Las dietas altas en grasa son muy comunes hoy en día en España y en el mundo occidental en general. La alimentación con ultraprocesados característica de gran parte de la población de los países más desarrollados es conocida por los expertos como "dieta occidental", donde las grasas y los azúcares añadidos son los protagonistas.
Se sabe que un exceso de grasa en la dieta es perjudicial para la salud, pero gran parte de los estudios que indican dicha relación son observacionales, por lo que en muchas ocasiones no se ha visto una clara causalidad.
Ahora, un nuevo trabajo publicado en Biochemical & Biophysical Research Communications ha ido más allá en busca de esa causalidad: las dietas altas en grasa activan una respuesta destructiva en el corazón.
Hasta el momento, las dietas altas en grasas y las dietas ultraprocesadas en general han demostrado aumentar el riesgo de sufrir aterosclerosis. En esta patología, se forman placas grasas en las arterias que, a nivel cardíaco y en las arterias coronarias que nutren al corazón, se acaban desprendiendo o bien acaban bloqueando el flujo sanguíneo. Los procesos mediante los cuales sucede esto están aún en estudio y son más complejos de lo que parece.
Sin embargo, en este nuevo estudio llevado a cabo por parte de los investigadores de la Universidad de Reading, en ratones, no se han centrado en esta patología, sino en la función del músculo cardíaco en especial. Cuando se alimentaba a ratones con dietas altas en grasas, se objetivó que el nivel de estrés oxidativo aumentaba, llegando a duplicarse.
Concretamente, se descubrió que las dietas altas en grasa (45% del valor calórico total de la dieta) conducían a un crecimiento de las células cardíacas de hasta 1.8 veces, es decir, una hipertrofia cardíaca, que en última instancia da lugar a la enfermedad cardíaca.
Según el Dr. Sunbal Naureen Bhatti, autor principal del estudio, las dietas altas en grasa ejercerían su potencial dañino sobre el corazón a nivel celular de forma específica: la proteína Nox2 se volvería hiperactiva.
Una proteína que habitualmente es inofensiva daría lugar a un daño oxidativo que acabaría desencadenando una hipertrofia o aumento de tamaño de las células del corazón. Sin embargo, el motivo por el cual la proteína Nox2 causa estos daños oxidativos aún se desconoce y sigue siendo motivo de estudio.
Estrés oxidativo, clave del daño
El estudio se centró en esta proteína Nox2 y su respuesta a las dietas altas en grasa, que en este caso se sugiere que respondería hiperactivándose y causando daños severos en el músculo cardíaco. Aún así, los investigadores creen que estos hallazgos solo serían la punta del iceberg.
Al hiperactivarse, la proteína Nox2 daría lugar a una mayor cantidad de especies reactivas de oxígeno o ROS, un radical libre asociado a la inflamación en el ser humano, y también en los ratones en este caso.
Para comparar si realmente la proteína Nox2 era la causante de todos estos perjuicios, los investigadores compararon los resultados en ratones "noqueados", inactivando artificialmente esta proteína a nivel celular. En este caso, los ratones sin Nox2 alimentados con dietas altas en grasa mostraron niveles de estrés oxidativo escasos o nulos.
Así mismo, el equipo de investigadores usó tres tratamientos experimentales cuyo objetivo era reducir la producción de ROS en relación a la proteína Nox2: en los tres casos hubo reducción de ROS y, por tanto, de estrés oxidativo y de daño cardíaco.