Probablemente, ninguno de nosotros vaya a la compra pensando en comprar chicles. Es en el momento de pasar por caja cuando nos llevamos uno de estos paquetes; o bien porque la cola para pagar es muy larga, o bien porque nos quedan unos céntimos para poder pagar con tarjeta. El caso es que muchas personas en España sienten la necesidad de llevar uno de estos en el bolso, en el coche o lo depositan en la mesa donde trabajan.
Casi todos mascamos chicles por puro aburrimiento o para tener un aliento más fresco y pensamos que esta goma no aporta nutrientes, ya que no nos la tragamos. Sin embargo, esto no es del todo cierto: aunque son escasos, sí que recibimos algunos nutrientes de ellos. En realidad, los chicles no son sólo una goma y si observamos el etiquetado que se encuentra en el reverso de su envase descubriremos que llevan muchos ingredientes.
Hace unos años, los chicles que no llevaban azúcar se anunciaban como una novedad; ahora, sin embargo, es lo habitual. ¿Por qué son tan dulces a pesar de no llevar azúcar? Porque la gran mayoría de los ingredientes que se encuentran en la lista son edulcorantes que no contienen kilocalorías y que tampoco producen caries. Ahora bien, estos productos no son tan inocuos como nos imaginamos o como nos gustaría.
Un efecto inesperado
Tomar chicles de manera habitual puede tener una desagradable consecuencia: y es que muchos de los edulcorantes que se utilizan en la receta tienen un efecto laxante. De hecho, esta advertencia aparece en los paquetes de chicles del supermercado. En este sentido, la Food and Drug Administration (FDA), que es la agencia que regula los alimentos y los medicamentos en Estados Unidos, ha lanzado una advertencia.
"Los alcoholes de azúcar también pueden producir gases intestinales, distensión abdominal y diarrea en algunos individuos porque no son absorbidos completamente por el cuerpo y son fermentados por bacterias en el intestino grueso", explica el organismo americano. Estos polialcoholes son hidratos de carbono no digestibles y que, efectivamente, fermentan por la acción de las bacterias produciendo efectos desagradables.
Los polialcoholes más conocidos que forman parte de los ingredientes de los chicles son el xilitol, el manitol y el sorbitol, pero también pueden encontrarse en varios productos light del súper. Se trata de una manera de conservar el sabor dulce característico de los refrescos o la repostería sin aumentar el número total de calorías. Sin embargo, esto no significa que se pueda abusar de ellos.
Aditivos seguros
Tal y como explica el tecnólogo de los alimentos Mario Sánchez, "según la legislación, es obligatorio incluir la advertencia de 'un consumo excesivo puede tener efectos laxantes' cuando el contenido de polialcoholes supere el 10% de la composición total del producto". De todas formas, los chicles cuentan con otros ingredientes que aportan sabor dulce sobre los que se ha generado alarmismo.
Entre estos productos con mala fama se encuentran el aspartamo y el acesulfamo K. Estos aditivos han sido juzgados sin base científica de provocar algunos tipos de cáncer y otras enfermedades graves. Sin embargo, todos los aditivos que se utilizan en la industria alimentaria se someten a estudios científicos para garantizar su seguridad en el consumo humano. Además, estos componentes se revisan de manera periódica.
Este es el caso del óxido de titanio, también conocido como el aditivo E-171, que se utiliza como colorante blanco y que está presente en los chicles. Al no poder determinarse una cantidad segura, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) decidió prohibir su utilización a principios del mes de mayo tal y como ya había hecho Francia en el año 2019.
De todas formas, tal y como explica el doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos Miguel Ángel Lurueña, no debemos alarmarnos por haberlo consumido: este aditivo se prohíbe porque hay dudas sobre su seguridad, pero no supone "un peligro inminente para la salud".