Si hacemos un repaso a los tumores más frecuentes diagnosticados en España en los últimos diez años, vemos cómo el cáncer de colon ocupa siempre uno de los dos primeros puestos de la lista.
Cada año se diagnostican en nuestro país más de 44.000 casos nuevos. Sin embargo, la buena noticia es que este tumor se puede detectar de forma precoz y alcanzar así, una mayor curación: el 90% de los casos detectados de forma precoz se curan. Las claves: las medidas de prevención y las pruebas de detección.
Una de las pruebas de detección más importante y eficaz es la colonoscopia. “Es un procedimiento que nos permite detectar ciertas alteraciones del colon (intestino grueso) que se realiza introduciendo a través del ano un instrumento llamado colonoscopio que nos permite visualizar la totalidad del colon”, explica a EL ESPAÑOL José María Alberdi, jefe de servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja y del Hospital Virgen del Mar. Pero no sólo detecta el cáncer de colon sino también otras enfermedades.
Por qué una colonoscopia
Entre las causas más frecuentes para solicitar una colonoscopia, tal y como explica este experto, son fundamentalmente seis: detección precoz de pólipos y tumores de colon; estudio de sangrado rectal; cambios en el ritmo o en la consistencia de las heces; anemia por falta de hierro; historia personal o familiar de pólipos o cáncer de colon y por último, comprobación de lesiones que aparecen en otras pruebas de imagen como TAC o enema de bario.
Tampoco sirve únicamente para observar de una forma precisa el intestino, sino también para realizar otros procedimientos. De hecho, “una vez se localizan las lesiones, la colonoscopia permite obtener biopsias para su análisis al microscopio. De esta forma se obtiene un diagnóstico exacto que facilita un tratamiento correcto de la enfermedad”, tal y como explica la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD).
Incluso se pueden realizar tratamientos como extirpación de pequeños pólipos, tanto benignos como malignos, coagulación de lesiones sangrantes o extracción de cuerpos extraños, para evitar así intervenciones quirúrgicas. Además, estos procedimientos no son dolorosos: ni la toma de biopsias, ni la extirpación de pólipos del intestino ni cualquier otra maniobra terapéutica.
Lo más eficaz
Para prevenir el cáncer de colon o detectarlo en estadios iniciales y así lograr una mejor curación son fundamentales los programas de cribado y acudir al médico ante los síntomas.
“El cribado del cáncer de colon consiste en realizar a personas asintomáticas, que no tengan ningún tipo de síntomas, pruebas que nos permitan detectar pólipos o tumores malignos en fases precoces. Son programas de detección precoz que han demostrado disminuir la probabilidad de morir por la enfermedad”, explica Alberdi.
Normalmente -continúa- los cribados para detectar este tumor empiezan a los 50 años, o bien antes en el caso de que haya antecedentes familiares u otras enfermedades de riesgo como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.
Los métodos más recomendados para detectar el cáncer de colon en la actualidad son, según enumera este especialista: la colonoscopia que se hace cada 10 años; un test de sangre oculta en heces que se realiza de forma anual; una colonoscopia virtual (colonoscopia por TAC) que se hace cada 5 años y por último, una sigmoidoscopia (visualización mediante colonoscopia de solamente la porción final del colon), también cada 5 años.
Pero, sin duda, “la colonoscopia es la técnica más precisa. Se realiza cada 10 años y suele ser necesario realizarla si en otras técnicas de detección aparecen resultados positivos. Además, permite la extirpación de pólipos y la toma de muestras para estudio en una única exploración”, afirma el doctor. Sin embargo, no está exenta de inconvenientes. “Como desventaja destaca que requiere una preparación molesta y aunque el riesgo es bajo no está exenta de complicaciones como la perforación o el sangrado”.
Preparación costosa
Para realizar esta prueba es necesario antes una preparación previa que dura unos tres días. La clave es limpiar todo el intestino para que haya una correcta y completa visualización. “La realización de la colonoscopia requiere una preparación previa que consiste en una dieta exenta sobre todo de fruta, verdura y productos integrales y con pepitas desde 3 días antes de la exploración”, explica Alberdi. Además, “el día previo se debe realizar dieta líquida y la toma de unos sobres para la limpieza correcta del intestino”.
El mismo día de la prueba, es conveniente acudir acompañado. La prueba generalmente, explica el experto, dura unos 20-30 minutos y se realiza con sedación profunda (el paciente está dormido pero respira sin necesidad de ayuda), El despertar es rápido y la incidencia de complicaciones muy baja. Es recomendable, tras la prueba, no conducir, ni beber alcohol ni realizar actividades que requieran concentración.