La incursión de Belén Esteban en la industria alimentaria sigue a buen ritmo con el lanzamiento de cuatro nuevos productos. La estrella de la farándula televisiva en España ha incorporado a su marca Sabores de la Esteban unas patatas fritas, una crema de verduras, otra de calabaza y otra de calabacín. El lanzamiento se produce apenas cinco meses después de su exitoso debut con un gazpacho y un salmorejo que recibieron buenas críticas por su sabor, pero también por su perfil saludable.
En este caso, las cremas vegetales de la princesa del pueblo vuelven a destacar por sus ingredientes, tal y como ha destacado el portal Consumidor global. Por desgracia, las patatas fritas —como todas las que se encuentran en el supermercado— no son igual de saludables y su consumo frecuente sigue asociándose a la obesidad y al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Los productos de Belén Esteban se caracterizan por ser recetas tradicionales y por no hacer uso de aditivos. Ahora bien, los aditivos que se utilizan en la industria alimentaria no suponen un problema para la salud por mucho que algunos consumidores o algunas marcas los eviten. Estos ingredientes, que se suelen emplear para mejorar la vida útil o las características de algunos alimentos, han demostrado previamente que son seguros para el consumo humano y, por tanto, no tienen consecuencias negativas.
Cremas beneficiosas
En general, las tres cremas que acaban de llegar al supermercado se pueden considerar como buenos procesados. Estos son alimentos que resultan de la industria alimentaria, pero que su manipulación no ha afectado a los beneficios de los alimentos con los que se han elaborado. Se reconocen porque vienen envasados, porque tienen pocos ingredientes y, además, los azúcares añadidos y las grasas vegetales y harinas refinadas no suponen más de un 5% de la composición del producto, según la página de Realfooding.
En este sentido, una de las mejores características de las cremas de Belén Esteban es que emplean aceite de oliva virgen extra. Un tipo de grasa que tiene un precio más alto, pero que presenta dos ventajas: se trata de un aceite muy resistente a las altas temperaturas —su estructura no suele variar cuando se usa en cocina— y tiene beneficios para la salud cardiovascular. Esta última característica se debe a que tiene una alta proporción de ácidos grasos monoinsaturados, que reducen los niveles de colesterol en sangre.
Además, tal y como explica Consumidor global, en el listado de ingredientes de estos tres productos suelen aparecer entre 6 y 11 componentes, dependiendo de la receta. Todas las cremas contienen varias verduras diferentes, también las de calabaza y calabacín. En estas últimas se pueden encontrar ingredientes añadidos como la coliflor o varios tipos de especias. Estas cremas se caracterizan por tener un bajo valor energético: ninguna de ellas supera las 50 kilocalorías por cada 100 gramos de producto.
Algunos puntos en contra
Las cremas de verduras, calabaza y calabacín son, por tanto, productos saludables, pero, a pesar de ello, el experto que ha consultado Consumidor global ha encontrado algunos aspectos negativos. En primer lugar, estas cremas tienen un bajo contenido de fibra, un contenido muy importante de los vegetales que se suele reducir cuando se trituran, baten o licúan. Por tanto, siempre será más saludable tomar las verduras enteras que como parte de un puré o crema.
Debido a que no contienen aditivos, estas cremas caducan antes que otras del mercado y, por eso, deben consumirse poco tiempo después de la compra. Además, en Consumidor global destacan que estas cremas tienen un alto porcentaje de sal, aunque es menor que en otros productos similares del supermercado. Por último, la crema de calabacín contiene un almidón de maíz, un ingrediente con un alto índice glucémico.