Hay un elemento que forma parte de la cocina en España desde hace décadas pero que aún no utilizamos adecuadamente, como explicaremos un poco más adelante. Se trata del tetrabrik, un envase elaborado con cartón, plástico y aluminio, inventado en Suecia en los años cincuenta, con el que es posible conservar y almacenar de forma segura los alimentos sin abrir durante meses. Leche, zumos, vino, caldos de verduras, nata para cocinar, batidos, tomate frito, ahora también el agua… hay infinidad de alimentos que se venden en este envase que, por otro lado, no es fácil de reciclar completamente por sus diferentes capas.
Pero además de no utilizarlo de la mejor forma, tampoco tenemos demasiado clara la historia de este instrumento tan habitual de nuestra despensa. De hecho, muchos piensan que tetrabrik es un nombre genérico, pero en realidad se trata de una marca registrada de la empresa Tetra Pak, su envase más conocido y vendido. Por lo que lo más correcto es hablar de Tetra Brik, aunque su uso es tan extendido que la RAE incluye tetrabrik en su diccionario de la lengua española: “Envase de cartón impermeabilizado, cerrado herméticamente, y generalmente de forma rectangular, para bebidas y alimentos líquidos”. Algo similar a este caso es lo que ocurre con los clinex, que realmente viene de la marca Kleenex que fabrica pañuelos de papel.
Pues bien, en relación con el nombre de este popular envase, hay otro elemento curioso y seguro desconocido por muchos, y es que este envase no siempre tuvo forma rectangular. En su origen tenía forma de tetraedro, es decir, forma triangular, como de pirámide. De ahí que la empresa productora se llame Tetra Pak, ya que adoptó el prefijo “Tetra”, de tetraedro, y “Pak”, como abreviación de la palabra pack o package que significa “envase” en inglés. Después, el prefijo “Tetra” lo han ido heredando los diferentes envases de la compañía, como es el caso del Tetra Brik, según expone la empresa en su web.
Dicho todo esto, es el momento de explicar por qué no lo utilizamos correctamente. Puede que haya muchos que incluso no se hayan percatado de que algo iba mal servirse leche desde el tetrabrik. Una señal que advierte de que algo no va del todo bien: si al servir leche o zumo a un vaso, el líquido sale disparado y acaba salpicada la encimera de la cocina. Esto no debería de pasar. Pero lo cierto es que, mucho han integrado este este estropicio como una consecuencia normal del caer del chorro cuando el envase está muy lleno o a cerca de acabarse.
Pero según ha explicado recientemente Miguel A. Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y divulgador en su blog Gominolas de Petróleo (además de autor del libro Que no te líen con la comida), para servir adecuadamente el contenido de un tetrabrik hay que dejar la boquilla en la parte superior, no en la inferior como normalmente se suele hacer. "Así el líquido ejerce menos presión, el aire entra con facilidad a medida que sale el líquido y este fluye suavemente, sin borbotones ni salpicaduras", explica este tecnólogo de alimento en su perfil de Instagram.
Una vez abiertos los briks, estos deben conservarse en la nevera para que los alimento no se echen a perder y evitar posibles intoxicaciones alimentarias. Por ejemplo, en el caso de la leche, que es muy delicada, nos puede aguantar entre 4 y 6 días. Después de usarla hay que guardarla rápidamente en la nevera. El lugar idóneo para conservar la leche son los estantes superiores y centrales, ya que se trata de una zona fría y de temperatura estable. En cambio hay que evitar colocarla en la puerta, donde la temperatura es variable y también la zona menos fría de la nevera.