Uno de los mitos alimentarios de los que nos deberíamos desembarazar definitivamente es el que afirma que 'solo lo fresco es saludable'. Las tradicionales latas de conserva pueden formar parte de una dieta bien equilibrada: una despensa bien nutrida, de hecho, nos facilitará el alcanzar los objetivos nutricionales al cocinar. Es fundamental, sin embargo, seguir algunas reglas: evitar los procesados -como guisos precocinados-, las que emplean grasas y aceites como conservantes, y las que se pasan con la sal.
Los asiduos a Mercadona interesados en este tipo de productos están de enhorabuena: la cadena de supermercados incorpora a su oferta las almejas blancas al natural de la marca 'Cono Sur'. El productor es Conservas Dani S.L.U., con sede en Vilassa del Mar (Barcelona), que elabora la conserva con moluscos del Atlántico recolectados "durante las primeras mareas del otoño", según explican en su página web. El envasado al natural implica que solo contiene 'almejas, agua y sal', por lo que el nivel de procesamiento es el mínimo posible: no añade ni conservantes ni colorantes.
El peso escurrido del producto es de 63 gramos, y los valores nutricionales de una ración de 50 gramos son interesantes. Se trata de un alimento poco calórico, de solo 55 kcal por la cantidad descrita, con únicamente 1,5 g de grasas y dos gramos de hidratos. A cambio, el aporte proteínico es considerable, de 17,5 gramos, motivo por el que las almejas son un alimento recomendado para las dietas de ganancia muscular. ¿Y que hay de la sal, que al fin y al cabo es uno de sus tres ingredientes? La ración solo tendría 0,5 gramos, una cantidad razonable para no superar los cinco gramos diarios que marca la Organización Mundial de la Salud como límite saludable.
Pero hay más motivos por los que tomar almejas al natural resulta beneficioso para la salud. Desde el punto de vista de los minerales, estos moluscos son una riquísima fuente de zinc, un nutriente fundamental del que se recomienda ingerir unos 15 mg diarios. El cuerpo humano no es capaz de sintetizarlo y las dietas pobres en zinc están relacionadas con retrasos en el crecimiento, problemas metabólicos y cardiovasculares, y problemas dermatológicos, capilares y dentales. 100 gramos de almejas ayudan a cumplir el objetivo con 7 miligramos de zinc.
El cromo es otro de los minerales que necesitamos incorporar a nuestro organismo mediante una dieta equilibrada: un adulto necesita ingerir entre 25 y 35 microgramos por día para garantizar procesos saludables como la sensibilidad a la insulina y reforzar el metabolismo de proteínas, carbohidratos y lípidos. Aunque se encuentra en una variedad mayor de alimentos, almejas y mejillones son particularmente abundantes, y beneficiosos para mejorar condiciones habituales de salud entre la población general como la prediabetes.
No solo de minerales vive el hombre: la vitamina B12 solo se obtiene a través de alimentos de origen animal, y su carencia se comprueba especialmente en personas de edad avanzada, manifestándose en alteraciones del sistema nervioso y neurológico. Los mariscos en general son alimentos ricos en vitamina B12 pero, en particular, 90 gramos de almejas contienen hasta 84 mg de este nutriente, un aporte más que conveniente para mantener a raya el déficit. Finalmente, su importante contenido en hierro es útil contra la anemia, y sus ácidos saludables de tipo omega son esenciales para mantener la salud.
Con todos sus beneficios, el consumo excesivo de almejas no es recomendable por una serie de factores. El primero es el de los metales pesados que contaminan inevitablemente a los productos de la pesca: en el caso de los moluscos, hay que prestar atención al cadmio. El segundo es la capacidad de los mariscos para elevar los niveles de ácido úrico en sangre si se comen con frecuencia. Las personas con hiperuricemia, es decir, con niveles altos de este compuesto, deberían ser cautos con su consumo.