La conocida como 'dieta basada en plantas' está ganando popularidad en los últimos daños, dados su múltiples beneficios demostrados tanto a nivel de salud general como en cuanto bienestar cardiovascular se refiere, superando incluso a las dietas bajas en grasa en comparación.
Ahora dos nuevos estudios, publicados en ACTA PHYSIOLOGICA y Pregnancy Hypertension: An International Journal of Women's Cardiovascular Health, a cargo de los investigadores del Medical College of Georgia y el Medical College of Wisconsin respectivamente, habrían detectado más beneficios si cabe de este tipo de dieta.
Concretamente, se trataría de mejoras en la hipertensión en general, un problema que afecta a más del 40% de los adultos en España, y protección frente a la hipertensión del embarazo, la preeclampsia.
Se sabe que la sal es uno de los factores dietéticos más importantes a tener en cuenta en el caso de la hipertensión, y su reducción es el primer punto a seguir dentro de una dieta adecuada para controlar dicha patología. Algunos individuos, y también algunos animales, tienen cierta predisposición previa a la sal: con bajas ingestas, su reacción tensional es significativa e incluso peligrosa.
En este caso, los investigadores dirigidos por el Dr. David L. Mattson, presidente del Departamento de Fisiología del Medical College of Georgia, se han basado en un modelo animal especial para demostrar el potencial de la dieta basada en plantas: la rata sensible a la sal de Dahl, un tipo de roedor predispuesto a sufrir hipertensión tras el consumo de sodio.
Estos animales se crían para desarrollar tensión arterial elevada y enfermedad renal progresiva si llevan a cabo una dieta alta en sal. En este caso, en 2001 el Medical College de Wisconsin compartió su colonia de ratas Dahl con los laboratorios Charles Rivers.
Inicialmente se alimentaban con una dieta de proteínas a base de leche, pero al cambiar de centro estas ratas fueron alimentadas con una dieta basada en granos enteros. Ambas dietas son bajas en sodio, aunque la dieta a base de proteínas o caseína contiene un poco menos de sal.
En este último caso, si se agregaba un alto contenido de sal a sus dietas, las ratas reubicadas desarrollaban menor presión arterial y daño renal que las ratas que permanecían en Wisconsin.
La dieta basada en granos enteros había ejercido un papel protector, a pesar de poseer más sodio de media que la dieta basada en caseína. De hecho, los investigadores sugieren que la proteína animal amplificaba los efectos dañinos de la sal.
El papel del microbioma intestinal
Como recuerdan los investigadores, el microbioma intestinal tiene una alta implicación en enfermedades crónicas como la hipertensión. Por ello plantearon la hipótesis de que los cambios en la dieta también podrían cambiar el microbioma, evitando casos de hipertensión y enfermedad renal.
De este modo, cuando se analizaron los microbiomas de las ratas, se comprobó que eran diferentes. El material genético de ambas colonias era prácticamente idéntico, pero su respuesta a una dieta alta en sal fue muy diferente.
De hecho, como ya se sospechó previamente, las ratas iniciales de Wisconsin -alimentadas con caseína- acabaron desarrollando daño renal e inflamación, y finalmente hipertensión arterial, cuando se expusieron a una dieta alta en sal.
Sin embargo, las ratas de Charles River experimentaron una menor cantidad y menor gravedad de estos problemas. La única diferencia es que estas últimas se habían alimentado con una dieta basada en granos enteros.
Posteriormente se llevó a cabo un nuevo experimento en el que se les dio a las ratas de Charles River parte del microbioma intestinal de las ratas de Wisconsin, mediante un trasplante fecal. El resultado, como se sospechaba, fue que estas ratas "protegidas" mediante la dieta acabaron desarrollando aumentos de tensión arterial, daño renal y finalmente una recomposición de su propio microbioma.
Sin embargo, cuando se llevó a cabo el experimento al revés, trasplantando microbioma de las ratas de Charles River hacia las ratas de Wisconsin, no hubo cambios significativos: el microbioma de las ratas alimentadas con proteína animal no dejó prosperar al nuevo microbioma.
La importancia de la dieta
Durante la preeclampsia, se produce un aumento de la tensión arterial en la madre, la cual solía tener una tensión normal previamente. Esto, a su vez, daña órganos como los riñónes y el hígado, pudiendo llevar a un desenlace fatal. Las ratas Dahl son propensas a la preeclampsia, incluso con una dieta baja en sal.
En este caso, se analizó si el cambio de dieta tendría también efectos en la preeclampsia en este tipo de roedores. De nuevo, las ratas que consumían alimentos basados en trigo integral estaban protegidas frente a la preeclampsia, mientras que la mitad de las ratas que siguieron una dieta de caseína y proteína animal sí que llegaron a desarrollar esta complicación tensional.
Esto implicaría, según los investigadores, que mantener un buen cuidado de la dieta durante el embarazo no solo ayudará a que este finalice correctamente, sino que también mantendrá y mejorará la salud a largo plazo tanto para la madre como para los futuros hijos.
Para finalizar, los investigadores también recuerdan que otros estudios han examinado cómo la función de las células inmunes se ve afectada por la dieta, y cómo estas células pasan de madres a hijos mediante la leche materna. Las dietas basadas en proteínas parecen aumentar la producción de moléculas proinflamatorias, mientras que la dieta basada en plantas parece suprimir las producción de tales moléculas.
Aún así, queda mucho que estudiar al respecto, tanto en el caso de cómo actúa cada dieta en los diferentes sistemas y órganos, como el potencial real del microbioma intestinal y qué bacterias específicas contribuirían a los diferentes beneficios de la mencionada dieta basada en plantas.