Muchas personas se quejan de estar hinchadas e incómodas después de comer, y desconocen el porqué; es un fenómeno que ocurre con más frecuencia en las mujeres, que a menudo no encuentran ni una explicación clara ni unas indicaciones a seguir.
"La inflamación silenciosa es la enemiga invisible de un sistema inmunitario fuerte y resolutivo. Siguiendo una dieta antiinflamatoria se puede combatir una reacción inflamatoria larvada de forma casi definitiva, lo que significaría tener un sistema inmunológico competente, además de limitar el consumo de alimentos que pueden promover la inflamación", explica el doctor Carlos E. Rodríguez Jiménez,
"Se pueden diferenciar dos tipos de inflamaciones en el cuerpo: la inflamación silenciosa y la patente. Cada vez que tenemos un ataque el cuerpo se inflama. Es algo imperceptible, pero tiene lugar para que en ese caldo que se produce las células de defensa puedan segregar sus inmunoglobulinas, toda su maquinaria de defensa. Si la inflamación se hace caótica y los malos ganan, la inflamación es tremenda y las fronteras establecidas por las células de defensa pierden", reconoce, coincidiendo con la publicación de su libro 'Inmunonutrición y Bioestilo' (Almuzara).
La inflación imperceptible, por otra parte, comienza en el intestino. "Es debida a que los linfáticos, a las vías de drenaje del cuerpo, están atascadas, de forma que el espacio intersticial se hincha muchísimo, aquel tejido de relleno entre linfáticos, células y venas, y en el que se queda cantidad de líquido", explica el responsable de la unidad de Inmunometabolismo, Endocrinología y Nutrición del Hospital Beata María Ana de Madrid.
"Hay que cuidar esa hinchazón manifiesta y perjudicial y tratarla a tiempo porque si no se acumulan las células grasas, y no se debe dejar que se forme la lipoesclerosis (celulitis), un exceso de grasa y de detritus", explica. Si bien defiende que la grasa se puede 'combatir' con una pauta de alimentación drenante, "hasta casi inmunomoduladora": "Dado que el organismo en sí está inflamado y sus sistemas de drenaje están dificultados, y tenemos que ayudar a drenar, no siempre debemos buscar una disculpa en una comida no regulada. Muchas veces la comida excesa en grasas, alcohol o dulces puede tener parte de culpa", añade el especialista.
En este contexto, destaca la idoneidad de un periodo de ayuno coherente, no absoluto sino relativo, siempre controlado por un especialista, incrementa las funciones cerebrales, reduce la posibilidad de que persistan retos de oxígeno no utilizado, que oxidan membranas celulares y las inflaman.
"Por ello el ayuno controlado puede considerarse terapeútico (12 horas con comidas frugales)", afirma, al tiempo que asegura que es importante un estilo de vida equilibrado, "que no aburrido", como base de una vida celular antiinflamatoria. "Lo beneficioso es reducir el consumo calórico propio de la toma de cantidades ingentes de alimento, que deterioran cualquier sistema biológico, entre los cuales se encuentra el sistema inmunológico", añade este referente nacional en inmunonutrición.
"Las mejores formas de reducir la inflamación de todo tipo no se encuentran en el botiquín, sino en la despensa y en el refrigerador. Algunos alimentos dificultan el proceso metabólico que originan las moléculas inmunitarias", agrega.
Entre estos apunta a los alimentos procesados como la comida rápida, ciertas comidas congeladas y los embutidos (consumirlos con moderación); los alimentos fritos y los aceites parcialmente hidrogenados, como las margarinas, contienen grasas trans, un tipo de ácido graso insaturado que también se ha relacionado con mayores niveles de inflamación; aparte de las bebidas azucaradas y los carbohidratos refinados promueven la inflamación.
La recomendación final es la de seguir una alimentación antiinflamatoria e inmunoprotectora rica en pescados, mariscos, huevos, lácteos frescos, frutas, verduras, nueces, cereales integrales, y aceite de oliva, carnes poco grasas, frutas del bosque, manzanas y verduras de hoja verde, el café, así como alimentos ricos en omega-3. Otro punto sobre el que el doctor Rodríguez hace hincapié es que comemos más de lo que deberíamos, de ahí que se recomiende el ayuno intermitente.