Los clavos son botones florales que provienen del árbol del clavo y se caracterizan por un potente sabor a menta. Su nombre encuentra su origen en el término latino clavus, motivado, sin duda, por el evidente parecido con esta pieza de ferretería. Se trata de un ingrediente muy versátil que se puede usar para sazonar asados, dar sabor a bebidas calientes y agregar un toque picante a galletas y pasteles. Es posible encontrarlo tanto entero como molido.
Una sola una cucharadita de estas diminutas especias está cargado con fibra, vitamina C, vitamina K y manganeso. Todo ello lo convierte en un alimento con muchos beneficios para la salud. Tanto es así que tomando un par de ellos cada día podremos notar una mejora sustancial en diferentes aspectos. De hecho, la Fundación Española del Corazón lo cita como uno de los "alimentos medicina", al hablar de aquellos que "cuyas sustancias ayudan al cuerpo a crear sus propios antiinflamatorios". Veamos, a continuación, cuáles son sus principales beneficios.
Salud bucal
Existen estudios que concluyen que tomar clavo de forma regular ayuda a mantener una buena salud bucal. De hecho, se sabe que el aceite de clavo es un buen método natural para luchar contra la placa, la gingivitis y las bacterias en la boca. Al comparar con otros enjuagues, se demostró una eficacia similar, tanto en la eliminación con las bacterias como su eficacia contra la inflamación de las encías.
Diabetes
Otro efecto que se le atribuye al clavo es el de regular los niveles de azúcar en la sangre. Algunos estudios señalan que ayudan a exportar el exceso de azúcar de la sangre a las células, restableciendo el equilibrio y manteniendo bajo control el azúcar en la sangre. Por eso, pueden ser beneficiosos para las personas que sufren diabetes.
Un estudio con animales encontró que el extracto de clavo y la nigericina, un componente del mismo, reducía la resistencia a la insulina en las células musculares. De tal forma, los animales que tomaron clavo, mostraron menos resistencia a la insulina y mejoraron en la tolerancia a la glucosa, la secreción de insulina y la función de las células beta.
Cáncer
Muchas hierbas y especias tienen un alto contenido de antioxidantes, que son sustancias químicas que contribuyen a reducir el daño a las células que podría provocar cáncer. Según Today's Dietitian, "solo media cucharadita de clavo molido contiene más antioxidantes que media taza de arándanos".
En esta línea, otro estudio de laboratorio llegó a la conclusión de que el extracto de clavo podría ralentizar el crecimiento de múltiples tipos de células cancerosas humanas. El extracto de clavo también aumentó la muerte celular en las células de cáncer de colon. En otro estudio se llegó a similares conclusiones en relación con el cáncer de mama.
Obesidad
Una de las grandes preocupaciones, tanto estéticas como médicas, es la obesidad. En este caso, el clavo también puede ser de gran ayuda. En un estudio en animales, los investigadores encontraron que el extracto de clavo redujo la incidencia de obesidad resultante de una dieta alta en grasas. Los ratones que recibieron el extracto de clavo tenían un peso corporal más bajo, menos grasa abdominal y menos grasa de hígado que los del grupo de control.
Hígado
Son muchos los estudios que vinculan esta especia con una buena salud hepática. En primer lugar por contener el compuesto eugenol, que puede ser especialmente beneficioso. Un estudio sugiere que este compuesto ayuda a mejorar la función hepática, redujeron la inflamación y disminuye el estrés oxidativo. Otro estudio en animales mostró que el eugenol ayudó a revertir los signos de cirrosis hepática o cicatrización del hígado.
Algunos riesgos y efectos secundarios
Como hemos visto, incluir el clavo en nuestra dieta diaria puede aportar grandes beneficios en diferentes aspectos de nuestra salud. Ahora bien, aunque no está clara la relación, se han dado efectos secundarios ante el consumo de ciertas cantidades de esta especia. En un informe se habla del caso de un niño de 15 meses que experimentó insuficiencia hepática. También se conoce otro caso en el que un niño de 2 años, tras beber de 5 a 10 mililitros de aceite de clavo, experimentó múltiples problemas médicos, como coma, daño hepático y problemas de coagulación de la sangre.
En consecuencia, el consumo de aceite de clavo no está recomendado en niños y las mujeres embarazadas o en período de lactancia deben evitar tomar aceite de clavo o clavo en dosis medicinales. En los niños, el aceite de clavo puede causar convulsiones, daño hepático o desequilibrio de líquidos. Tampoco es aconsejable antes de someterse a una cirugía ya que el eugenol puede retardar la coagulación de la sangre, ni si se están tomando medicamentos como si ácido acetilsalicílico, ibuprofeno, naproxeno y warfarina.