La leche, el yogur y el queso son, por ese orden, los productos lácteos más consumidos en España, según datos de FENIL. Y dentro de los lácteos, sus derivados son infinitos y algunos de ellos, cuando los descubrimos, se convierten en un must en nuestra dieta. Uno de esos derivados lácteos es el queso fresco batido, un alimento bajo en grasa y rico en probióticos y proteínas que cuenta ya en el mundo del fitness con una fiel legión de seguidores y es cada vez es más conocido y consumido por los amantes de lo healthy.
Pero el queso fresco batido no es ni una leche, ni un yogur ni un queso ni es, exactamente, tampoco una mezcla de los tres. Sería algo así, dicho de forma coloquial, como un falso yogur o un falso queso que podemos tomar, si así lo queremos, todos los días. Porque es perfectamente apto para cuidar nuestro peso y salud. Por sus bondades lo conocerán o algo parecido, que diría el viejo refrán.
De forma más específica, según explica a EL ESPAÑOL la dietista-nutricionista Natalia Cuéllar Fernanz (@nataliaminutricionista), del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid (Codinma), "el queso fresco batido es un derivado lácteo que se produce de la coagulación de la leche. Sus propiedades son más parecidas a la leche que, por ejemplo, el yogur o el kéfir ya que en su elaboración no hay transformaciones bacterianas o fúngicas. Nuestra alimentación diaria, para que sea saludable, ha de ser completa, suficiente, variada y equilibrada, por lo que dentro de ella tiene cabida este alimento".
Mucha proteína y poca grasa
Tiene únicamente dos ingredientes: leche pasteurizada y fermentos lácticos. Y su perfil nutricional, explica Cuéllar, es bastante bueno. Cada 100 gramos de producto de queso fresco batido aportan, aproximadamente, unas 50 kilocalorías, 8 gramos de proteínas, 3,5 gramos de carbohidratos y 0,1 de grasas. Por otro lado, señala, "también tiene 120 miligramos de calcio y cantidades adecuadas de otros nutrientes importantes como son la vitamina B, el magnesio, el fósforo y el selenio. Además, tiene poca sal. Esto le hace bastante recomendable dentro de nuestro patrón alimentario".
Además, y como explicamos en este artículo de EL ESPAÑOL, se suele vender casi siempre desnatado, por lo que apenas tiene grasa. Es, además, un alimento con gran fama dentro del mundo fitness por su alto contenido en proteínas: en ocasiones, el producto puede llegar a tener hasta un 10-12% de contenido en proteínas, un contenido muy alto en este grupo de alimentos.
Por lo que podemos decir o resumir que su alto contenido en proteínas y su bajo contenido de grasas y sal son las tres características claves.
Para adelgazar
Con esta composición, los nutricionistas aseguran que el queso fresco batido es un producto que encaja perfectamente en una dieta sana, incluido también en dietas o regímenes de adelgazamiento.
"El queso fresco batido sí que puede ser una opción ideal para aquellas personas que siguen un plan alimenticio enfocado a la pérdida de peso, pero no es la única ni tampoco es imprescindible o un súperalimento como lo llaman algunos", afirma Cuéllar recalcando que "un buen plan de adelgazamiento debería hacernos perder peso de manera progresiva y que la pérdida de peso fuera siempre a partir del exceso de grasa corporal. Para que nuestro organismo reduzca sus depósitos grasos es imprescindible generar un déficit calórico en nuestro cuerpo, es decir, que gastemos más calorías de las que consumimos".
Es cierto que, como este alimento —añade esta profesional— tiene mayor cantidad de proteínas, entre ellas la caseína, hace que sea muy saciante y nos puede venir fenomenal dentro de nuestro objetivo de reducir la ingesta. "La caseína es una proteína que se absorbe de forma lenta, lo cual hace que el queso fresco batido sea perfecto para tomarlo antes de irnos a dormir", explica. Además, "su textura (un poco más densa que el yogur), nos ayuda con esta sensación de saciedad". Podemos además incluirlo tanto en recetas dulces como saladas.
Cantidades recomendadas
Sabemos que las recomendaciones indican tomar de dos a tres raciones diarias en adultos, aunque "si bien es cierto que los lácteos han demostrado ser beneficiosos y que ayudan en las necesidades de calcio de la población, la realidad es que no es necesario llegar a tal cantidad ya que existen muchísimas opciones alimentarias que cumplirían con las necesidades nutricionales", sostiene Cuéllar. No obstante, los lácteos son una buena opción de consumo en una dieta sana. "El queso fresco batido es un producto muy interesante para incluir en nuestra alimentación. Podemos considerar una ración de lácteos aproximadamente a 150-200 gramos de este producto", finaliza.