En España, las dietas parecen estar siempre de moda, como los vaqueros. Parece que siempre habrá alguien que te descubra una nueva con la que ha perdido una cantidad considerable de kilos en un periodo no demasiado largo de tiempo, pero en cambio, cuando tú la haces, parece que no funciona. ¿Qué pasa entonces con las dietas de adelgazamiento? ¿Valen realmente para perder el peso que deseas y, sobre todo, para mantenerlo?
Los nutricionistas aseguran que lo realmente importante para bajar de peso es cambiar nuestros hábitos alimenticios y adoptar un estilo de vida saludable; y si queremos hacer una dieta, que sea lo más personalizada posible, porque cada persona es un mundo. Una de las tantas dietas que se conocen, una de las más famosas, es la dieta Whole30, que promete adelgazar en 30 días, eliminando de nuestra ingesta habitual algunos alimentos, para irlos después introduciendo poco a poco.
Según explica a EL ESPAÑOL Laura Arranz, doctora en Alimentación y Nutrición y profesora en la Universidad de Barcelona, la dieta Whole30 es paleolítica estricta, en la que se permiten verdura, fruta, frutos secos y semillas, carne, pescado y huevos y se elimina por completo el alcohol, los azúcares, lácteos, cereales y legumbres. "Es una propuesta que se plantea durante 30 días como para reiniciar el cuerpo, y después reintroducir de nuevo los alimentos eliminados como los lácteos y las legumbres, siempre viendo cómo sientan", añade.
En este artículo de la revista Médium, el autor cuenta cómo perdió unos nueve kilos haciendo esta dieta y siguiendo después cinco hábitos: aprender a cocinar de forma saludable cosas que te gusten; encontrar un ejercicio físico adecuado; identificar los problemas de comida; encontrar a un amigo que también busque perder peso y comer como una persona sana.
"Estos cinco hábitos son buenos", indica Arranz. Sin embargo, con respecto a la dieta en sí, a la Whole30, "el problema estaría en el hecho de eliminar de nuestra alimentación radicalmente algunos alimentos nutricionalmente interesantes y que nos ayudan a tomar todos los nutrientes que necesitamos, como son sobre todo, el yogur o las legumbres".
Recientemente, la revista US News & World Report, con el aval de la Universidad de Harvard, publicó la lista de las mejores dietas para 2021 y la dieta Whole 30 ocupaba el puesto 35 de las dietas estudiadas. El primer puesto de la lista lo ocupa desde hace cuatro años, la dieta mediterránea.
Lo bueno y lo malo
Lo bueno de la dieta Whole30 se sustenta principalmente, en cuatro puntos. Según expone Arranz, (1) la base de la dieta son las verduras; (2) hay presencia diaria de fruta y frutos secos; (3) elimina el alcohol, los azúcares y los dulces; y (4) no se consumen alimentos procesados, "aunque no todos los procesados son malos", aclara. "Esta dieta puede tener al principio un efecto beneficioso por eliminar alimentos como dulces, azúcares y procesados".
Y lo malo se resume en otros cuatro puntos. (1) Elimina los lácteos, "y esto en general no es bueno, ya que se podría dejar el yogur diario que es saludable y bajo en grasa, así como los quesos bajos en grasas", indica Arranz. (2) Elimina las legumbres, cuando "un consumo habitual en raciones pequeñas moderadas son una gran aportación nutricional para el organismo, y la fibra prebiótica para la microbiota intestinal".
(3) Elimina los cereales y "aunque debemos comer poca cantidad de cereales y siempre integrales, no es necesario eliminarlos para comer saludable y conseguir el peso adecuado", sostiene. Y (4), esta dieta se plantea como un reto para 30 días, "cuando en realidad es difícil llevarlo a cabo más tiempo. Además, la reintroducción de alimentos debe ser muy paulatina, para no ocasionar el efecto rebote". Es importante evitar este problema.
Lo mejor para adelgazar
Lo ideal realmente, para perder peso y además, mantenerlo en el tiempo, "es cambiar hábitos de alimentación y no hacer dietas puntuales", asegura Arranz. Por ello, si una persona que quiere adelgazar, la clave estaría en "basar la alimentación en alimentos frescos y que predominen los alimentos vegetales". Esto es: comer a diario frutas, verduras, frutos secos, semillas, yogures y una pizca de cereales integrales en forma de pan o copos de avena. Y consumir semanalmente legumbres (3 veces); pescados; huevos y carnes blancas. Por otro lado, tomar ocasionalmente dulces, azúcares añadidos, embutidos, alcohol, carnes rojas y ultraprocesados: "cuanto menos, mejor".
Lo importante es por tanto, "cambiar los hábitos alimenticios para tomar la máxima cantidad de nutrientes, con la cantidad justa de calorías que necesita para alcanzar el peso deseado", concluye Arranz.