Sabemos que para adelgazar se necesitan mínimo dos cosas: cuidar lo que comemos y hacer ejercicio físico, adaptado a tu edad y condiciones físicas. Sin embargo en ocasiones, parece que esta segunda se nos olvida. Sin ir más lejos, las cifras nos dicen que en España no hacemos todo el ejercicio que deberíamos: entre el 20 y el 29,9% de los hombres españoles no realiza actividad física y entre el 30 y 39% de las mujeres son físicamente inactivas, según datos de un trabajo realizado por la European Heart Network.
Pero también es importante -si queremos adelgazar- no hacer ese ejercicio físico al tuntún, es decir al igual que prestamos atención a lo que comemos y a cuanto comemos, deberíamos también hacerlo con el ejercicio físico. Es decir, ver qué actividad nos conviene más, según nuestra edad, características físicas, costumbres, rutinas y objetivos; y ver cuándo sería también el mejor momento para hacerlo, el mejor momento para nosotros.
Porque por ejemplo, y en contra de lo que podemos pensar, hacer ejercicio justo después de comer no sería nada bueno, menos aún si queremos perder peso y quitarnos de encima esos kilos de más que tanto pueden afectar a nuestra salud.
Según explica a EL ESPAÑOL Lina Robles, nutricionista del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela, hacer ejercicio físico justo después de comer puede en primer lugar, dificultar el proceso de digestión e incluso detenerlo, en el caso de que el ejercicio sea muy intenso. En segundo lugar, y en casos más extremos puede haber desmayos, mareos y cortes de digestión y por último, "tampoco quemaremos más grasas (como se cree), ya que aún no ha dado tiempo a procesarlas", afirma.
Por lo que, tal y como argumenta Robles, también en este artículo, "entrenar justo después de comer es hacer ejercicio en vano, ya que el cuerpo está hasta arriba de insulina, una hormona que impide la quema de grasa y, por tanto, no podrá deshacerse de las calorías". En cambio, salir a dar un paseo puede ayudarnos a hacer mejor la digestión, "pero no servirá de nada si nuestro objetivo es quemar grasa", añade.
Así y para no hacer ejercicio en ayunas, Robles recomienda que lo ideal es dejar una o dos horas entre la comida y el deporte o la actividad física que hagamos. "El tiempo que dejemos dependerá del tipo de comida que hagamos. En el caso de que la comida haya sido copiosa, sería recomendable dejar aún más tiempo".
No importa tanto la hora en sí, ni de cuándo es mejor o no hacer ejercicio físico … sino el hecho de hacerlo. Es decir, "hacer ejercicio siempre va a ser beneficioso y el horario va a depender de la disponibilidad que tengamos", afirma esta experta. Lo importante realmente es "buscar un rato en el día en el que podamos realizar el ejercicio, para que lo mantengamos de forma constante y diaria". Eso sí, mejor buscar un hueco que no sea justo después de comer por los motivos ya mencionados.
Pautado y adaptado
Los mejores ejercicios para adelgazar resultarían de la unión de dos tipos. Esto es, por un lado, tenemos que practicar los llamados ejercicios aeróbicos que, según explica Robles, son los encargados de la pérdida de grasa. "En estos ejercicios el tiempo es más extenso y se mantiene un nivel moderado de intensidad, produciendo una frecuencia cardíaca más elevada. En este tipo de ejercicios se usa el oxígeno (aeróbico significa con oxígeno) de la respiración para quemar grasas y azúcares".
Y por otro lado, los llamados ejercicios anaeróbicos son los encargados de tonificar los músculos. "Son ejercicios donde está implicada la fuerza. En estos ejercicios la respiración no cumple ninguna función metabólica". Por ello, por todo lo comentado, lo ideal para nuestro objetivo de perder peso, "es combinar los dos tipos de ejercicios. Al final, si pierdes peso pero el cuerpo no está tonificado, no consigues el resultado deseado", aclara.
Del mismo modo, en este reciente artículo, la nutricionista Paloma Quintana explicaba la importancia del ejercicio físico como uno de los pilares fundamentales a la hora de conseguir adelgazar y perder grasa. Por un lado, es importante movernos todo lo que podamos y evitar el sedentarismo, y por otro, acompañar esa actividad física con un entrenamiento de fuerza que en este caso, siempre es mejor que sea pautado por un profesional para que nos guíe en nuestro caso particular.
No obstante, tal y como aconseja y concluye Robles, es mejor que "a la hora de hacer dieta o de hacer ejercicio, acudamos a un profesional, para que nos asesore y recomiende que es lo mejor para nosotros. Cada uno somos diferentes y no a todos nos funciona lo mismo".