No hay la menor duda: una crema de verduras nos salva de muchos aprietos. Un primer plato más que completo, nutritivo y saludable, que además suele ser bajo en calorías. En España, además, podemos tomarla tanto caliente en los meses de invierno, como fría, en los meses de verano, aunque como siempre, para gustos los colores. Existen un sin fin de verduras de las que podemos echar mano -siempre mejor escogerlas de temporada- para elaborar nuestra mejor crema.
Sin embargo, hay veces en las que o bien no tenemos tiempo para cocinar o nos apetece ir más rápido, y compramos una crema de verduras envasada del supermercado. No es fácil elegir las mejores o las más sanas porque la oferta a día de hoy, es infinita. Por eso, la clave para no errar en nuestra elección es una vez más, fijarnos muy bien la lisa de ingredientes.
Como explica a EL ESPAÑOL la nutricionista, Sara López Oliva, del Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de Madrid (CODINMA), el orden de ingredientes del etiquetado nutricional va siempre de mayor a menor, es decir, en primer lugar, iría el ingrediente mayoritario o alimento que ocupa un mayor volumen o cantidad en el plato, en este caso, en el envase.
Mejor, pocos ingredientes
Para que sea más saludable -explica López Oliva- el listado de ingredientes debería llevar, fundamentalmente, verduras; por otro lado, podría llevar también algo de agua e incluso patata. Además, y para que sea buena debería llevar una grasa de calidad, es decir, aceite de oliva o aceite de oliva virgen extra. “Una crema no tendría que llevar azúcares”, señala la especialista. No sería por ejemplo, una crema buena si pone crema de zanahorias y puerro y solo lleva un 5% de zanahoria y otro 5% de puerro. Por ello es importante fijarnos tanto en el listado de ingredientes como en la cantidad.
Por tanto, podemos decir que como siempre en cualquier envase o producto procesado, cuantos menos ingredientes, mejor. Es decir, como explicamos en este artículo aludiendo al libro Come comida real. Una guía para transformar tu alimentación y tu salud, del nutricionista Carlos Ríos, “el buen procesado suele estar envasado y lleva una etiqueta nutricional donde figuran de uno a cinco ingredientes, entre los cuales no se encuentran cantidades significativas (menor o igual al 5-10% del total) de azúcar añadido, harina refinada o aceite vegetal refinado”.
En el caso de las cremas de verdura, por tanto, deberían llevar únicamente verduras como ingrediente principal, y podrían llevar también -como hemos comentado- algo de agua. También, en ocasiones podría llevar (aunque no sea necesario) un espesor llamado goma xantana. “Las cremas de peor calidad serían aquellas que llevasen aceites refinados y nata”, afirma López Oliva.
Cuanta menos sal, mejor
Otro de los ingredientes en los que es importante fijarnos es en la sal. Como en todos los productos procesados, cuanta menos sal lleve, mejor. Por ello, este ingrediente en el listado debería ir si no el último, sí de los últimos. Es importante fijarnos en la cantidad que lleve el envase.
Tal y como explicaba aquí la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), se considera que el alimento contiene mucha sal si aporta más de 1,25g por cada 100g. Así y según la SEEN: “si en el etiquetado aparece referido el contenido en sodio del alimento, podemos calcular su contenido en sal multiplicando los gramos de sodio por 2,5”. El consejo: cuanta menos sal tenga el producto, mejor. No olvidemos que según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud no debemos sobrepasar los 5 gramos de sal por día y persona, menos cantidad deben tomar aún las personas con problemas, como por ejemplo, pacientes con hipertensión.
Mejor cremas caseras
Las cremas de verduras envasadas serían solo una opción, por lo que su consumo no debería ser frecuente. Mejor consumirlas de forma ocasional. Según recomienda López Oliva, en estos casos en los que queremos hacer una comida más rápido, es mejor optar por otros productos envasados que sí son saludable, como serían las conservas de verduras. “Serían opciones más saludables (e igualmente rápidas)”, afirma la experta. Por ejemplo, todas las conservas de verduras tipo botes o conservas de alcachofas, judías verdes, champiñones, espárragos o incluso los congelados de verduras: menestras, salteados, etc. “Esto sí serían opciones saludables”, afirma la experta.
Es importante tener en cuenta estos recursos en nuestra cocina ya que las recomendaciones nutricionales apuntan a que debemos tomar a diario dos veces o dos raciones de verduras, y si es posible, una de ellas en crudo o en ensalada.
Según las indicaciones de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, “se recomienda un consumo mínimo de 300 gramos diarios (2 raciones), aunque lo deseable sería consumir alrededor de 400 gramos de verduras y hortalizas por día, priorizando las variedades de temporada”. Eligiendo productos de temporada -sean frutas o verduras- conservaremos mejor todos sus nutrientes y además, estarán mucho más ricas y sabrosas.