La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición ha tenido conocimiento a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI), de una notificación de alerta trasladada por las Autoridades Sanitarias de Madrid, relativa a la presencia de trazas de leche no declarada en la etiqueta del producto bizcocho de chocolate sin azúcares añadidos con edulcorantes, fabricado en España.
El producto, que ha sido fabricado y distribuido en España, se vende en la sección de panadería de los supermercados. En concreto se trata del lote 273, cuyo código de barras es 8425849103941 y que se presenta en porciones de 250 gramos con fecha de caducidad del 28 de diciembre.
Como medida de precaución, se recomienda a aquellos consumidores alérgicos / intolerantes a leche que pudieran tener el producto anteriormente mencionado en sus hogares que se abstengan de consumirlo. El consumo de este producto no comporta ningún riesgo para el resto de consumidores.
Diferencia entre alergia e intolerancia
Los expertos diferencian entre alergia a la proteína de esta leche e intolerancia a la lactosa, que es un carbohidrato. "Cuando se habla de alergia el sistema inmune se ve involucrado y provoca diferentes reacciones como picores, rojeces o vómitos. Se diagnostica con un análisis de sangre para medir el anticuerpo involucrado (inmunoglobulina E) y se tiene que evitar consumir cualquier producto derivado de la leche de vaca", señala Anaïs Rico, investigadora farmacéutica y nutricionista del Proyecto SUN de la Universidad de Navarra y también miembro de CIBEROBN.
En el caso de la intolerancia a la lactosa, Rico explica que el sistema involucrado es el digestivo y se produce cuando una enzima (la lactasa), que se encarga de procesar la lactosa, no se produce o se hace de forma insuficiente, provocando dolor, hinchazón, flatulencias o diarrea. Se calcula que entre 10% y un 15% de la población mediterránea presenta esta intolerancia, que se soluciona consumiendo productos sin lactosa.
Según Serra Majem, este problema es más frecuente en civilizaciones que han ingerido poca leche de vaca. Por su parte, sobre quienes afirman que les sienta mal la lactosa, De la Roza se pregunta: "¿Cómo pueden saber que es precisamente la lactosa lo que les sienta mal? En personas sin ningún trastorno metabólico es absurda esa afirmación".
Aumentan las alergias alimentarias
En España, se estima que cerca de dos millones de personas son alérgicas a algún alimento. Los alimentos están compuestos por diferentes proteínas y algunas de ellas pueden ser potencialmente alergénicas, siendo capaces de inducir diferentes tipos de reacciones, explicaban María José Goikoetxea y Carmen D’Amelio, doctoras en el Departamento de Alergología de la Clínica Universidad de Navarra.
El desarrollo de una alergia depende, sin embargo, de diversos factores entre los que se incluyen la genética, la frecuencia de consumo de los alimentos y el momento de su introducción, entre otros. Una etapa frecuente de la vida para desarrollar estas alergias es la niñez, especialmente durante los primeros años cuando se comienzan a introducir los diferentes alimentos.
En las personas con alergia alimentaria, se produce una respuesta exagerada frente a uno o más alimentos determinados. Esto es debido al desarrollo de anticuerpos, generalmente tras un contacto previo, que, al reconocer al antígeno o alimento en cuestión, ponen en marcha una serie de reacciones inmunológicas capaces de desencadenar los síntomas típicos de la alergia: picores, ronchas, edema facial, tos, dificultad para respirar, etc. Estos síntomas generalmente se producen de forma inmediata o dentro de las primeras dos horas tras la ingesta o el contacto con el alimento.