos en la Unión Europea; Contaminantes microbianos (toxinas de dinoflagelados en moluscos, las mareas rojas); Micotoxinas; o los ya mencionados defectos de etiquetado.
Según la última memoria del RASFF y el listado recopilado por la OCU, los riesgos biológicos más frecuentes asociados a alertas en Europa el año pasado fueron los siguientes:
1. Salmonella, que puede contaminar aguas, vegetales, pollo, huevos, carnes de animales...
2. Listeria monocytogenes, más frecuente en alimentos crudos o poco cocinados, quesos de leche cruda, patés...
3. Escherichia coli, que contamina aguas o vegetales.
4. Norovirus, virus frecuente en frutas congeladas y moluscos.
5. Virus de la hepatitis A, frecuente en agua, puede encontrarse en moluscos bivalvos o en frutas congeladas.
6. Bacillus cereus, un patógeno que puede estar presente en salsas, sopas, pudines... pero también en productos ricos en carbohidratos mal conservados, arroz blanco cocido con antelación.
7. Campylobacter , más habitual en carne (sobre todo de pollo) poco cocinada, leche cruda...
8. Bacillus cytotoxicus que puede aparecer en purés de patata o verduras mal conservados.
9. Clostridium botulinum, a veces presente en conservas caseras u otras que no se hayan elaborado bien.
10. Penibacillus, sobre todo en verduras o en leche cruda y sus derivados.