Llamada fruta del dragón (dragon fruit) en el mundo anglosajón por el llamativo aspecto de su corteza exterior, que efectivamente hace pensar en las escamas de un endríago, la pitaya -o pitahaya- se ha abierto paso en los estantes de las fruterías de las principales cadenas de supermercados de España, entre otros de Mercadona. Ante la popularidad creciente de esta fruta exótica, también conocida como fruta amarilla, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha emitido una valoración sobre su idoneidad nutricional.
¿De dónde viene este extraño fruto? De "diferentes plantas que pertenecen a la familia de los cactus", explica la OCU. "Su origen todavía no es claro, aunque se cree que fue descubierta en forma silvestre por los conquistadores españoles en México, América Central, Colombia y las Antillas". Su cultivo se ha extendido sin embargo en las zonas tropicales tanto de Latinoamérica como de Asia-Pacífico, y también está llegando a España, impulsado por su fama de 'superalimento'.
Según informa la Organización, las variedades de pitaya más comunes en los comercios son tres: la pitahaya roja (se llama así "aunque el tono es casi fucsia") de pulpa blanca; la pitahaya roja de pulpa roja; y la pitaya amarilla, con la piel de ese color y la pulpa blanca. "De estas tres, la amarilla es la más dulce y la que tiene más sabor".
"Los nombres de las variedades hacen alusión al color de la piel que adquiere la fruta cuando está madura", explica la OCU, quien también señala que su interior es gelatinoso y con muchas pepitas. "Otra característica que las distingue es la forma de los salientes a modo de "escamas" que presentan en la piel: en la amarilla son más parecidos a los de la piña; en la roja recuerdan a los de la alcachofa".
"La variedad amarilla se cultiva en zonas tropicales y tropicales altas como Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú, y la variedad roja se cultiva en México, Nicaragua y Vietnam", añade la información.
Valor nutricional
¿Merece esta colorida fruta la popularidad que le otorgan las dietas de moda?"La pitahaya contiene sobre todo agua, por eso es una fruta poco calórica: 100 gramos aportan 54 kcal", señala la OCU. Cabe señalar que la humilde sandía, con fama de 'azucarada', tan solo aportaría 21 kcal por la misma cantidad. "Una fruta más conocida que tiene casi las mismas calorías es el kiwi: 52 kcal/100 g.".
"El otro aspecto que se suele destacar de esta fruta es su aporte de vitamina Co ácido ascórbico", prosigue la organización."De las variedades, la roja es la que contiene más de ese micronutriente, pero no tanto como un kiwi o una naranja. Eso no quita que sea importante que incluyamos alimentos ricos en vitamina C en nuestra dieta, así como diferentes frutas y verduras..." .Por ejemplo, las verdura de las familias de las coles.
"Nuestro organismo necesita la vitamina C para multitud de procesos como la formación de colágeno y glóbulos rojos. Además, la vitamina C tiene capacidad antioxidante y favorece la absorción de hierro. Pero no creas que por eso la pitahaya te va a curar alguna enfermedad o va a mantenerte siempre joven", advierten.
A continación vienen las recomendaciones de consumo. "De la pitaya es comestible la pulpa con las semillas, no la piel. Para separarlas, corta la pieza de fruta por la mitad y usa una cuchara para sacar la pulpa. Sabrás que la variedad amarilla está en su punto óptimo para consumirla cuando adquiera su color típico, el amarillo. En la variedad roja, la fruta está madura cuando las "escamas" se tornan amarillas".
La forma de almacenarla es importante si no queremos echar a perder nuestra inversión:se deben conservar "en un lugar fresco, seco, alejadas de los focos de calor y sin entrar en contacto directo con la luz del sol", pero no en la nevera, porque "puede llegar a alterar su textura y sabor".
Se puede dejar enfriar sin embargo justo antes de consumir, algo que se puede hacer al natural, "tal cual", o en zumos, cócteles, añadida a macedonias de frutas o al yogur. También se emplea en la elaboración de yogur, helados, dulces, mermeladas, jaleas, gelatinas y refrescos. "Recuerda que la pitahaya roja es menos aromática y posee un sabor menos dulce, más insípido, por lo que se suele emplear más como adorno en postres y cócteles".
Por último, la OCU ha rastreado sus precios en diversos supermercados online a mediados de octubre: "El kilo de la pitahaya roja de pulpa blanca costaba de 5 a 20 euros", por lo que, insisten, es una opción buena, pero no barata.
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