La Covid-19 está iniciando lo que los expertos llaman la 'cuarta ola' en España, y cada día los casos vuelven a aumentar progresivamente respecto a los días y semanas previos. A pesar de los grandes esfuerzos por vacunar a la población, los contagios no se detienen.
Por ello, muchos estudios siguen buscando formas de reducir tanto contagios como complicaciones tras contraer la enfermedad COVID-19. En este último aspecto, un estudio de Kaiser Permanente habría hecho hincapié en la relación entre Covid-19 y deporte: los individuos activos físicamente, o que entrenan regularmente, tendrían menos riesgo de acabar sufriendo complicaciones.
Cabe puntualizar que mayor protección no significa protección total frente a un evento. En este caso, el nuevo trabajo publicado en la revista British Journal of Sports Medicine llega a la conclusión de que aquellas personas con una mayor constancia a la hora de realizar actividad física serían las que menos riesgo tendrían de acabar hospitalizadas, ingresar en la UCI o morir a causa de la Covid-19.
De hecho, incluso realizando ejercicio de forma inconsistente las probabilidades de sufrir complicaciones graves tras contagiarse se reducirían en comparación a las personas sedentarias, según el nuevo trabajo a cargo de los investigadores de Kaiser Permanente Southern California.
Según Robert E. Sallis, MD, médico de familia y médico deportivo en el Centro Médico Kaiser Permanente Fontana, estos resultados serían una llamada de atención para la población, volviendo a confirmar la importancia de llevar a cabo un estilo de vida saludable, donde la actividad física es un pilar básico.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron datos de 48.440 personas que habían sido diagnosticadas de Covid-19 entre el 1 de enero de 2020 y el 21 de octubre de 2020, los cuales también tenían dos o más mediciones de su Signo Vital de Ejercicio entre marzo de 2018 y Marzo de 2020.
Este parámetro es una medición donde se pregunta a los pacientes cuántos días a la semana realizan ejercicio moderado o intenso y, de promedio, cuántos minutos dedican a realizar ejercicio en dichos niveles. Se trata de una medición que usan en los ambulatorios de Kaiser Permanente desde el año 2009.
Todos los pacientes estudiados eran del sur de California, con una edad media de 47 años, siendo el 61,9% mujeres. Del total de los pacientes analizados, el 6,4% afirmaba ser activo constantemente, y el 14,4% aseguraba estar constantemente inactivo; el resto de pacientes llevaba a cabo una actividad física irregular. De entre todos los pacientes, el 8,6% fue hospitalizado, el 2,4% acabó en la UCI, y un 1,6% falleció por Covid-19 según este trabajo.
Los resultados del estudio sugerirían que la inactividad física tendría una fuerte relación con las complicaciones secundarias a la COVID-19, mientras que la actividad física proporcionaba una protección significativa frente al riesgo de hospitalización en planta o UCI, e incluso frente al riesgo de mortalidad.
Según los datos obtenidos, el hecho de estar constantemente inactivo aumentaría hasta el doble la probabilidad de ser hospitalizado, en comparación a ser constantemente activo. Así mismo, los pacientes estudiados constantemente inactivos tenían 1.73 veces más probabilidades de ser ingresados en la UCI, y hasta 2.49 veces más probabilidades de fallecer a causa de la enfermedad.
Los datos se mantenían constantes incluso tras tener en cuenta variables como la obesidad o el tabaquismo en los análisis estadísticos; incluso teniéndolos en cuenta, la actividad física marcaba una diferencia significativa.
Por ello, los investigadores apuestan por una receta sencilla: caminar al menos 30 minutos al día durante 5 días a la semana a un ritmo moderado; tan solo siguiendo este sencillo consejo, sugieren, se logrará un gran efecto protector contra las complicaciones por COVID-19.