La guerra contra los plásticos de un solo uso continúa a buen ritmo en España. Aunque hace unos años parecía inviable, cada vez son más los españoles que están concienciados con el reciclaje de estos envases, con el uso de bolsas reutilizables para hacer compras y, también, con el de pajitas, vasos y platos desechables elaborados con materiales orgánicos. Estos últimos productos llevan poco tiempo en el mercado y, aunque pueda parecer que sólo tienen beneficios, todavía deben perfeccionarse.
Esta es la conclusión a la que ha llegado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) tras realizar un estudio internacional junto a Dinamarca, Italia y Francia sobre un total de 57 utensilios de un solo uso elaborados con fibras vegetales. "Queríamos comprobar si estos materiales incluían en su composición sustancias como bisfenoles, PFAS o sustancias perfluoroalquiladas, cloropropanoles, formaldehídos, metales pesados, aluminio, pesticidas y aminas primarias policíclicas", explica la OCU en su página web.
Todas estas sustancias son tóxicas y el problema es que todavía no existe una norma que regule la composición de los objetos de fibra vegetal que están en contacto con alimentos —como los platos, los cubiertos, las pajitas...—. Aunque estos productos pueden parecer más naturales, en muchas ocasiones se elaboran con una proporción de aditivos para conseguir que las fibras vegetales sean más moldeables o más resistentes. ¡Ojo! estos aditivos no representan un peligro inminente para la salud, sino que podrían resultar dañinos si se hace uso de ellos durante muchos años y si se demuestra que esos aditivos migran desde el envase a la comida.
En más de la mitad
Los 57 utensilios que la OCU analizó estaban elaborados a partir de papel, hoja de palma y bagazo de caña de azúcar. En ellos, ha encontrado "sustancias perfluoroalquiladas (PFAS), cloropropanoles, aluminio y aminas aromáticas primarias en proporciones que exceden los valores de referencia establecidos por otros países". El 100% de los productos de bagazo de caña de azúcar analizados contenían estas sustancias, al igual que el 45% de las pajitas de papel que analizaron; los envases de hoja de palma, sin embargo, contenían estos materiales tóxicos en cantidades inferiores a los valores de referencia.
Con respecto al total de la muestra analizada, la OCU anuncia que el 54% de los productos tenían sustancias tóxicas por encima de los valores de referencia, el 21% contenía estos químicos en una cantidad cercana a esa cifra recomendada y el 25% restante las contenía bastante por debajo del límite o, incluso, no las contenían. "La buena noticia es que no se han detectado bisfenoles ni metales pesados (cromo, plomo y cadmio) en ninguno de los productos", apunta la OCU.
Aunque algunos países y organismos —como el Instituto Federal Alemán de Evaluación de Riesgos— ya se encuentran trabajando en establecer niveles seguros de estas sustancias, la OCU pide a las autoridades de la Unión Europea que elaboren con urgencia una normativa en este sentido. Ponen el foco en las PFAS, que ya han sido prohibidas en algunos países miembros. También se dirigen a los fabricantes, a quienes piden que retiren la etiqueta de ecofriendly a estos productos —"ya que algunas de sus sustancias permanecen como contaminantes en el medio"—; y a los consumidores les recuerda que lo mejor es emplear menaje reutilizable y lavable a la espera de que se desarrolle menaje desechable realmente inocuo y respetuoso con el medioambiente.