Pocas frutas nos saben más a verano que el maracuyá, capaz incluso de hacernos viajar al Caribe con solo degustarla. Conocida también como granadilla o fruta de la pasión porque su flor pentarradial recuerda a los símbolos de la Pasión de Cristo y tiene incluso una interpretación teológica, es el fruto de la pasionaria, la Passiflora edulis, una planta trepadora nativa de Sudamérica y Centroamérica, específicamente en tierras del Amazonas, pero cultivada ahora en climás cálidos y húmedos de todo el mundo. Ácida y dulce a la vez, es el superalimento perfecto para reponer fuerzas después de haber tenido una dura actividad física, pero ésta es solo una de sus múltiples cualidades porque su perfil nutricional es de lo más completo.
Un 80% del maracuyá es agua y sus grasas, que son mínimas, se concentran en las pepitas. No destaca por sus proteínas, pero sí por los hidratos de carbono y, sobre todo, por su importante porcentaje de fibra vegetal insoluble que contribuye al buen funcionamiento del sistema digestivo. No obstante, lo más notable de esta fruta tropical es su alto contenido en vitaminas, minerales y fitoquímicos. Tiene casi tanta vitamina C como el limón y la naranja, tiene el triple de vitamina B3 que la mayoría de frutas frescas y alto porcentaje de betacaroteno, vitamina B2, potasio, calcio, hierro, magnesio, fósforo y oligoelementos.
Al ser una de las frutas más calóricas, muchos la destierran del frutero por miedo a engordar, pero recordamos en este punto el azúcar que contiene es de tipo intrínseco al ir acompañado de fibra, por lo que no es perjudicial para la salud sino que el maracuyá también es aliado para evitar el sobrepeso al tener efecto saciante. Entre sus beneficios está el de ayudar con el estreñimiento y tener propiedades antiinflamatorias. Tiene carácter antioxidante, favorece la absorción de hierro, refuerza el sistema inmunitario y ayuda en la formación del colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos. Contribuye a mantener en buen estado la vista, el piel, el pelo, las mucosas y los huesos, además de intervenir en el metabolismo de proteínas, grasas y carbohidratos.
Valor nutricional del maracuyá
El valor nutricional por 100 gramos de maracuyá es el siguiente:
Calorías: 98 kcal
Hidratos de carbono: 23,38 g
Fibra: 10,4 g
Grasas totales: 0,70 g
Proteínas: 2,20 g
Vitamina B3: 1.500 mg
Vitamina C: 30 mg
Calcio: 12 mg
Hierro: 1,60 mg
Magnesio: 29 mg
Fósforo: 68 mg
Potasio: 348 mg
Tipos de maracuyá
De distinto color, tamaño y contenido nutricional, la Passiflora tiene diversas variedades reconocidas y entre las más destacadas que se comercializan en España están las siguientes:
-Passiflora maliformis. De piel amarilla, olor y sabor intensos, y originaria del Amazonas.
-Passiflora edulis. De color púrpura, se cosecha mayoritariamente en África e India.
-Passiflora quadrangularis. Forma oblonga, de gran tamaño, y con altas cantidades de niacina.
-Passiflora coccinea. También llamada granadilla roja. Proviene también del Amazonas, pero tiene menos sabor que otras variedades.
-Passiflora ligularis. Es el tipo de maracuyá más dulce y grande que existe, de color anaranjado y vetas más claras en su momento de maduración.
Cómo tomar maracuyá
Cortar a la mitad con un cuchillo, coger una cucharilla y comerlo como si fuera un yogur o volcando su contenido en un bol, sin más parafernalia, ya es una gozada para el paladar; pero en fresco no es la única forma de consumirlo ni mucho menos. También en forma de sirope para postres, zumos, frappé o como topping para yogures, helados o cereales. No obstante, el maracuyá puede emplearse en cocina imitando al limón en varios maridajes como los aliños de pescado, mariscos, ensaladas y algunos guisos, incorporándolo a las vinagretas.
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