De toda la vida en España, las empresas repartían a sus empleados cestas de Navidad en las que no faltaba nunca un buen jamón ibérico . Tampoco un corte generoso de lomo, salchichón y otros embutidos típicos de estas fechas.
Hoy en día, estas cestas de navidad son solo para unos pocos privilegiados, atrás quedaron ya los tiempos donde España no iba tan mal… Sin embargo, podremos perdonar las cestas pero nunca jamás los embutidos. ¿Quién se atreve a rechazarlos o a no comprarlos?
Está bien que los adquiramos y nos demos ciertos caprichos, sobre todo en estas fechas (y más con la que está cayendo), pero ¡ojo! con cuáles elegimos y con nuestra forma de tomamos. Embutidos sí, pero siempre que sean buenos, de calidad, que por supuesto no sean ultraprocesados, y los tomemos con moderación. Los embutidos son productos que se catalogan como "de consumo ocasional".
Consumo moderado
Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como otras sociedades científicas relacionadas con la nutrición, recomiendan moderar el consumo de carnes rojas, procesadas, y embutidos. Y sostienen la importancia de que no sean alimentos habituales en nuestra dieta. Según la OMS, un consumo frecuente de estos alimentos podría tener consecuencias en nuestra salud.
Por ejemplo, la Fundación Española del Corazón (FEC) informa que "una ingesta excesiva de grasas, sobre todo saturadas, (procedente en su mayoría de las carnes, vísceras y embutidos) es un factor importante que influye en el desarrollo de la obesidad y de enfermedades cardiovasculares".
Del mismo modo, tal y como explicó a EL ESPAÑOL Jordi Salas, investigador principal del CIBEROBN, hay una relación convincente entre el consumo de procesados de la carne y la incidencia de algunos tipos de cáncer; algo que no se ha evidenciado con la carne blanca o carne magra, es decir la carne magra se considera saludable y además, cardiosaludable, es decir, buena para el corazón, cuyo consumo se recomienda unas 2-3 veces a la semana.
De este modo, para llevar una dieta saludable y equilibrada, los nutricionistas recomiendan limitar el consumo de alimentos de origen animal, como la carne y los embutidos. Es importante recordar que las grasas saturadas que contienen también los embutidos, no superan el 10% del total de las calorías que tomamos al día. Por tanto, es importante moderar el consumo de alimentos con grasas saturadas y saber elegir en este caso, los mejores embutidos del mercado.
Mejor poco procesados
Los mejores embutidos serán aquellos que tengan menos grasas y también, menos sal. Según explica a EL ESPAÑOL la nutricionista Erika Maestro, especialista en patologías digestivas y hormonales, los mejores embutidos y más saludables son aquellos que están menos procesados y que son curados. Como por ejemplo, el lomo embuchado y el jamón serrano, es decir, aquellos que son más magros.
Es importante, no obstante, elegirlos ibéricos para que sean de mayor calidad. En definitiva, "lo mejor para estas navidades (y para cualquier fecha del año) es elegirlos ibéricos y curados", añade la experta.
El lomo y el jamón serrano son alimentos de buena calidad y que podemos consumir, según esta experta, no más de una vez por semana, y por supuesto, también pueden (y deben) estar en estas fiestas; siempre y cuando no se tomen en exceso sino con moderación. El motivo es porque "la carne de cerdo tiene un interesante contenido en alto-oleico (es decir, grasas insaturadas o grasas saludables) por lo que es mejor esta elección a otros tipos de embutidos como sobrasadas, patés o embutidos cocidos", sostiene Maestro.
También serían buenas opciones para estas navidades, y suele ser además algo muy común, el consumo de ‘foie gras’ y de patés de campaña. "Son elecciones que pueden ser saludables porque tienen un contenido muy interesante en hierro y en vitamina B, así como otros minerales, pero igualmente son únicamente de consumo ocasional", indica Maestro. Por otro lado, es importante remarcar que algunos embutidos que tienen más aporte de grasas como por ejemplo, el salchichón o el chorizo y por ello, se podrían consumir de forma más ocasional que el lomo o el jamón ibérico.
Evita los ultraprocesados
Hay algunos embutidos que lejos de considerarse sanos o menos malos que otros, se consideran productos ultraprocesados tales como la mortadela, el chóped o el mítico jamón de york, lo cuales se recomienda evitar o reducir al máximo su consumo, por las consecuencias negativas que tienen en la salud. "Estos productos son altamente procesados, por lo que no deberían nunca estar en nuestros platos", afirma Maestro.
De hecho, un estudio publicado el año pasado en la revista British Medical Journal y dirigido por Miguel A. Martínez-González, investigador principal del CIBEROBN, los alimentos ultraprocesados son culpables de incrementar la mortalidad por todas las causas.
Según las conclusiones de este trabajo , "un mayor consumo de alimentos ultraprocesados (más de cuatro porciones diarias) se asocia con un 62% de riesgo mayor para todas las causas de mortalidad".