Si el pescado es un componente saludable de la dieta cargado de beneficios como los ácidos grasos omega-3, la contaminación por mercurio es el principal problema asociado a su consumo. Se trata de un problema prevalente en la pesca y que va a peor: el mercurio ya se encuentra de forma natural en las aguas del planeta, pero sus niveles se han disparado en los últimos años debido a vertidos procedentes de la quema del carbón para la producción de electricidad, incineración de residuos o su uso en la minería artesanal de oro.
Este metal pesado, ingerido a través de la carne de los peces, se relaciona con casos de neurotoxicidad y trastornos en el desarrollo fetal, por lo que los niños pequeños y las mujeres embarazadas son los colectivos de mayor riesgo. El fenómeno se conoce como bioacumulación: aunque es más dañino durante el crecimiento, partículas de metilmercurio se acumulan en el organismo durante toda la vida ya que no somos capaces de eliminarlo de forma natural. Con el tiempo, se pueden producir concentraciones en niveles nocivos.
A los peces les ocurre lo mismo, por lo que las especies menos adecuadas en este sentido son las carnívoras (ya que ellas mismas sufren bioacumulación al alimentarse de sus presas), de gran tamaño y elevada longevidad. Así, el análisis de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre la presencia de mercurio en 21 especies de pescados, cefalópodos y mariscos ha confirmado que los pescados señalados por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) como afectados por una mayor contaminación por mercurio son el pez espada, el atún rojo y dos tiburones, la tintorera y el marrajo.
La buena noticia, sin embargo, es que los niveles de mercurio en el resto de productos de las pescaderías españolas es 'bajo' en la inmensa mayoría de casos. La lubina, el bonito del norte y la merluza son los tres pescados grasos consumidos con frecuencia en España cuyo contenido en mercurio sería 'medio', y por lo tanto, deberían alternarse con otros más seguros. "Los adultos sanos no deberían abusar de los peces predadores que pueden contener altos niveles del peligroso metilmercurio", declara la Organización.
Hay por tanto un amplio margen de especies a elegir, pero la OCU se detiene en cinco de ellos. La primera es la sardina, que por su pequeño tamaño ya induce a la seguridad frente a la bioacumulación. Este pescado tradicionalmente denostado como conserva es una "bomba saludable" de omega 3 y "casi cubre el 100% de los objetivos nutricionales recomendados para la ingesta diaria de la población" según la Fundación Española de Nutrición (FEN). Es una fuente de vitaminas D, A, B1, B12 y B6, que favorecen la absorción de calcio, y además de cumplir una función clave en el sistema nervioso, muscular e inmunitario.
La dorada y el lenguado son los siguientes peces en la lista. Son famosos por ser dos de los pescados con menos calorías que podemos consumir. La primera contiene 77 calorías por cada 100 gramos, con un 17% de proteínas y un solo gramo de grasa. Aporta además 446 miligramos de potasio y 244 miligramos de fósforo, así como gran variedad de vitaminas tipo B. El segundo tiene 81 calorías por cada 100 gramos, con 1,3 gramos de grasas, y es rico en ácidos grasos poliinsaturados omega-3, fósforo y en yodo.
Completan la selección dos pescados de agua dulce, la trucha y el salmón. Es importante subrayar que los peces de río también sufren de contaminación por mercurio, especialmente si son de gran tamaño como el lucio. Sin embargo, cuando han sido criados en un entorno controlado de acuicultura, la contaminación por metales pesados se puede reducir. Salmón y trucha son alimentos calóricos en comparación con otros productos de pescadería, pero destacan por su contenido en grasas 'buenas' cardiosaludables, vitaminas e incluso antioxidantes.
Cuando los niveles de mercurio en el pescado son bajos, como ocurre también con el bacalao, el abadejo, el merlán o el atún claro (Thunnus albacares), AESAN aconseja "tomar tres o cuatro raciones a la semana, alternando diferentes tipos de pescados, moluscos o cefalópodos", recuerda la OCU. "Su aporte nutricional, rico en proteínas, vitaminas y minerales, es fundamental para mantener una dieta sana". Otros pescados libres de mercurio según el análisis son la panga, que sin embargo tiene poca calidad nutricional; y los boquerones, que presentan en este caso el problema de la incidencia del anisakis.
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