Esta rubia fermentada, a veces tostada, ha servido de musa para multitud de canciones de todos los géneros, desde GG Allin hasta The Dead Kennedys, pasando por Siniestro Total y Kopiklaani. Más antigua que la propia civilización, ya fue popular entre egipcios, griegos y romanos. Fría o del tiempo, la cerveza es una bebida milenaria que ha acompañado al ser humano casi desde que empezó a cultivar cereales.
Las hay de casi todos los sabores, de malta, de trigo, de avena, con chocolate, con frambuesa y hasta de mantequilla. Aunque según desvela María Carmen Japaz, dietista y nutricionista, "las cervezas de trigo no usan un 100% de malta de trigo, sino que contienen entre un 50-70%, siendo el resto malta de cebada".
Según sus ingredientes, su valor calórico será diferente, siendo unas más light que otras. La cerveza es una de las bebidas con alcohol más consumidas del mundo y en su gran mayoría, están fabricadas a base de agua, cebada y lúpulo.
Consumida con moderación puede ser beneficiosa para el organismo y al contrario de lo que se cree, tienen un bajo contenido calórico. Además, cuentan con nutrientes que podrían complementar una alimentación saludable integrada dentro de la dieta mediterránea. Siempre en el caso de los adultos y con un consumo responsable, que sería entre dos o tres cañas al día.
Origen de las calorías
Las principales fuentes de calorías de esta bebida vienen del alcohol y los carbohidratos provenientes de los granos de malta utilizados en su elaboración. Su finalidad es proporcionar azúcares que serán transformados en alcohol y CO2 por la acción de la levadura. Durante la fermentación, la levadura rompe los carbohidratos simples, aunque las cadenas más largas permanecerán intactas, contribuyendo a las citadas calorías totales de la bebida final.
El color no influye
Que la cerveza sea más negra, tostada o más rubia, no es un indicativo de su valor calórico, aunque sí es cierto que las cervezas bajas en calorías suelen ser algo más claras y sobre todo ligeras de cuerpo, ya que se utilizan menos granos en su elaboración, reduciendo los carbohidratos y manteniendo la graduación original. En páginas como BeerSmith, incluyen una calculadora de calorías para saber cuántas tiene la que te estés tomando.
Sin grasas saturadas ni azúcares
Esta bebida no tiene azúcares, ni grasas saturadas, mientras que es rica en hidratos de carbono; minerales como el fósforo, silicio, potasio y sodio; proteínas, ácido fólico, antioxidantes y vitaminas del grupo B, según la Fundación Española del Corazón. Las cervezas con menos calorías
La cerveza tiene de media unas 42 calorías por cada 100 mililitros. Cada caña equivaldría a 90 calorías, por lo que, comparada con cualquier bebida carbonatada, la cerveza sería la clara ganadora en el ránking de saludables. Por su parte, una lata de unos 33 centilitros estaría en unas 150 calorías, reduciéndose a la vez que lo hace la graduación.
Aun así, no llega a tener las suficientes calorías como para justificar el aumento de peso asociado de siempre a este líquido. El problema es que su consumo va asociado a hábitos poco saludables como el sedentarismo o las grasas saturadas de las tapas (muchas a base de fritos, embutidos).
La cerveza sin alcohol es el tipo que menos calorías tiene, unas tres veces menos, rondando entre 17 y 35 por cada 100 mililitros, según señala la Fundación Española del Corazón. Sus principales fuentes de calorías son en un 60% del alcohol y en un 40% de los carbohidratos provenientes de los granos de malta utilizados en su elaboración.
No hay que confundir las denominaciones sin y light, porque aunque estén integradas en el mismo grupo, poseen valores diferentes. En el caso de las light, cada 100 mililitros tienen alrededor de 29 calorías, mientras que las sin entre 15 y 20. La clave está en que su graduación es algo más baja que la habitual y suele rondar entre un 2% y un 3% en el caso de las light y tan sólo un 0,6% en las sin.
La diferencia también está en su elaboración. En el caso de las primeras, las calorías se reducen de lo que se conoce como "extracto seco", es decir los cereales; mientras que en la sin lo que disminuye es el alcohol, fuente principal de calorías.
La cerveza Ale elaborada con levadura de fermentación alta tiene alrededor de 35 calorías por cada 100 mililitros, lo que la sitúa en el tercer puesto. A pesar de que suelen tener una mayor graduación, dentro de este tipo de cerveza existen marcas con menor graduación y por consiguiente, un aporte calórico más ajustado.
Por su parte, la cerveza 100% malta es conocida como zumo de malta, la base para su elaboración. Cuando una cerveza es 100% malta, quiere decir que está elaborada a partir de malta de cebada y no otros cereales que resultan más económicos. Significa que no contiene adjuntos, el único cereal presente en su elaboración es este cereal, la malta de cebada. En concreto, esta variedad tiene en torno a 37 calorías cada 100 mililitros.
Por último está la cerveza de jengibre. Esta variedad tiene trampa, ya que no es una cerveza en sí, sino que los métodos de producción son similares. Es una bebida cuyo ingrediente principal es la raíz de jengibre, que se endulza con azúcar o algún tipo de edulcorante, a la que se le añade una sustancia conocida como planta de cerveza de jengibre, que es principalmente una levadura, que fermenta la bebida. En esta cerveza, el grado de alcohol está influido por su proceso de elaboración, pero si se hace de forma tradicional, puede alcanzar el 11% y ronda las 42 calorías por 100 mililitros.